BRUSELAS.- El Cuarto Foro de Diálogo Sociedad Civil México-Unión Europea (UE), que tendrá lugar en la Ciudad de México los días 25 y 26 de octubre de 2010, carece de sentido porque las autoridades europeas y mexicanas no han cumplido con sus compromisos, señala Gérard Karlshausen, el encargado para México de la organización no gubernamental Iniciativa de Copenhague.
El veterano activista, de nacionalidad belga, explica que por tal razón, por primera vez desde que nació este foro, hace ocho años, las organizaciones de la sociedad civil europea decidieron no participar en la cita de México.
En una larga entrevista con apro, realizada el martes 19, Karlshausen advierte tanto a las autoridades de la UE como al gobierno de Felipe Calderón: “Si no nos toman en serio, no pueden decir que están favoreciendo el diálogo con la sociedad civil”.
El primero de los foros de diálogo de este tipo tuvo lugar en Bruselas en 2002, por iniciativa de la Comisión Europea.
El ofrecimiento de las autoridades europeas fue reunirse oficialmente con la sociedad civil de ambos lados para discutir las principales problemáticas en torno de la relación bilateral, y así suplir la ausencia de espacios de diálogo oficiales con las ONG dentro del Acuerdo de Asociación Económica, Concertación Política y Cooperación, que entró en vigor en 2000.
El gobierno del entonces presidente Vicente Fox aceptó sin mucho entusiasmo la iniciativa europea.
Las ONG mexicanas y europeas –de manera muy destacada la Iniciativa de Copenhague– presentaron por escrito los proyectos para crear instancias de participación ciudadana, en el marco de dicho acuerdo bilateral, como un Observatorio Social o un Comité Consultivo Mixto.
Porfirio Muñoz Ledo, en esa época embajador de México ante la UE, y Víctor Maldonado, entonces jefe de la unidad para México de la Comisión Europea, se comprometieron a analizar tales propuestas y darles una respuesta. Lo mismo han prometido en los foros siguientes los funcionarios de turno.
Así, en el tercer foro, también celebrado en Bruselas, la representante del gobierno calderonista fue la embajadora Sandra Fuentes-Beráin.
Hasta ahora las autoridades continúan estudiando los proyectos de las ONG.
–Han pasado 8 años desde el primer foro de Bruselas, ¿cuál es la situación actual?, se le cuestiona a Karlshausen, también encargado de asuntos europeos del Centro Nacional de Cooperación al Desarrollo (CNCD, por sus siglas en francés), la plataforma de ONG más grande de Bélgica.
–Después del tercer foro, celebrado en México en 2008, las ONG salimos contentas. Emitimos algunas recomendaciones, tuvimos algunos debates interesantes, y las autoridades nos prometieron, por ejemplo, la organización de un foro de diálogo cada dos años y la realización de otro “foro intermedio”. La Comisión Europea también nos prometió que nos harían comentarios sobre las recomendaciones que les hicimos en el tercer foro. Desde entonces, hace casi dos años, tratamos de darle seguimiento a todo esto.
“Pero sucedieron varias cosas”, acusa Karlshausen.
“La Comisión Europea quiso consensuar sus reacciones con el gobierno mexicano. Demoraron muchísimo. Una vez que nos respondieron por escrito, nos surgieron muchas preguntas. A numerosas recomendaciones, nos contestaron que cumplirlas no era de su competencia. Entonces, a principios de este año mandamos una carta a la Comisión Europea donde les dijimos: ‘estamos muy satisfechos de recibir de su parte una reacción y comentarios del foro, pero eso conlleva muchas dudas para nosotros, por lo que queremos seguir dialogando con ustedes’. Nunca nos contestaron”.
Karlshausen platica que las reacciones del gobierno mexicano y la Comisión Europea tardaron tanto tiempo que las ONG europeas supusieron que no había tiempo ni dinero para hacer una reunión intermedia, como habían prometido las autoridades.
Señala: “Desde hace más de un año les propusimos organizar una videoconferencia para darle seguimiento a las propuestas del tercer foro y preparar el cuarto. Pero su respuesta también demoró mucho. Finalmente, la videoconferencia se realizó, pero de manera muy ‘técnica’ y hace apenas dos semanas”.
El entrevistado comenta que hubo resistencia de las autoridades a llevar a cabo esa videoconferencia: “Querían que se realizara sólo entre sociedad civil, no con los representantes del gobierno mexicano y de la Comisión Europea. Nosotros insistimos que estuvieran y que tuviéramos un intercambio de ideas de fondo, sobre derechos humanos, por ejemplo. Pero las autoridades llegaron a la videoconferencia con un programa de discusión técnica, práctica, de simple logística para la preparación del cuarto foro. Nosotros dijimos que no nos interesaba tener una videoconferencia de este tipo porque no iríamos al cuarto foro”.
Por lo menos del lado mexicano, dice el veterano activista, el gobierno y la sociedad civil se encontraron durante varios meses y tuvieron discusiones.
“La sociedad civil mexicana –expone Karlshausen– ve el foro como un espacio de diálogo con su propio gobierno. Pero nosotros desde hace meses pensábamos que no habría foro, por lo menos para este año, así que no planificamos nada, no lo planteamos, y tampoco escuchamos nada. El funcionario que conocía bien el asunto en la Comisión Europea, Giovanni di Girolamo, se fue. Quedó el puesto vacío un tiempo y después vino otra persona que no estaba muy enterada del foro. Tuvimos que volver a discutir todo desde el comienzo. Entonces por eso decidimos no ir México: no tenemos dinero ni tiempo para ir a una reunión que no se trabajó”.
Continúa: “Se pueden criticar los foros anteriores, pero al menos nosotros habíamos tenido con la Comisión Europea una cierta dinámica de discusión sobre los temas y los retos. Esta vez no pasó nada.
“La Comisión Europea sólo nos convocó a entregar listas de organizaciones que podían invitar al cuarto foro. Pero no hubo ningún seguimiento al tercero. La respuesta blanda e incierta de las autoridades mexicanas y de la Comisión a nuestras propuestas del tercer foro, la cual ya mencioné, no es un avance en la discusión. Ni siquiera nos respondieron a esa carta de preguntas, ni hubo la teleconferencia que nosotros esperábamos. No hubo nada”.
–Sin la parte europea el foro pierde sentido. Se supone que es un foro entre cuatro partes: autoridades y sociedad civil de Europa y México.
–Hemos escuchado que, hasta la fecha, no hay participantes europeos registrados. Incluso el Comité Económico y Social Europeo iba tal vez al foro, pero como observador. La Confederación Europea de Sindicatos pensaba participar, pero no tengo confirmación de ello. Es decir, como yo veo las cosas, habrá un foro importante como espacio de diálogo sobre políticas externas de la sociedad civil mexicana con el gobierno mexicano, pero será un foro México-México.
Prosigue: “Ha habido cierta ampliación de la cantidad de gente que tiene interés en este tipo de debates; hay académicos, sindicatos, ONG. Esta dinámica me parece positiva, el debate sobre las relaciones entre Europa y México. Ahora bien, ¿habrá diálogo con la delegación de la UE allá en México? Según lo que tengo entendido, sólo asistirán al foro funcionarios locales de la delegación, no irán altos funcionarios de Bruselas. ¿Habrá sociedad civil europea? Tal vez algunas personas se acerquen al foro, pero únicamente aquellas cuyas organizaciones tienen oficinas locales en México.
“La dinámica que habíamos tenido en el tercer foro, de cuatro partes (autoridades y sociedad civil de México y Europa), ésa ya se perdió”.
–¿Tiene así sentido continuar con este mecanismo de foros?
–Seguiremos conversando con la Comisión Europea sobre las relaciones con México, y seguiremos reflexionando en mecanismos de diálogo a cuatro partes. Pero vamos a ver qué pasa durante y después del cuarto foro. Las partes de la sociedad civil con las que tenemos más contactos dicen que ellos van a tratar de avanzar en mecanismos más permanentes de diálogo. Es una lástima, pero aquí en Europa la atención sobre México está muy baja.
–¿Y a qué se debe eso?
–Al posicionamiento político de México, desde tiempos del presidente Carlos Salinas de Gortari, como país de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), como país que se declara parte del primer mundo. En este momento, una ONG que tiene muchas limitaciones financieras va a dedicar más esfuerzos a los países más pobres. ¿Dónde están las ONG belgas? En Centroamérica, sobre todo en Guatemala, y en la Comunidad Andina de Naciones, principalmente en Bolivia y Ecuador, que son los más pobres del bloque. También la cooperación oficial belga va para allá.
“México aparece como una nación ‘grande’. Solamente las ONG que siguen trabajando más con México son las que apuntan al diálogo político, no tanto a discutir sobre proyectos de cooperación, sino más bien acerca de los modelos de desarrollo y la relación entre México y la UE”.
Analiza: “El problema de muchas ONG europeas es que han salido de México, han cerrado sus oficinas, han terminado sus proyectos allá. Muchas ONG vinculan su trabajo político con su presencia en proyectos de desarrollo. Eso tiene una ventaja: están hablando de cosas que conocen, que viven todos los días, y no solamente de discusiones abstractas en oficinas.
“Para un país como México es una lástima que la mayoría de las ONG europeas no tengan proyectos y apoyos concretos. Éstas dicen: ‘nosotros queremos incidir en la relación con Guatemala, con Colombia, con Perú, pero ya no con México’”.
–En el primer foro había mucho entusiasmo de las ONG europeas y mexicanas, consideraban que era posible presentar proyectos, que se pusieran en marcha y que incidieran en las decisiones del tratado. Ahora la actitud es totalmente distinta, por eso insisto: ¿este mecanismo puede seguir funcionando?
–No queremos cerrar las puertas del diálogo. La forma ya se verá: si las autoridades nos proponen otro foro dentro de uno o dos años, con una verdadera estrategia, y si nosotros tenemos la capacidad y los ánimos de juntar los fondos y movilizar organizaciones para ir, seguiremos haciéndolo. Pero un foro es un foro. Un foro es interesante, pero no tiene que ser una pantalla dentro de la cual no hay nada. No lo vamos a echar a la basura, pero para nosotros ya se perdió el momento. Ahora queremos ver si seguimos.
“Francamente la actitud de las autoridades mexicanas, como de la Comisión Europea, no favorece la relación de la sociedad civil UE-México. Tenemos pocos medios y muy pocos apoyos. Es fácil decir a la Comisión: ‘A ver, los nombres de las personas que quieren ir a México’, pero ¿quién paga el pasaje? Como se ha desgastado este mecanismo, hay mucho menos ánimo. La gente tiene poco dinero y tiene que escoger, y si le parece más interesante ir a dialogar con los pueblos indígenas de la Comunidad Andina, y más rentable, y más posible, toda la energía y el dinero que se tiene se va para allá”.
Karlshausen piensa que todavía las autoridades pueden reactivar futuros foros “abriendo mecanismos de diálogo”.
“Conocemos al gobierno mexicano y los problemas de la sociedad civil mexicana. Tenemos información de que las reuniones de las ONG mexicanas con los funcionarios de la Secretaría de Relaciones Exteriores fueron muy duras. Pero al final, incluso los miembros más radicales concluyeron que valía la pena seguir el diálogo”, señala.
Y agrega: “Las ONG en Europa decimos: ‘que dialoguen, y a ver si ese mecanismo lo podemos volver a ampliar a un diálogo entre los cuatro interlocutores, con o sin foro’. En la red Cifca estamos reflexionando sobre la conveniencia de ya no tratar las cosas sobre una base meramente geográfica, y tal vez trabajar sobre temáticas transversales, derechos humanos, energía, recursos naturales, minería…
“Ahí hay temas que podemos tratar juntando los pocos recursos que tenemos en cada país, y poner ese sistema en la mesa de diálogo con las autoridades, tanto allá como acá”.
–Ustedes ya están buscando mecanismos alternativos.
–Yo ya había olvidado las fechas del foro de México… La oficina de Asuntos Exteriores de la Comisión Europea –es decir la unidad para México, así como la oficina para América Latina– no invirtió, no realizó los esfuerzos que hizo antes para promover el foro. Eso nos puso en una condición técnica, material y política que no nos permite ir al foro.
–¿No temen haber sido instrumentalizados por las autoridades, las cuales ahora pueden decir que sí tienen un diálogo con la sociedad civil?
–En todas las políticas de la UE tenemos este debate sobre la instrumentalización de la sociedad civil, con los países ACP (África, el Caribe y Pacífico), en las negociaciones sobre los tratados de libre comercio, etcétera. Hay análisis que dan a pensar que estos diálogos no sirven de mucho. Muchas veces son muy teóricos.
“La capacidad de incidencia de la sociedad civil, a pesar de todos estos mecanismos oficiales, como los foros, no se incrementó mucho, pero tampoco la sociedad civil se deja manipular. Nosotros reaccionamos. Si no vamos al cuarto foro en México es una consecuencia práctica de todo lo que pasó, pero es también un acto político.
“Decimos a las autoridades, ‘si no nos toman en serio, si no ponen los medios para que nosotros podamos actuar, no pueden de ningún modo afirmar que están favoreciendo un diálogo’. No vamos a pedir prestado al banco para ir al foro de México; no vamos a ir porque ustedes inventaron de repente un foro sin prepararlo y sin darle seguimiento. Las ONG europeas vamos a ver qué hay después de la ‘caída’ de este foro: si vale la pena construir algo sobre sus ruinas.
–¿Y quién pierde con el fracaso del foro?
–La sociedad. El diálogo con la sociedad civil no tiene interés si no puede poner en la mesa algunos problemas, si no podemos apoyar más la lucha contra el feminicidio; si a través de estos mecanismos de diálogo no podemos discutir los temas sobre recursos naturales, sobre derechos humanos… La gente que sufre, que vive la violencia en México y aquí; que vive la exclusión por el tipo de modelos económicos que tenemos en ambos lados, esa es la gente que pierde.
“La creación de un Comité Consultativo Mixto que tanto habíamos pedido, lo mismo que el Observatorio Social, todos estos esfuerzos se están perdiendo en este momento”.
(Artículo publicado el 22 de Octubre de 2010 en la sección Prisma Internacional de la Agencia PROCESO)