BRUSELAS.- El 10 de febrero pasado, el Partido Verde Europeo (PVE), que agrupa a 36 partidos políticos de 32 países de esa región, oficializó el rompimiento de relaciones con el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), al que desconoció como parte de la “familia política verde”.
Ello tras la negativa del PVEM a abandonar su campaña a favor del reestablecimiento de la pena de muerte en el país. Tal decisión no sólo implica el repudio de los verdes europeos y el desprestigio definitivo de la ya desgastada imagen internacional del PVEM, además significa su virtual expulsión de la organización mundial de partidos ecologistas, la Global Verde y, por tanto, un fuerte cuestionamiento a su autenticidad ideológica.
En entrevista con Apro, realizada el pasado 4 de febrero, el copresidente del Comité del Partido Verde Europeo, el belga Philippe Lamberts, aseguró que en adelante ningún representante del PVEM será invitado a las reuniones de la Global Verde, una red de 79 partidos de todo el mundo.
“Con ellos (los verdes mexicanos) no podemos andar con ambigüedades”, recalcó Lamberts, “para nosotros no puede aplicarse la pena de muerte en ningún caso, hay otros medios para luchar contra la criminalidad.”
Así mismo, los verdes europeos suspenderán el envío de representantes a los congresos y reuniones organizados por la Federación de Partidos Verdes de las Américas (FPVA), a la que pertenece el PVEM.
El Comité del PVE, que se reunió la semana pasada, transmitió su decisión a la FPVA y a las otras federaciones regionales de la Global Verde, con el propósito de que éstas analicen también las medidas que tomarán al respecto, explicó a este corresponsal la copresidenta del Comité del PVE, la diputada austriaca Ulrike Lunacek.
–¿La expulsión del PVEM de la federación americana? –se le cuestionó.
–Les comunicamos lo que hicimos nosotros. Ellos tendrán que tomar su propia decisión.
Sin embargo, Lamberts consideró que sería una “incoherencia” que los partidos verdes del Continente Americano, como el de Estados Unidos, que se opone radicalmente a la pena de muerte en su país, defienda al PVEM.
Este jueves 12 de febrero, el representante de los verdes chilenos en la FPVA, Manuel Boquedano, confirmó a la agencia Apro que los miembros de dicho organismo “analizarán” el asunto.
Boquedano, quien asistió a una conferencia sobre el agua en el Parlamento Europeo, juzgó “legítima” la posición del PVE, pero descartó que la federación americana determine la expulsión del PVEM. La razón: no existe tal mecanismo en los estatutos internos del organismo, según explicó.
Manifestó que la FPVA tomaría una decisión hasta su próximo congreso, que tendrá lugar en septiembre en Chile, una vez que ya hayan pasado las elecciones legislativas en México (el 5 de julio).
Derroche
El PVEM es uno de los partidos fundadores de la Global Verde, organismo que se instituyó durante el Primer Congreso de Canberra, Australia, que se celebró del 13 al 15 de abril de 2001.
Tal organización la conforman cuatro federaciones regionales (la europea, la americana, la asiática y la africana): cada una de ellas se organiza de manera independiente a las otras, y participa con tres delegados en la Junta Directiva de la Global Verde.
El PVEM se ha distinguido desde entonces por derrochar recursos económicos, provenientes de sus prerrogativas, que los otros 11 pequeños partidos que integran la FPVA no se pueden permitir.
Entre 1999 y 2007, Silke Helfrich fue la jefa de la oficina para México, Centroamérica y Cuba de la Fundación Heinrich Böll, vinculada al Partido Verde Alemán.
En conversación telefónica desde Alemania, la hoy periodista menciona que, como jefa de la Heinrich Böll, en 2000 intentó acercarse al PVEM para realizar proyectos en común. Sin embargo, apunta, no fue posible por las enormes diferencias ideológicas que los separaban.
Helfrich es tajante: el PVEM despilfarra sin ninguna ética dinero de los contribuyentes mexicanos para posicionarse en la Global Verde y, sobre todo, para controlar la FPVA. “Es su forma de hacer política: ‘yo pago para que te sientas en deuda conmigo’. No hay una estructura sólida entre los partidos verdes latinoamericanos, son grupúsculos, y el poder se obtiene por medios económicos.”
Recuerda una anécdota: la reunión de alcaldes verdes que organizó el PVEM en noviembre de 2002 en Cancún, y al que asistieron más de 70 delegados de Latinoamérica, Europa y hasta de Taiwán.
El partido alquiló durante tres días un hotel de lujo, el Sheraton Cancún, los gastos de manutención de los concurrentes corrieron por su cuenta y hasta pagó el transporte de varios delegados latinoamericanos.
No solo eso: a Reinhard Bütikofer, el entonces secretario general del Partido Verde Alemán, lo llevaron de paseo a Chiapas, mientras que al resto de los participantes les organizaron una visita guiada a la paradisíaca isla Contoy que incluía desayuno y comida en un crucero. Todo lo anterior a cargo del presupuesto del PVEM.
Con ese poderío económico, el PVEM, y en particular su fundador, Jorge González Torres, consiguió implantarse en todas las instancias de dirección política de la FPVA.
En septiembre de 2000, González Torres fue electo secretario general de ese organismo. Actualmente es copresidente a lado de los representantes de los partidos verdes de Brasil y Estados Unidos.
También por designación de la FPVA, González Torres es miembro de la Junta Directiva de la Global Verde. Otra militante del PVEM, Patricia Huerta Doneau, forma parte de la otra instancia de la FPVA, el Comité Ejecutivo.
Advertencias
Mónica Frassoni, la presidenta de los diputados verdes en el Parlamento Europeo, estuvo en México entre el 21 y el 30 de noviembre pasado.
La eurodiputada italiana -nacida en México- explica a este corresponsal que antes de volar a México ya había sido advertida de la postura del PVEM.
Aún así, señala, al llegar al país le causó sorpresa ver los espectaculares haciendo alegoría a la pena de muerte.
El viaje de Frassoni tenía como objetivo informarse de las políticas mexicanas en materia de cambio climático y migración. Sin embargo, comenta, ante la agresiva campaña del PVEM por la pena de muerte se vio forzada a abordar ese tema.
Indica que tocó el asunto con el presidente de la Comisión de Medio Ambiente de la Cámara de Diputados, el ecologista Diego Cobo Terrazas.
“Cuando le cuestioné sobre la pena de muerte, me dijo que ellos consideraban que, en la situación actual de México de extrema violencia, esa opción funcionaba como un elemento disuasivo contra ésta”, comenta Frassoni.
Continúa: “Le respondí que estaba comprobado que no era así, que la pena de muerte no detiene la criminalidad. Le advertí que, en cualquier caso, los ecologistas vemos la participación ciudadana en política de una forma incompatible con el enfoque que ellos defendían.”
Frassoni remarca que el PVEM es el único partido verde del mundo que defiende la pena de muerte. “Estamos escandalizados, dice, no entendemos cómo es posible tener el cinismo político del PVEM, que para ganar algunos votos rompa con los principios del ecologismo internacional.”
El 23 de noviembre la eurodiputada emitió un comunicado de prensa en el que cuestiona a las autoridades mexicanas. Manifestó que para enfrentar con viabilidad el crimen organizado, México necesita un sistema judicial “que no permita la impunidad ni la corrupción” y, además, que el gobierno de Felipe Calderón “abata los problemas sociales que conducen a la criminalidad, como la pobreza y el desempleo”.
El pasado 5 de diciembre Lamberts y la diputada Lunacek enviaron una nueva advertencia al PVEM a través de un correo electrónico.
En esa breve comunicación, a la que tuvo acceso esta agencia, los dirigentes verdes europeos fijaron un ultimátum a la dirección del PVEM: o renunciaba “públicamente” al apoyo de la pena de muerte o, amenazó el PVE, no le dejarían otra opción y los considerarían “fuera de la familia política de la Global Verde”.
La campaña del PVEM, recuerda la misiva, “constituye una flagrante violación” a uno de los principios fundamentales de los partidos verdes, la exigencia de la abolición mundial de la pena de muerte, consagrado en el artículo 10 del capítulo seis de la Carta de Principios de la Global Verde, adoptada durante el mencionado Congreso de 2001 en Canberra.
Dicho documento fue suscrito por el PVEM a través de su representante en el citado encuentro, Natalia Escudero Barrera, que asistió también como delegada de la FPVA y portavoz de la misma.
Pero los líderes del PVEM no sólo hicieron caso omiso de la advertencia, sino que, además, protestaron airadamente por la actitud europea. En su carta de respuesta, fechada el 11 de diciembre, calificaron a los verdes europeos de “antidemocráticos” y “colonialistas”, y los acusaron de “violar la soberanía” de la FPVA.
Los mismos calificativos utilizó el vocero del PVEM, Leonardo Álvarez, para contestar la decisión europea, y agregó que su partido seguiría perteneciendo a la familia verde mientras los reconozca la FPVA.
El 21 de enero pasado, el PVEM consiguió que en la Comisión Permanente de la Cámara de Diputados se presentara un punto de acuerdo para proponer la realización de foros con el propósito de “analizar la pertinencia de incorporar la pena de muerte como medida para combatir la delincuencia”. Fue la gota que derramó el vaso.
(Artículo publicado el 13 de febrero de 2009 en la sección Prisma Internacional de la Agencia PROCESO)