Hoy (27 de noviembre), el Parlamento Europeo aprobó una resolución presentada por los dos grandes grupos, el del Partido Popular Europeo (PPE) y el de Socialistas y Demócratas (S&D), sobre los “derechos de los consumidores en el mercado único digital”. Esta resolución ha causado un gran revuelo en la prensa internacional desde el pasado fin de semana, aún antes de que se haya presentado oficialmente en el Parlamento. Varias agencias de noticias crean la impresión de que el Parlamento quería fragmentar a Google.
El párrafo 15 de la resolución subraya la importancia de los motores de búsqueda en el funcionamiento de la competencia en el mercado único digital. Se insta a la Comisión Europea para aplicar la legislación antimonopolio existente y considerar si la separación de los motores de búsqueda de otros servicios comerciales puede a la larga ser útil en la consecución de este objetivo. Un más amansado “llamado a una ruptura”.
Un peligro diferente
Fue un párrafo posterior de la resolución, que también se ocupa de los motores de búsqueda, el que me llamó la atención. En él, se exige que los algoritmos de búsqueda y los resultados deban ser imparciales para mantener mantener búsquedas en Internet “no discrimatorias” y para asegurar la “competencia y la libertad de elección de los usuarios y consumidores”. En consecuencia, la indexación, la ponderación, la visualización y el orden en los motores de búsqueda deben ser imparciales y transparentes.
Esta redacción es explosiva. Todo me lleva a sospechar que su objetivo es preparar un derecho de autor auxiliar europeo para los editores de prensa. El intento de financiación cruzada para las grandes editoriales a través de Google fracasó espectacularmente en Alemania. ¿Es esta resolución un intento de crear la pieza del rompecabezas que faltó en Alemania?
En octubre, antes de asumir el cargo, Günther Oettinger, Comisario de la UE para la Economía Digital y Sociedad, provocó un debate sobre una ley de derecho de autor auxiliar en toda la UE para los editores de prensa. Ni un mes más tarde, el siguiente movimiento se realiza en esa dirección, esta vez en el Parlamento Europeo.
Cómo fue que el “impuesto Google” alemán se incendió
Vamos a mirar lo que pasó en Alemania: después de una larga campaña de presión, en 2013 fue introducido un derecho de autor auxiliar para los editores de prensa (“Leistungschutzrecht für Presseverleger”). El objetivo: que los editores pudieran cobrar a los motores de búsqueda y agregadores una cuota de licencia por proveer enlaces a sus artículos si tales vínculos fueron acompañados por fragmentos cortos de los contenidos de los editores. La respuesta de los proveedores de motores de búsqueda en Alemania discrepó: GMX y Yahoo eliminaron por completo de sus resultados los sitios web de las editoriales representadas en conjunto por la sociedad VG Medios. El líder del mercado, Google, que había sido el objetivo principal de la ley, anunció que seguiría mostrando los resultados de esos sitios, pero sin ningún tipo de fragmentos de texto e imágenes, a fin de no violar la nueva ley.
Este paso enfureció a los editores: ¿Cómo se atreve Google a violar sus derechos, y por tanto, no estar sujeto a licencias? Poco después, VG Medios cedió y concedió a Google una «licencia revocable gratuita», sólo para Google, claro está. De hecho, una ley que había sido puesta en marcha para obligar a Google a pagar, ahora se aplica a todos menos a Google, y de esta manera sólo sirve para asegurar aún más la posición dominante de Google. Presenté una pregunta a la Comisión Europea sobre las implicaciones antimonopolio de lo que finalmente equivale a un trato preferencial para Google, pero aún no he recibido una respuesta.
La pieza del rompecabezas que falta para el siguiente impulso
Es evidente el interés de los editores de no permitir a Google y otros motores de búsqueda “burlar” la ley de derechos de autor auxiliar excluyendo de su lista de resultados los contenidos de cualquiera que exija derechos de licencia. Los editores presentaron demandas y amenazaron con una denuncia antimonopolio, pero la oficina antimonopolio alemana no se dejó impresionar, respondiendo que Google no podía ser obligado a pagar por el contenido que no desea utilizar. La mejor oportunidad de la editorial sería la creación de una ley real que obligue a Google a indexar su contenido.
Esa es precisamente la que podría ser la verdadera intención detrás de la redacción de la resolución sobre la “neutralidad” de los resultados de búsqueda. Es una idea muy absurda que los motores de búsqueda puedan ser legalmente obligados a indexar sitios que no incluyen en sus resultados sin haber previamente negociado con éxito una licencia. El no aceptar las demandas de un editor en la negociacion dejaría sólo un paso legal: suspender completamente el servicio del motor de búsqueda.
Nuestras enmiendas a la resolución
Mi colega Michel Reimon y yo presentamos enmiendas sobre esta cuestión a nombre de nuestro grupo parlamentario. A través de un cambio del párrafo 11, intentamos descartar una interpretación de la resolución que implica la obligación de los motores de búsqueda para mostrar los artículos de prensa sujetos a derechos de licencia a través de un derecho de autor auxiliar para los editores de prensa. Además, propusimos un nuevo párrafo para llamar la atención sobre los impactos negativos sobre la libertad de expresión de las leyes de derechos de autor auxiliares para los editores de prensa existentes en Alemania y España (enmiendas 30 y 32). Por desgracia, se rechazaron ambas enmiendas.
Si queremos que la Comisión Europea adopte una postura en contra de los poderosos gigantes de la informática, vamos a concentrarnos en las medidas que funcionan: tenemos que tomar medidas tras las revelaciones LuxLeaks )documentos filtrados demuestran que el gobierno de Luxemburgo permitió un sistema para que cientos de corporativos internacionales basados en ese país evadieran impuestos) y poner fin al dumping fiscal en Europa. Las empresas transnacionales de la informática necesitan comenzar a pagar impuestos regulares como todo mundo. Los que realmente se preocupan por la igualdad de oportunidades y un mercado impulsado por la innovación, tendrán que estar de acuerdo que la evasión fiscal es el problema más urgente de abordar.
Lo que no necesitamos son impuestos recién inventados para las empresas individuales, con efectos secundarios peligrosos que amenazan el libre intercambio de información en la red.
[alert style=”success”]Julia Reda es eurodiputada del Partido Pirata de Alemania. El siguiente texto fue publicado el 27 de noviembre pasado en su blog y está sujeto a una licencia Creative Commons (LEER AQUÍ).[/alert]