Europa: el lobby financiero se sale con la suya

Mario Draghi, presidente del BCE
Mario Draghi, presidente del BCE

BRUSELAS (apro).- El Impuesto a las Transacciones Financieras (FTT, por sus siglas en inglés), un proyecto que pretenden instaurar 11 países de la Unión Europea (UE), entre ellos Francia y Alemania, y cuyo objetivo es incrementar la estabilidad de los mercados financieros y frenar la especulación, corre el peligro de convertirse en un instrumento insignificante que se aplicaría tan sólo a unas cuantas actividades marginales del sector.

El motivo: el Banco Central Europeo (BCE), que representa los intereses de los corporativos financieros, consiguió intervenir en el diseño de tal impuesto a pesar de que carece de competencia en esa materia, acusa un informe de Corporate Europe Observatory (CEO), una organización no gubernamental, con sede en Bruselas, cuyo propósito es exponer el poderío del cabildeo empresarial en la UE.

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Artículo publicado el 30 de agosto de 2013 en la sección Prisma Internacional de la Agencia PROCESO

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Publicado el 17 de julio pasado, el informe —cuya copia obtuvo Apro— advierte que si se impusiera la visión del BCE en la negociación que sostienen actualmente los Estados involucrados (Francia, Alemania, Italia, España, Grecia, Bélgica, Austria, Eslovenia, Eslovaquia, Portugal y Estonia) y la Comisión Europea, que por ley se encargó de elaborar el borrador de propuesta, la FTT acabara siendo “un pequeño impuesto sobre algunas transacciones seleccionadas, que no tendría el efecto que pretendía: desmotivar a un gran número de operadores para disminuir considerablemente la cantidad total de transacciones”.

La propuesta general de la Comisión Europea plantea el establecimiento de un impuesto de 0.1% para todos los productos financieros. Según estimaciones de la misma institución, la medida generaría un ingreso suplementario a los Estados de 34 mil millones de euros por año, que considera “una justa contribución” del sector a los costos de la crisis financiera, razonamiento que cuestiona el informe al recordar que el monto de los préstamos estatales de salvamento otorgados hasta ahora al sistema bancario equivale al total de los ingresos de la FTT, tal como aparece en la propuesta de la Comisión Europea, durante medio siglo.

El lobby financiero, que el comisario de Hacienda de la UE, Algirdas Semeta ha calificado públicamente de ser “probablemente el más poderoso grupo de cabildeo del planeta”, y que conforman los grandes bancos, los fondos de inversión, las firmas de abogados especializados, las consultorías y las asociaciones de cabildeo que operan como tal, incrementaron sus campañas contra la FTT desde que la Comisión Europea presentó su propuesta en febrero último, expone el informe de CEO.

Refiere que tres meses después, a finales de mayo, ya “había señales” de que las negociaciones entre los 11 Estados implicados se estaban “enfriando cada vez más”.

Así, explica el informe de CEO, el gobierno francés del socialista François Hollande está tratando de convencer a los demás gobiernos de apoyar un recorte del porcentaje del impuesto y reducir también su alcance: en lugar de gravar con 0.1% la venta de bonos y acciones, y con 0.01% la de instrumentos más complejos y especulativos (llamados derivados), como lo propone la Comisión Europea, los negociadores gubernamentales están considerando aplicar apenas una décima parte de esos porcentajes; es decir una reducción de 90% del objetivo propuesto, de acuerdo con una nota de la agencia Reuters fechada el 30 de mayo y que cita el informe de la ONG.

Agrega que existe un intento de Francia, con el apoyo de los gobiernos de Italia y España, para exentar a los derivados de la FTT, cuyo “punto, en su forma original, es reducir el número de transacciones, considerado una fuente de inestabilidad y especulación predatoria, lo que sería poco probable que suceda si la mayor parte de los productos derivados (especulativos) fuera exenta”, además de que los gobiernos de Austria y Bélgica están intentando que los productos relacionados con los fondos de pensión también sean exentos, lamenta el informe.

 

La fuerza de cabildeo

La “pesada influencia” del cabildeo financiero opuesto a la FTT al seno del BCE “podría significar que la participación del banco minaría fatalmente la nueva tasa”, sostiene CEO en su documento.

Explica que, a pesar de que el presidente del BCE, el italiano Mario Draghi, aseguró el 8 de julio pasado ante el Parlamento Europeo que la institución a su cargo comparte los objetivos de la FTT “en principio”, también expresó que la misma plantea “muchas implicaciones indeseables” a la política monetaria del banco y que, en consecuencia, está colaborando con la Comisión Europea con la finalidad de “reparar tales aspectos” negativos de la tasa.

El informe precisa que prominentes figuras del Consejo de Gobierno del BCE, compuesto por los seis miembros del Comité Ejecutivo y los 17 gobernadores de los bancos centrales nacionales de los países cuya moneda es el euro, han manifestado duras críticas contra la FTT, tal es el caso de los presidentes de los bancos de Francia y Alemania, Christian Noyer y Jens Weidman, respectivamente, o de los miembros del Comité Ejecutivo Peter Praet (jefe economista del BCE y exdirector ejecutivo del banco central belga), Yves Mersch (miembro igualmente del Consejo General del BCE y exgobernador del banco central de Luxemburgo) y Benoît Coeuré (jefe de operaciones de mercado del BCE y ex alto funcionario del ministerio francés de finanzas).

Remarca que el 15 de mayo pasado, Mervyn King, quien hasta hace poco fue el gobernador del banco central de Inglaterra, afirmó en una conferencia de prensa que, “en Europa, no encuentro a nadie en la comunidad de los bancos centrales que piense que (la FTT) sea una buena idea”.

“Tomando en cuenta lo anterior —plantea el informe—, el discurso de Draghi sobre su apoyo a ‘los principios del impuesto’ comienza a sonar poco creíble. ¿Es posible que Mervyn King no esté al tanto de la posición de Draghi? Difícilmente”. Recuerda que “ambos (King y Draghi) han sido miembros por muchos años del Grupo de los 30, un exclusivo club de banqueros centrales y directores ejecutivos de los bancos que cotizan en Wall Street, grupo que también incluye al sucesor de King en el banco central inglés, Mark Carney”, quien igualmente fue empleado de Goldman Sachs como el presidente del BCE.

Y abunda: “Draghi pertenece a la familia de banqueros centrales para quienes la línea entre un banco central y un gran banco privado es muy fina”, por lo que “como presidente (del BCE) dedica total atención en mantener un diálogo cercano con los grandes jugadores del mundo financiero”.

La intervención del BCE en la negociación de la FTT se inscribe estrictamente en los aspectos que recaen bajo el mandato del banco, que es la política monetaria, lo que, subraya el informe de CEO, ello podría significar que la institución se enfocará en conseguir que queden fuera del alcance de la tasa las compras de bonos y las llamadas operaciones de reporto (acuerdos de crédito que permiten a un intermediario financiero vender títulos y comprarlos poco después, es decir la inversión de valores a corto plazo).

Esa exención, considera el informe, representaría “un cambio considerable” en el objetivo del impuesto, pues las operaciones de reporto protagonizan una parte considerable de las transacciones financieras globales (en diciembre de 2012, por ejemplo, alcanzaron un valor total de 5.6 trillones de euros). En ese sentido, prosigue, la intervención del BCE afectaría un tema de regulación financiera (la estabilidad de los mercados), que no recae necesariamente bajo su competencia, por lo que el informe se pregunta si el BCE se detendrá ahí o si continuará cabildeando para obtener más exenciones.

 

Grupos de contacto

La implicación del BCE en el diseño de la FTT, expone la ONG en su documento, puede observarse en las minutas de varias de las reuniones de los grupos de asesoría o “grupos de contacto” del banco, los cuales están formados “enteramente” de representantes de las corporaciones financieras y que fueron oficialmente creados para “facilitar el diálogo” y proveer un “foro de discusión” con el sector financiero, aunque en realidad, advierte el informe, “mantienen una estrecha relación de trabajo con el BCE”.

El 13 de febrero de este año, durante una conferencia de la Association of Financial Markets in Europe, celebrada en Londres, el mencionado miembro del Comité Ejecutivo del BCE, Peter Praet, señaló que el banco “se esfuerza para garantizar que la reforma regulatoria no imponga restricciones que puedan dificultar el eficiente funcionamiento de los mercados o perjudicar su liquidez”, y anunció la intención del BCE de consultar al sector financiero a través de sus grupos de contacto.

Las minutas, a las que tuvo acceso CEO, prueban que existieron intensas discusiones entre funcionarios del BCE y las corporaciones financieras acerca del FTT en tales grupos de contacto.

El 18 de marzo se reunió el Grupo de Contacto de Mercado Monetario. En esa ocasión, los representantes financieros expresaron, entre otras críticas a la FTT, “un posible impacto adverso a corto término en los mercados de fondos pues el nivel del impuesto no está ajustado a la madurez del instrumento”; “un impacto adverso sobre el mercado de liquidez de títulos debido a la reducción de las actividades del mercado”, o “un posible incremento en el nivel de riesgo con un encarecimiento de las actividades de cobertura”.

El 9 de abril siguiente, el Grupo de Contacto de Mercado de Bonos sugirió hacer cambios más profundos a la propuesta de la Comisión Europea, que incluían mayores exenciones y la eliminación del principio que permitiría gravar las transacciones realizadas fuera de la zona europea de la FTT pero efectuadas a través de intermediarios financieros o bienes instalados en ella.

El 12 de junio la FTT fue otra vez tema de discusión en el Grupo de Contacto de Gerentes de Operaciones, conformado por representantes de 20 grandes bancos, entre ellos BNP Paribas, Commerzbank, el Deutsche Bank, HSBC, JPMorgan, Citibank o Santander. Dos días más tarde lo hizo el Grupo de Contacto sobre Divisas.

Ahí expresaron las mismas críticas que en el encuentro del 18 de marzo, además de otras, como la “preocupación respecto a la introducción de una desventaja competitiva para los bancos localizados en los Estados miembros participantes (de la FTT)”. Evocaron incluso “el riesgo de relocalización de instrumentos financieros” como el de las divisas y propusieron “mejoras en las definiciones de la tasa”, que permitieran la exención de productos financieros como intercambios de divisas, de creación de mercado o de actividad de cobertura (hedging activity)”.

El informe de CEO resume: “Hace dos meses (a mediados de mayo), funcionarios del BCE declararon que la institución no tenía posición sobre la FTT y que no sería parte del debate debido a las limitaciones de su mandato. A finales de mayo, sin embargo, el BCE abiertamente ofreció su “ayuda” (en el diseño de la tasa). Y ahora (en julio), el presidente Draghi revela que el BCE está incluso trabajando con la Comisión Europea para perfeccionar la propuesta”.

Y denuncia el “alarmismo oportunista” que sostienen estadísticamente las campañas de cabildeo del sector financiero, que, no obstante, caen en evidentes contradicciones, advierte el documento del CEO: en un boletín informativo publicado en mayo, y cuyo título era FTT: ¿Qué tan grave es?, Goldman Sachs predice que la misma impondría al mercado financiero una enorme carga fiscal de 170 mil millones de euros.

Sin embargo, en otro estudio del ramo, esta vez titulado ¿La FTT alcanzará sus objetivos?, el Deutsche Börse Group considera que el considerable monto que los Estados esperan obtener con la medida es sólo un sueño guajiro, ya que, dice el grupo financiero alemán, “estudios empíricos” indican que alcanzaría los 12 mil millones de euros, apenas una tercera parte de las expectativas planteadas en la propuesta de la Comisión Europea.