BRUSELAS.- Mientras que el presidente Felipe Calderón afirma que la inseguridad prevaleciente en México no representa un riesgo para los ciudadanos extranjeros que visitan el país, la familia del activista finlandés Jyri Jaakkola –asesinado en Oaxaca el pasado 27 de abril por un grupo paramilitar– viajará a México con el propósito de informarse sobre el estado que guardan las investigaciones en torno al caso de su hijo.
(Artículo publicado el 28 de Enero de 2011 en la sección Prisma Internacional de la Agencia PROCESO)
El pasado 25 de enero, durante el acto de inauguración de la Convención Nacional de Turismo, Calderón manifestó que, frente al “fenómeno delictivo”, ”la regla general es que es muy claro que la afectación no es contra los turistas nacionales e internacionales, sino que en general la estancia del turismo en México y del turista es placentera”.
Indicó que “el 99.99%” de los turistas “pasa unas vacaciones placenteras en el país”, y anunció que su gobierno desplegará una campaña de promoción turística de México dirigida a los periodistas internacionales.
“Yo viví en México cinco años sin que me pasara nada; pero a Jyri lo mataron dos meses después de haber llegado al país”, dice a Apro Tatjana Markus, amiga cercana del ciudadano finlandés de 33 años, abatido cuando se dirigía a San Juan Copala con otros activistas en una caravana de ayuda humanitaria.
En conversación telefónica, Markus lamenta las declaraciones del presidente Calderón. “Me chocan –afirma la joven de nacionalidad sueca–; son una vergüenza con lo que le pasó a Jyri o al camarógrafo estadunidense Brad Will”, asesinado en Oaxaca el 27 de octubre de 2006 mientras grababa un enfrentamiento entre militantes de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) y gente armada ligada al gobierno de Ulises Ruiz.
“Yo podría haber estado en la caravana en la que participó Jyri. Lo que le paso a él le pudo haber ocurrido a cualquiera”, añade Markus.
Ella arribará a México el próximo 1 de febrero; los padres de Jyri, Eve-Leena y Raimo, la alcanzarán tres días más tarde y permanecerán en el país dos semanas.
Primero viajarán a Chiapas, ”el México que le encantaba a Jyri”, subraya Markus.
El activista finlandés comercializaba en su país el café producido por las comunidades zapatistas en la región de los Altos y el norte del estado. El hermano de Jyri también hará el viaje.
Los familiares de Jyri estarán después en Oaxaca y finalmente en la Ciudad de México.
De acuerdo con Markus, aún está pendiente por determinar si será la justicia estatal o la federal la que se encargue de las averiguaciones. “Desde agosto pasado que estuvimos en México –apunta– las autoridades mexicanas no nos han comunicado avances en el asunto.”
Sin embargo, advierte Markus, “vamos a luchar hasta el final, no únicamente por la memoria de Jyri, sino también por la gente en México que sufre la violencia”.
Raimo y Eve-Leena Jaakkola tienen programado discutir con sus abogados mexicanos la posible creación del Comité de Víctimas Extranjeras de la Violencia en México, el cual anunciaron el pasado 10 de noviembre durante una visita a las instituciones de la Unión Europea en Bruselas.
En esa ocasión, señalaron que los primeros invitados a formar parte de dicho comité serían los padres de Hester Van Nierop –la joven holandesa asesinada en Ciudad Juárez en 1998 y cuyo crimen sigue impune–, así como los de Brad Will.
Consultada por Apro acerca de tal iniciativa, Arsène Van Nierop se manifestó a favor de integrarse “para unir fuerzas”.
El caso Free
El 14 de octubre de 2009 fue arrestado en Cancún el ciudadano holandés Free Bronkhorst, tras haber reñido con dos hombres, uno de ellos Iván Ferrat Mancera, hermano de Alain Ferrat, diputado y líder local del Partido Verde Ecologista de México (PVEM).
El pasado 24 de diciembre Free fue liberado de la cárcel municipal de Cancún. Tres días después, el 27 de diciembre, el diario francés Ouest-France publicó la noticia con las primeras declaraciones de Maarten Bronkhorst, el papá de Free, quien vive en Radon, Francia.
Ouest-France es el diario de mayor difusión en Francia, vende diariamente 800 mil ejemplares en la región oeste del país y en la capital, París.
El periódico señala en su nota que la liberación del joven holandés había sido ”el fin de un largo culebrón”, y se refiere a los hechos: “El 11 de octubre de 2009 –narra el rotativo–, Free, que trabaja en un establecimiento hotelero en México, se ve envuelto en una pelea a la salida de una discoteca en Cancún”.
Continúa: “Entre los protagonistas, el hermano de un diputado y el hijo de un exjefe de la policía. Una demanda es interpuesta. Free es encarcelado a pesar de que un video de vigilancia prueba que él había sido el agredido. Lo que siguió fue un enredo jurídico que terminó en vísperas de la Navidad.”
Free fue declarado culpable del cargo de “provocador de riña” y condenado a dos años de prisión. Al haber pasado ya un año tras las rejas, pudo salir libre bajo fianza (469 euros). También fue condenado a indemnizar a sus denunciantes con 10 mil euros, con el fin de resarcir los “daños morales” que les causó.
En su edición del día siguiente, 28 de diciembre, Ouest-France retomó el asunto:
“La felicidad está a la altura de las angustias que ha vivido este padre desde hace más de un año (…) Maarten pasa varias veces de la esperanza a la decepción. Free espera su juicio en prisión, sin saber cuándo tendrá lugar.
“Finalmente –prosigue el diario–, la espera terminó en vísperas de la Navidad. El tribunal declara a Free culpable. Pero él está libre, lo más importante para Maarten: ‘consejeros de las embajadas (europeas) nos dijeron que podíamos apelar la decisión en otro tribunal, que sería ciertamente más favorable a nosotros.”
Para que eso sucediera, añade Ouest-France, Free tenía que permanecer en México. El padre de Free declaró al rotativo que ”Free tenía ganas de una sola cosa: dejar el país. Para él, su vida en México se acabó”.
Según el padre de Free, éste tomó sus maletas apenas había salido de la cárcel y se dirigió al aeropuerto para viajar a Vancouver, Canadá, donde alcanzó a su novia y a su madre.
La nota de Ouest-France remata: “Maarten no se hace más ilusiones en cuanto a la situación en México: ‘Es tremendo: (México) es peligroso para los turistas pero también para los propios mexicanos. Muchos me pidieron que no los olvidara una vez que Free fuera liberado’.”.