BRUSELAS (apro).- El Consejo de Administración de Swissinfo, el portal de información internacional en Internet de la Sociedad Suiza de Radiodifusión y Televisión –que ofrece un servicio en español–, decidió el pasado 28 de junio recortar su presupuesto anual de 26 a 17 millones de francos suizos (de 22.4 a 14.7 millones de euros).
De ese modo, prosiguen las reducciones presupuestales de los medios públicos europeos destinados a la audiencia global, que en el caso de la información relacionada con México suelen abrir sus espacios a los críticos de la guerra contra el narcotráfico del gobierno de Felipe Calderón.
Un día antes del anuncio de Swissinfo, el parlamento holandés aprobó el 27 de junio una disminución de 46 a 14 millones de euros en el presupuesto anual de Radio Nederland –con 50 millones de radioescuchas a la semana–, efectivo a partir del 1 de enero de 2013.
En una nota publicada por Apro el pasado viernes 8, el representante especial para Latinoamérica de esa emisora pública holandesa, José Zepeda, consideró ese recorte como una decisión política del gobierno conservador de Mark Rutte.
Zepeda aseguró que el servicio en español no desaparecerá, pero al menos la mitad de la actual plantilla laboral de 21 personas tendría que ser despedida, y serían eliminados programas, series, temas y eventos.
“La región –señaló Zepeda en entrevista– pierde un medio global confiable. Es un medio que ha hecho un esfuerzo significativo por ser realmente pluralista y por darle voz a todas las víctimas (de las violaciones a los derechos humanos en Latinoamérica)”.
Así, a través de un comunicado, el 29 de junio el director de Swissinfo, Peter Schibli, y el redactor en jefe, Christophe Giovannini, informaron que “la actividad periodística se reorganizará” en 2013, y confirmaron que “los costes del ejercicio anual para el mandato de información al exterior serán reducidos en nueve millones de francos suizos” (7.7 millones de euros).
En concreto, indicaron, “la oferta será condensada”, es decir las redacciones en italiano, francés y alemán –las lenguas nacionales suizas– serán reagrupadas en una sola redacción y desaparecerán 40 de los 126 puestos fijos de trabajo de Swissinfo, que maneja nueve idiomas.
Schibli y Giovannini detallaron que “las supresiones serán de dos tercios en las funciones de soporte y de un tercio en los puestos de las redacciones, sobre todo en el caso de las lenguas nacionales del país. Las plazas de soporte desaparecerán progresivamente hasta finales de 2012 (y) dos tercios de los puestos serán suprimidos con dimisiones voluntarias, jubilaciones anticipadas o transferencia de efectivos hacia otras unidades empresariales del ente público”.
Swissinfo, que nació en 1999, fue originalmente el portal en Internet de la extinta Radio Suiza Internacional, que en 2000 suspendió sus actividades radiales en español. El mismo año abrió el servicio en ese idioma en la página de Swissinfo en Internet.
Hace seis años el Consejo de Administración de Swissinfo anunció un plan para ofrecer contenidos de información internacional únicamente en inglés, que no prosperó gracias a un fuerte rechazo de la audiencia.
Apro contactó a Belén Couceiro, la jefa de la redacción en español de Swissinfo, que declinó comentar sobre las consecuencias del recorte en el departamento a su cargo y remitió al corresponsal con Schibli, quien no estuvo disponible en su oficina de Berna.
Recorte inglés
El pasado miércoles 6, el Sindicato Nacional de Periodistas de Gran Bretaña decidió irse a huelga los días 15 y 29 de julio para protestar contra los despidos obligados que planea efectuar la cadena pública British Broadcasting Corporation (BBC) en su servicio exterior –que incluye el departamento en español BBC Mundo– y en el de monitoreo de medios internacionales (BBC Monitoring).
En esos dos servicios serán suprimidos 387 puestos, de acuerdo con la directora de BBC News, Helen Boaden, quien reconoció que uno de cada tres despidos en el servicio exterior será forzoso y no voluntario, y dos de cada tres casos en el servicio de monitoreo.
La secretaria general del sindicato, Michelle Stanistreet, advirtió que no aceptará esa situación, y ha exigido la reubicación en la empresa del personal cesado contra su voluntad.
El mismo 6 de julio, Boaden respondió categórica: “Nuestra posición financiera no nos permite ser capaces de cumplir con la demanda del sindicato para que no haya despidos obligados, y retrasar las decisiones ahora significa que tendremos que efectuar más ahorros en el futuro que potencialmente cuesten más puestos de trabajo”.
El 26 de enero pasado, Mark Thompson, director general de la BBC –cuyo servicio exterior tiene una audiencia semanal global de 166 millones de personas–, confirmó el cierre de los servicios completos (radio, Internet y otras plataformas) en idioma serbio, albanés y macedonio, así como aquél en inglés destinado a la región del Caribe y en portugués para África; además, señaló, en los siguientes tres años serían eliminados 650 empleos de dos mil 400 que dispone el servicio exterior del corporativo.
El gobierno conservador de David Cameron decidió también terminar con la programación radial en azeri (Azerbayán), chino mandarín, ruso, turco, vietnamita, ucraniano, y con las transmisiones en español dirigidas a Cuba. En ese momento se contempló cesar las emisiones en onda corta de los servicios en hindi (India), indonesio, kirguís (Kirguistán), nepalí, swahili y el servicio compartido para Ruanda y Burundi.
Según reveló el secretario británico de Asuntos Exteriores, William Hague, los dirigentes del servicio exterior de la BBC incluso le sugirieron que suprimiera completamente todas las plataformas de comunicación del corporativo, “más de 13 servicios lingüísticos” de los 32 existentes, lo cual, dice, él no aceptó.
Adicionalmente, el gobierno británico dictaminó un recorte de 16% en la subvención de 307 millones de euros anuales que recibe de éste el servicio exterior de la BBC, que no percibe fondos del contribuyente británico como el resto de la cadena pública.
La situación amenaza con empeorar: Chris Patten, presidente de BBC Trust, el organismo supervisor de ese ente público, adelantó el martes 12 que en el futuro deberán tomarse más “decisiones difíciles”.
Apro consultó una fuente interna de BBC Mundo (el servicio en español), que a condición del anonimato pudo confirmar que ya ha sido despedido personal en esa área y que hay “un número importante” que será despedido próximamente.
Añadió que en los últimos cinco años, BBC Mundo redujo al mínimo sus áreas de investigaciones especiales y de interactividad con la audiencia, y desapareció su programación de radio, mientras que los presentadores estrella de la cadena y sus directivos ganan más de medio millón de euros al año.
Por otro lado, un colaborador habitual constató que, desde hace algunos meses, ese mismo servicio en español dejó de comprar reportajes de periodistas freelance.
Críticas
En su cobertura informativa sobre México, Swissinfo –como otros medios públicos europeos– no ocultan ni minimizan las expresiones de preocupación y crítica respecto a la situación de violencia que, a raíz de la guerra contra el narcotráfico, está hundiendo al país.
En su más reciente artículo, del 25 de junio pasado, que titula “La sociedad mexicana, ¿víctima colateral?”, Swissinfo entrevista al historiador y sociólogo suizo Stephan Suhner, actual representante del Programa Suizo de Observación y Promoción de la Paz en Chiapas (Propaz).
Suhner menciona que el programa suizo sigue con preocupación la escalada de la violencia en México, que se ha recrudecido con el gobierno de Felipe Calderón, y destaca que se ha intensificado la represión y criminalización de los movimientos sociales.
Opina que “la supuesta guerra contra el narcotráfico sirve para ejercer el control social”, ya que hay zonas del país donde se pretende construir megaproyectos de empresas trasnacionales y se militarizan con el pretexto de luchar contra los cárteles de la droga, cuando en realidad se persigue cualquier resistencia de los lugareños.
“Hay tantos grupos armados, tantos frentes, tanta vinculación entre luchas políticas y económicas, tantos muertos, que ya no se sabe de dónde viene la bala, ni por qué… o bueno, muchas veces sí: por el compromiso social de las víctimas”, expresa el activista suizo, quien deplora que el presidente Calderón se refiera a las bajas de la sociedad civil como “víctimas colaterales” de su guerra contra el tráfico de estupefacientes.
Suhner, que trabaja también como investigador en temas agrarios colombianos, agrega: “México avanza a pasos muy rápidos a la situación que vivió Colombia hace 20 años”.
En una nota anterior del 7 de abril, con el título “En Guerrero, cuando el ejército sale…”, su primer párrafo señala: “A Inés y a Valentina las violaron los soldados. No son las únicas. En la montaña de Guerrero, baluarte de la pobreza, el pan nuestro de cada día son los atropellos. Raúl y Manuel luchaban por un cambio. Están muertos. Los asesinaron. No son los únicos. Sus viudas se desgarran entre exigir justicia y alimentar a sus hijos”.
La nota gira en torno a las explicaciones del activista mexicano y dirigente del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, Abel Barrera, durante su gira por Suiza.
El 19 de febrero, Swissinfo –sitio visitado cada mes por casi 2 millones de personas– publicó: “Inmerso el país (México) en la peor crisis de seguridad de su historia reciente, el presidente Felipe Calderón optó por la acción militar. ¿Resultado? Una espiral de violencia sin menoscabo evidente para el narcotráfico –enemigo declarado–, pero con un triste saldo para los derechos humanos”.
El encabezado del artículo: “En México: ¿guerra contra el narco o contra la sociedad civil?”. Tal nota incluye entrevistas con la abogada mexicana Alba Cruz, del Comité 25 de Noviembre de Oaxaca, durante una conferencia en Zurich, Suiza, y con el periodista del diario helvético Tages Anzeiger, Roman Berger, quien acababa de regresar de un viaje a México organizado por la citada organización Propaz.
Ahí, Berger declaró que la violencia en México “es un problema muy grande como consecuencia de la llamada guerra contra el narcotráfico”, pero que “hay otros tipos de violencia como resultado de la represión de los movimientos sociales y de la pobreza, que es mucho más grave a raíz de la crisis”.
Berger comentó a Swissinfo que, “con la guerra emprendida contra el narcotráfico, el presidente Calderón busca legitimar su mandato, tras una polémica elección el 2 de julio de 2006″.
(Artículo publicado el 15 de Julio de 2011 en la sección Prisma Internacional de la Agencia PROCESO)