BRUSELAS.- “Durante siglos la monarquía ha resistido para proteger a su pueblo y su libertad”, escribe un joven británico.
“De ninguna manera –continúa– la raza musulmana (sic) puede imponer sus reglas en nuestro país. Yo creo que el líder de la Liga Inglesa de Defensa es un verdadero caballero que está haciendo algo por el honor de Inglaterra y su pueblo.”
Otro joven alemán, simpatizante de la organización ultraderechista Libertad (Die Freiheit, en alemán), expone: “Estoy contra la islamización (sic) de Europa y la intolerancia de la migración turca y árabe hacia los gays y los judíos. Estoy a favor de la preservación de los valores culturales de nuestras democracias europeas.”
Un seguidor del Partido Popular Danés explica: “Los extranjeros están lentamente sofocando a nuestra querida nación. Ellos tienen tantos niños y los educan tan mal que en tres o cuatro generaciones no alcanzarán una conducta decente.”
“Me dan ganas de enviarlos de regreso a sus países, en lugar de tenerlos que mantener y darles trabajos. Estaría mucho mejor si le dieran primero trabajo a los italianos, como a mí, ya que estoy desempleado”, dice un muchacho italiano que apoya a la agrupación extremista de la Liga Norte.
“Lamento la pérdida de nuestras costumbres y tradiciones –se queja un seguidor francés del Frente Nacional, el partido de extrema derecha de ese país–; hay demasiados extranjeros y casi sentimos vergüenza por ser blancos y amar a nuestra patria.”
Esas son algunas de las respuestas que miles de jóvenes europeos dieron a un sondeo realizado por el centro de estudios británico Demos, que por primera vez se ocupa de las actitudes en las redes sociales de ese segmento de la población que simpatiza con los partidos o movimientos de la extrema derecha.
Su conclusión es tajante: una nueva generación de jóvenes ultraderechistas europeos está expandiendo sus ideas a través de redes sociales como Facebook, donde ya conforman una legión que está haciendo resurgir peligrosamente a los partidos de esa corriente.
El crecimiento del peso político de los partidos de extrema derecha en Europa se está replicando en Internet, advierten Jamie Bartlett, Johnatan Birdwell y Mark Littler, autores del sondeo fechado en noviembre.
La militancia de los jóvenes ultraderechistas en las redes sociales se puede contar “por decenas de miles”, aseguran los autores: “La mezcla de actividad política real y virtual –alertan—es la forma en que millones de personas, principalmente jóvenes, se están relacionando con la política en el siglo XXI”.
Intolerancia adolescente
Demos identificó y envió un cuestionario a miles de simpatizantes ultraderechistas con cuenta en Facebook, que fue seleccionada por ser “la red social más popular en Europa, y en la que los partidos populistas tienen una vasta presencia”.
Respondieron 12 mil 326 adeptos de los siguientes partidos ultraderechistas: de Francia, Bloque Identitario y Frente Nacional; de Reino Unido, Partido Nacional Británico y Liga Inglesa de Defensa; de Italia, Liga Norte y CasaPound Italia; de Dinamarca, Partido Popular Danés; de Alemania, Libertad; de Austria, Partido de la Libertad; de Finlandia, Auténticos Finlandeses; de Suecia, Demócratas Suecos; de Holanda, Partido por la Libertad; y de Bélgica, Interés Flamenco.
También fueron entrevistados seguidores del Partido del Progreso de Noruega, en el que militó y se formó políticamente el joven Anders Behring Breivik, quien en julio pasado cometió dos atentados terroristas dirigidos a protestar contra la sociedad multicultural de su país.
Los ciberpopulistas son mayoritariamente hombres (75%); en ningún país las mujeres representaron más de 36%. Resalta el hecho de que la mayoría, 63%, son menores de 30 años, ya que en Facebook ese grupo de edad representa 51%.
En cuanto a su nivel educativo, 45% declaró tener estudios básicos, y 53% de preparatoria o universidad. La mayor parte de los seguidores de los Demócratas Suecos (82%) tenían educación básica, pero eso se debe a que son los más jóvenes de la encuesta: 63% tienen entre 16 y 21 años. En esa misma edad le siguen los adeptos del Frente Nacional francés (47%) y de la Liga Norte italiana (45%).
En cambio, 64% de los simpatizantes del Partido del Progreso de Noruega estaban por encima de los 30 años de edad, como es el caso de Behring.
Otro dato: 54% de los entrevistados aseguraron que tenían empleo y 14% no, mientras que 30% declaró que estudiaba. La tasa más alta de desempleados (22%) recayó en los adeptos del Partido Nacional Británico.
El estudio menciona que no son activistas “de oficina”, ya que muchos son miembros de un partido o votantes y tienden a manifestarse más que otros colectivos políticos: 67% de ellos votaron por el partido ultraderechista de su preferencia en las últimas elecciones generales, a pesar de que casi la mitad de éstos (32%) no se consideran miembros partidistas formales.
La mitad de los jóvenes británicos de la Liga Inglesa de Defensa se declararon integrantes “formales” de esa organización, el porcentaje más alto.
Un 26% declaró que suele manifestarse o protestar en las calles, lo que supera significativamente la media de otros grupos ideológicos (10%).
Desconfianza
Un hallazgo revelador del perfil de estos ultraderechistas de Facebook es la fuerte desconfianza que experimentan frente a sus gobiernos nacionales y a la Unión Europea: mientras que el promedio de confianza del primer indicador es de 43% entre la población general europea y de 44% en el segundo, el de este segmento apenas llega a 20 y 14%, respectivamente.
Peor aún, solo 30% confía en el sistema judicial de sus países, cuando ese promedio es de 60%; confían más en la policía y el ejército. El colmo: uno de cada cuatro de los encuestados afirma que la violencia es aceptable si ésta conduce a fines loables.
Un 38% de los entrevistados respondió que la razón para unirse a una organización extremista es que comparte sus valores, principios, normas, creencias y aspiraciones. Sin embargo, hay variaciones notables entre países: mientras así respondieron 81% de los simpatizantes del Partido del Progreso de Noruega, solo 15% fueron los casos de los seguidores de la Liga Inglesa de Defensa y el Partido Nacional Británico.
Otro 17% dio como razón el amor por su país, el deseo por preservar las tradiciones nacionales y los valores culturales. En esta categoría las variaciones se invierten: 31% de los seguidores de los partidos británicos citados lo piensan y sólo 3% de los noruegos.
Un 17% más se une a partidos ultraderechistas a causa de sus convicciones antinmigrantes, sobre todo los simpatizantes de los Demócratas Suecos (36%) y apenas 1% de los adeptos de CasaPound Italia.
El estudio subraya que los jóvenes de entre 16 y 20 años son los que más citan esta causa para explicar su apoyo a la extrema derecha (20%), el doble de los adultos mayores de 50 años, lo que contradice la creencia popular de que esta población es más hostil a los extranjeros.
Hay también un grupo de jóvenes, 10%, que evoca posiciones contrarias al Islam, a los musulmanes o a los árabes. Quienes más aludieron esta justificación fueron los partidarios de la Liga Inglesa de Defensa, 41%, y, aunque parezca extraño, ninguno en el caso italiano.
Uno de esos jóvenes señala: “Sobre todo me uní a Die Freiheit porque lucha contra la ideología islámica y la islamización (sic) sin ser racistas, lo que significa que ellos no están contra los musulmanes, si ellos no son criminales y se integran ellos mismos”.
Un poco menos, 9%, explicó su pertenencia a un partido extremista como una cuestión de integridad. Se trata de aquellos afiliados que hablan con admiración de la honestidad, rectitud y coraje de los políticos ultraderechistas que creen que son congruentes con sus convicciones, y no mencionan de ninguna manera su falta de fe en las instituciones. Ese razonamiento fue el mayoritario entre los seguidores de CasaPound Italia (17%) y el menor (2%) entre los británicos. Además, dicha causa –la desilusión de las instituciones establecidas–, la comparten 13% de los jóvenes encuestados.
Dice uno: “Simpatizo con el Frente Nacional porque no soporto las mentiras desesperadas de los diputados, la acomodada vida que ellos viven mientras que la mayoría de los franceses enfrentan multitud de problemas como la inseguridad o la migración masiva, y es la clase media la que siempre paga.”
Crisis económica
Una categoría interesante es la justificación que se basa en la economía: política de impuestos, pobreza, desempleo, política comercial, globalización o redistribución de los ingresos.
Así explica un joven su pertenencia al partido de extrema derecha danés: “¿Dónde está la preocupación por nuestros hijos? ¿Dónde está la gente que va a llevar adelante a la sociedad danesa? No me explico cómo puede haber tantos recortes en materia de infancia.
“Los Auténticos Finlandeses son honestos con la causa finlandesa –responde un joven finlandés–. No se conforman con las políticas de consenso de los otros partidos. Auténticos Finlandeses pueden discutir temas difíciles, analizar y buscar soluciones.”
Sólo 4% aludió esta causa y, sobre todo, entre encuestados de 21 a 25 años, periodo de edad en que los jóvenes comienzan su vida económica y se enfrentan a las primeras dificultades.
Un 3% refiere sentimientos contra la Unión Europea o sus decisiones. Muchos expresan el temor de que su país pierda soberanía como consecuencia del creciente proceso de integración regional. Según la encuesta, los finlandeses son quienes más resaltan este tema (13%).
Un segmento similar, 3%, plantea que apoya agrupaciones ultraderechistas por que éstas defienden intereses independentistas o federales. Tal es el caso, principalmente, de 18% de los adeptos de Vlaams Belang, que aboga por la independencia de Flandes, la parte norte de Bélgica, y de 17% de aquellos de la Liga Norte, que pretende la autonomía del norte de Italia.
El restante 10% de respuestas no pudo ser clasificado por ser difusas, y van desde motivos relacionados con las pensiones y el nivel de seguridad, a los derechos de los animales.
(Artículo publicado el 11 de noviembre de 2011 en la sección Prisma Internacional de la Agencia PROCESO)