La candidatura de Vicente Fox a la presidencia de la Internacional Demócrata de Centro (IDC) dividió a los dirigentes de los partidos que integran esta organización. Varios de ellos acusaron a Manuel Espino, dirigente del PAN y de la Organización Demócrata Cristiana de América, de manipulación y de excluirlos de varias negociaciones. Para evitar una fractura dentro de la IDC, los delegados optaron por una salida: que Fox compartiera la presidencia con el italiano Pier Ferdinando Casini.
(Artículo en coautoría con Irene Savio publicado en la edición del 23 de septiembre de 2007 de la revista PROCESO)
ROMA.- En la mañana del jueves 20, la reunión de la Internacional Demócrata del Centro (IDC) –convocada en esta ciudad para elegir a su nuevo presidente– corría el riesgo de terminar en fracaso …
La candidatura de Vicente Fox había provocado divisiones y enfrentamientos entre representantes de los partidos de esa organización. Varios de ellos –sobre todo de países sudamericanos– acusaron a Manuel Espino, presidente del PAN de México y de la Organización Demócrata Cristiana de América (ODCA), de manipulación y de excluirlos de las negociaciones finales. Pier Ferdinando Casini, líder de los democristianos de Italia, presidente interino de la IDC y cuya candidatura para reelegirse en este cargo contaba con el apoyo de los partidos europeos, impulsó una “fórmula de solución”: que Fox y él compartieran la presidencia. Mediante esta salida se evitó la fractura de la organización.
La elección de Fox en Roma ocurrió al mismo tiempo que en México legisladores de diferentes partidos pedían investigar al expresidente por supuesto enriquecimiento ilícito. No obstante, el tema estuvo ajeno a los debates de la IDC y no mereció ningún comentario de sus dirigentes.
Más tarde, en una conferencia de prensa varios reporteros preguntaron a Casini si tales señalamientos sobre Fox no afectaban la imagen de la IDC. En respuesta, el italiano lo defendió: dijo que era inocente y que las acusaciones eran una “instrumentalización política” de sus enemigos.
La “fõrmula”
De acuerdo con varios delegados consultados por Proceso, algunos partidos latinoamericanos no fueron incluidos en las negociaciones finales de la ODCA. La candidatura de Fox tampoco fue su jeta a votación durante la reunión de líderes de la IDC.
La noche previa a la designación de la nueva dirigencia internacional, los delegados de la ODCA se reunieron en el restaurante Valentino, ubicado en el quinto piso del hotel Valadier. Aunque oficialmente se dijo que la reunión era para cenar, en los hechos fue para acordar el apoyo en bloque de la candidatura de Fox. Pero no fueron invitados los representantes del Partido Justicialista de Argentina, del Comité de Organización Política Electoral e Independiente de Venezuela y del Partido Social Conservador de Colombia.
En ese encuentro no se logró unanimidad, ya que los representantes del Partido Demócrata Cristiano de Chile no quisieron comprometer su voto.
Durante la cena, Fox les dijo a los comensales: “Seré soldado u obrero, lo que ustedes me indiquen”, comentó a este semanario Xavier Barrón, secretario general de la ODCA.
Los 31 delegados latinoamericanos estaban divididos: unos apoyaban a Fox y otros la candidatura de la peruana Lourdes Flores. Por su parte, los 42 representantes europeos habían pactado su respaldo a la reelección del italiano Pier Ferdinando Casini, que en enero de 2006 reemplazó de manera interina al exmandatario español José María Aznar al frente de la IDC.
Unas horas antes de la reunión en el restaurante, al considerar que un desacuerdo condenaba al fracaso la reunión de la IDC, los delegados de la Unión Demócrata Cristiana alemana promovieron una reunión urgente entre Espino y Tomás Jocelyn Holt, secretario internacional del Partido Demócrata Cristiano (PDC) de Chile.
El objetivo del encuentro era que ambos líderes solucionaran sus diferendos provocados por el acercamiento de Espino con los partidos chilenos Unión Democrática Independiente y Renovación Nacional, ambos ligados a Augusto Pinochet. También se buscó limar asperezas por los cuestionamientos que el dirigente del PAN expresó públicamente contra la participación de los democristianos chilenos en el gobierno de la socialista Michelle Bachelet.
Pero no hubo acuerdo. Espino se comunicó entonces por teléfono con la presidenta del PDC, Soledad Alvear, a quien le prometió reconsiderar su apoyo a tales partidos pinochetistas si a cambio ella abandonaba su oposición a la candidatura de Fox. Pero Alvear no cedió.
Sin acuerdo sobre la candidatura de Fox, la mañana del jueves 20 Casini presentó al Comité Ejecutivo de la IDC –reunido en un suntuoso salón ubicado en la planta baja del hotel Excélsior– una propuesta inusual: compartir la presidencia de la organización con Fox y otorgar una vicepresidencia a Tomás Jocelyn Holt.
Esa “fórmula de solución” fue aprobadapor los 88 delegados de la IDC en una reunión que inició media hora más tarde en el mismo sitio. En ese encuentro, realizado a puerta cerrada, el expresidente colombiano Andrés Pastrana pidió la palabra. En tono enérgico se dirigió a Fox y Casini y les advirtió que tal fórmula de doble presidencia, la cual requirió de una modificación a los estatutos, debilitaba a la organización.
“Conozco animales con 100 pies, pero no con dos cabezas”, sentenció. Más aún: Pastrana denunció que los partidos “de centro”, como el suyo, no estaban siendo correctamente representados por la dirigencia de la ODCA, en referencia al liderazgo de Espino.
Casini contestó que esos problemas tenían que ser arreglados “entre los latinoamericanos”. Acto seguido preguntóbnsi los asistentes estaban de acuerdo con la propuesta. Se escuchó un “tímido aplauso” de los participantes, lo que el italiano interpretó como una “aprobación por aclamación” de la copresidencia de Fox.
Luchas internas
La campaña de cabildeo que orquestó Espino a favor de la candidatura de Fox a la IDC dejó fracturas en el seno de la ODCA. Desde comienzos de año, varios partidos democristianos de América Latina cuestionaron a Espino por haber faltado a un compromiso, adquirido en Santiago de Chile el pasado 11 de noviembre, según el cual los miembros de la ODCA impulsarían la candidatura de la peruana Lourdes Flores.
Pero Espino no hizo caso y mantuvo su activismo a favor de la candidatura de Fox, sobre todo entre los partidos del Grupo Popular Europeo. Esa campaña se intensificó a partir del 26 de junio pasado, cuando Aznar visitó a Fox en su rancho de San Cristóbal.
Dos días después, en Madrid, ambos exmandatarios sostuvieron encuentros también con Casini y Antonio López-Istúriz, el secretario ejecutivo de la IDC, con el propósito de llegar a la cita de Roma con un candidato de consenso.
Sin embargo, los democristianos chilenos insistían en que el acuerdo para apoyar a Flores era válido.
El punto de quiebre llegó el 25 de julio durante una reunión en la sede del PAN entre líderes de este partido, la Unión Demócrata Cristiana de Alemania, el Partido Popular Español y el PDC de Chile, los cuatro pesos pesados de la IDC. Se suponía que en este encuentro se acordaría la candidatura de un latinoamericano, pero terminó en una sesión de acusaciones mutuas.
–Ustedes se quejan de que yo tengo amigos en Renovación Nacional (partido pinochetista) –increpó Espino al secretario intemacional de los democristianos chilenos, Tomás Jocelyn Holt, quien le respondió:
–No, nosotros nos quejamos de que tú no cumplas con tu palabra (de apoyar a Flores).
El domingo 2, de manera sorpresiva, la revista sueca Nuestra Cuba, dirigida por el disidente cubano Carlos Manuel Estefanía, destapó al exmandatario mexicano en un artículo titulado Vicente Fox para presidente de la IDC, el cual reprodujeron medios de comunicación anticastristas.
Dicho texto, firmado por el abogado cubano Yaxis Dall Cires Dub, señlaba a Fox como “un buen candidato para ejercer dicha responsabilidad”, puesto que, subrayaba, “es internacionalmente conocido”, por lo que un líder de América Latina “sería un buen vehículo para que una organización que es fuertemente eurocéntrica vuelva a acercarse a esa región tan azotada por los enemigos de la democracia”.
El miércoles 12, el vicepresidente de Acción Política de la ODCA, el anticastrista Marcelino Miyares, declaró al diario Reforma que Fox no tendría “ningún problema para ganar” en Roma, incluso “por unanimidad”, la presidencia de la IDC. Fox no negó esas declaraciones y al día siguiente dijo que asistiría a Roma como simple “soldado de la democracia”.
Tres días después Eric Porres, el secretario técnico de la ODCA, desmintió a Miyares y aclaró que Casini era el “único candidato” a presidir la IDC.
Ante este panorama, los europeos cerraron filas en torno de Casini. Mariano Rajoy, presidente del Partido Popular Español y hombre cercano a Aznar, se manifestó a favor de que el líder italiano continuara su mandato y que Fox ocupara una de las 17 vicepresidencias.
Así, divididos, los representantes de los partidos de la IDC llegaron a Roma. Y, de acuerdo conel chileno Jocelyn Holt y el colombiano Pastrana, nada asegura que la copresidencia de Fox y Casini –la “fórmula de solución”– subsane las diferencias.
El estreno de Fox como codirigente del organismo internacional tuvo un padrino de excepción: el Papa Benedicto XVI.
Alrededor de las 10:30 horas del viernes 21, Fox y otras 200 personas –entre delegados de la IDC y sus familiares– llegaron a la residencia de verano del pontífice, en el poblado de Castel Gandolfo.
Fox, enfundado en un impecable traje azul, con camisa blanca y corbata a rayas, llegó acompañado de su esposa Marta Sahagún, quien vestía un conjunto sastre de color negro.
Luego de ser saludados por dos elementos suizos de la guardia vaticana, Fox y Marta atravesaron los monumentales arcos del palacio papal, un edificio construido en el siglo XVII.
En el tercer piso, tuvieron que esperar a que el Papa los recibiera, lo cual sucedió hasta la hora convenida. Casini fue el encargado de presentar la delegación y exponerle al Papa un resumen de los resultados de la reunión del día anterior.
Tras escucharlos, el líder de la Iglesia católica los invitó a “perseverar” en su lucha contra “la diseminacin y atrincheramiento de ideologías oscuras y confusas”, y defender “el indisoluble lazo del matrimonio entre el hombre y la mujer”, el “núcleo fundamental de la sociedad”.
Unos pocos privilegiados pudieron besar el anillo papal. Entre ellos estuvieron Fox y su esposa Marta, quienes ante los ojos del Vaticano todavía no son marido y mujer. (Con información de Francisco Marín.)