BRUSELAS.- Hasta abril pasado, la Federación Internacional de Asociaciones de Pilotos de Aerolínea (IFALPA, por sus siglas en inglés) consideraba al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) como “gravemente deficiente”.
Esa organización, con sede en Londres y que aglutina a 100 mil pilotos de 41 países, clasifica a los aeropuertos que presentan algún grado de inseguridad: La estrella negra significa “gravemente deficiente”; la estrella roja “seriamente deficiente”, y la estrella naranja “deficiente”.
(Artículo publicado en la edición del 23 de Noviembre de 2008 de la revista PROCESO)
El organismo proporciona a sus agremiados una detallada evaluación de las terminales aéreas riesgosas, así como un plan de procedimientos, conocido con el nombre de Medidas Especiales de Operación, que deben seguir durante el aterrizaje o el despegue.
Un reporte de IFALPA fechado el 10 de diciembre de 2007 y con el número de folio 08REG077 indica que durante la Reunión Regional Caribe y Sudamérica de la organización se propuso quitarle al AICM el estatus de “gravemente deficiente” y eliminar las Medidas Especiales de Operación.
De acuerdo con la lista de asistentes, a ese encuentro, efectuado en Buenos Aires el 27 de noviembre de 2007, acudieron dos miembros de la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores de México (ASPA): Circe Gómez y el capitán Fernando Álvarez, así como el actual presidente de IFALPA, el capitán mexicano Carlos Limón.
La propuesta mencionada se discutió durante la 63 Reunión Anual de IFALPA, que se efectuó del 18 al 22 de abril pasado en la Ciudad de México. Este acto fue inaugurado por el secretario de Comunicaciones y Transportes, Luis Téllez, quien prometió a los delegados asistentes que a partir de octubre comenzaría a construirse un nuevo aeropuerto en el Distrito Federal.
Por medio de Ignacio Plaza, consejero legal de la Asociación Europea de Pilotos, con sede en Bruselas, Proceso solicitó a IFALPA información acerca del cambio del grado de riesgo del AICM en la clasificación que realiza ese organismo internacional.
Mediante un correo electrónico, Plaza informó a este corresponsal: “Mis colegas de IFALPA, por cortesía hacia sus miembros, prefieren que la información sobre las deficiencias constatadas por IFALPA en cada país sean comunicadas por las asociaciones (nacionales) directamente”.
Hasta el cierre de esta edición, ASPA no había respondido a las solicitudes de información de este semanario.
El sistema de clasificación de riesgos de IFALPA coincide con el aplicado por la aerolínea española Iberia: A, B, o C. De acuerdo con esta escala, el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México se ubica en la categoría C, la de mayor riesgo, afirma el comandante de Iberia, Luis Lacasa, quien aterriza en esa terminal desde hace seis años. Y explica que antes de utilizar aeropuertos tipo C los pilotos de Iberia hacen ejercicios especiales de aterrizaje cada seis meses.
En conversación telefónica con este corresponsal, Lacasa, de 53 años, 35 como piloto y con 18 mil horas de vuelo acumuladas, señala que hay dificultades relacionadas con la ubicación del AICM.
Explica: “Un avión vuela en una masa de aire; entre menos densa sea esa masa de aire, más dificultades hay para volar. Un aeropuerto a nivel del mar necesita pistas más cortas y el aparato vuela mejor porque tiene más potencia y puede manejar más peso. Un aeropuerto que se encuentra a la altura del de la Ciudad de México hace más complicado todo, ya que el avión desarrolla menos potencia y la velocidad que necesita para realizar las maniobras es mayor. Por este hecho, las velocidades sobre el suelo son superiores a las que logramos en los aeropuertos a nivel de mar”.
Y añade: “El principal problema del AICM es que cuando vas a aterrizar debes realizar una aproximación final con un viraje ya muy cerca de la pista y por encima de la ciudad. Otra gran dificultad es que hay montañas muy altas en las proximidades de la terminal aérea, por lo que se debe efectuar un descenso continuo bastante pronunciado. Eso obliga a los pilotos a ser muy precavidos con las velocidades a las que descendemos, ya que una de las características de los aviones cuando descienden es que planean mucho, y en este caso hay que ejecutar una bajada bastante fuerte”.
Lacasa menciona otros riesgos, ocasionados por la ineficacia de las autoridades aeroportuarias.
“El mayor riesgo para un piloto que aterriza en el AICM se da cuando la pista está encharcada. Las capacidades de drenaje de las pistas no son buenas. Otro asunto que nos causa confusión al aterrizar es la cantidad de luces que hay alrededor del aeropuerto. Entre pilotos decimos que parece un árbol de navidad. Hay muchos coches circulando muy cerca de las pistas de aterrizaje. El rodaje sobre el aeropuerto no es fácil porque hay muchas salidas o caminos cerrados que no están correctamente señalizados.”
-¿Qué consecuencia puede acarrear un encharcamiento de las pistas? -se le pregunta.
-Que pierdas el control del avión en el aterrizaje.
-¿Y una señalización deficiente?
-La incursión inadvertida de una aeronave en la pista lateral, donde esté aterrizando otro avión.