Aunque no lo percibamos tal cual, la vida diaria tiene elementos que se desvanecen en instantes. El vapor de una tetera, el hielo en un vaso con agua, los restos de espuma en la bañera o las burbujas de jabón son cosas que están destinadas a desaparecer gracias a las cualidades de su propia materia, ya sea que las moléculas se condensen, evaporen o cristalicen. Estas transiciones tienen un punto de inflexión donde lo líquido deja de serlo y se convierte en gas o sólido. Es en este justo punto donde dejan de existir como tal, para convertirse en otra cosa, casi como si tuviesen que destruirse a sí mismos para poder crear algo más. Estos cambios y estas existencias tan fugaces están tan arraigadas en nosotros que ver algo que se desajuste a esta norma puede ser hermoso hasta cierto punto, pero cuando algo sobrepasa lo esperado de su existencia incomoda y desconcierta.
Ese es el propósito de las obras del alemán Luka Fineisen: tomar un momento que debía desaparecer en minutos o instantes y hacerlo duradero, haciendo consciente al espectador de que todo lo que damos por sentado puede desvanecerse, sin más, de un momento a otro. No es casualidad que una de sus piezas más difundidas en redes sociales sea la presentada en 2001 por primera vez: “Burbujas”, que consiste en un conjunto de seis burbujas realizadas con plástico sorprendentemente realistas y colocadas en el piso de la galería. Fineisen toma un elemento representativo de algunas de las vanitas del siglo XVIII y lo traslada a una escultura contemporánea. Las vanitas fueron bodegones que incorporaban elementos que simbolizaban la brevedad de la vida en la Tierra y la vanidad de disfrutar de riquezas en esta vida, en lugar de nutrir el alma para gozar del paraíso eterno después de la muerte; un género muy desarrollado en la España católica de esos días que representó la muerte con un cráneo y la fugacidad de esta vida con burbujas de jabón.
Otras de sus piezas poco conocidas son “Topping”, de 2003, donde hace brotar de las chimeneas de una fábrica espuma; o “Menue”, del 2005, donde inunda un cuarto de la Academia de Artes de Düsseldorf y hace que diez amigos coman allí alimentos de color blanco usando botas de hule. En otras ocasiones ha usado aspersores para crear una cortina de brisa o humo en galerías y edificios. Luka Fineisen nació en Alemania en 1974 y comenzó a estudiar arte en 1996. Ha expuesto tanto en Europa como en Estados Unidos y se puede ver más de su obra en su sitio web o en el portal de la galería que lo representa, la Hosfelt Gallery.
*Versión editada del texto publicado en el portal Fantástico Cotidiano
**Fotos retomadas de Fantástico Cotidiano