BRUSELAS.- En una clara muestra de la pérdida de peso diplomático por la que atraviesa México, el secretario de Relaciones Exteriores, Luis Ernesto Derbez, no fue invitado a participar en la Conferencia Internacional sobre Irak. El motivo: el Comité de dirección no consideró al país latinoamericano “un actor importante”.
El Consejo de Ministros de la Unión Europea (UE) –en cuyas instalaciones de la capital belga tuvo lugar el encuentro–difundió una larga lista de 80 participantes, entre países y organizaciones, en la que no apareció México.
(Versión editada del artículo publicado el 22 de junio de 2005 en la sección Prisma Internacional de la Agencia PROCESO)
De esta forma la diplomacia mexicana estuvo ausente en un encuentro que el presidente de la conferencia, el luxemburgués Jean Asselborn, calificó como “la confirmación del retorno de Irak a la comunidad internacional”, y en el que estuvo presente el secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan.
Según explicó Francois Head, portavoz del Consejo, el Comité de dirección –integrado por Estados Unidos, la UE, Rusia, Japón, Egipto e Irak– fue el que elaboró la lista de países a los que se invitaría a la reunión, la cual tuvo como propósito darle apoyo político y financiero al nuevo gobierno de transición iraquí.
Así, se convocó a asistir a los países vecinos de Irak, los países socios del G-8 (el club de las naciones más desarrolladas, más Rusia), los países que habían participado en la conferencia de donantes de Madrid en octubre de 2003, y los “principales países actores de la escena internacional”.
Los organizadores, manifestó el portavoz sin dar más detalles, “consideraron que México no cumple esos criterios”.
México fue uno de los países que rechazó el uso de la fuerza contra el régimen de Sadam Hussein cuando formó parte del Consejo de Seguridad de la ONU (2002-2003).
Aunque Francia, Alemania, Bélgica y Luxemburgo formaron un bloque contra la guerra en Irak, se entiende en parte su asistencia a la conferencia gracias a su pertenencia a la UE y, en el caso de los dos primeros, al G-8. El eje franco-alemán acudió a la cita de donantes de Madrid pero no aportó ayuda suplementaria.
Lo que llama la atención es que El Salvador y las Islas Fiji hayan cumplido los requisitos para ser invitados, y que por coincidencia mantengan tropas en Irak (380 y 224 soldados, respectivamente). Ambas naciones recibieron cartas de invitación firmadas de puño y letra por Condoleezza Rice, secretaria de Estado de Estados Unidos, y por Jean Asselborn, ministro de Exteriores de Luxemburgo, país que ostenta la presidencia en turno de la UE.
Brasil, sin soldados sobre suelo iraquí, fue el otro convidado latinoamericano, haciendo gala en Bruselas de una delegación de alto nivel liderada por el ministro de Exteriores, Celso Amorim. Con el apoyo francés, Brasil está cabildeando por un asiento permanente en el Consejo de Seguridad y ha hecho causa común con Alemania, India y Japón.
En la carta de invitación a los ministros de Exteriores –una de cuyas copias obra en poder de Apro, y que no recibió Tlatelolco–, se lee: “La Unión Europea y Estados Unidos han acordado organizar una Conferencia Internacional sobre Irak, en respuesta a la petición formal del gobierno de transición iraquí (el 17 de mayo) (…) Junto con el Alto Representante de la UE (Javier) Solana, la comisaria (Benita) Ferrero-Waldner y el ministro de Exteriores de Irak (Hoshyar) Zebari, tenemos el placer de invitarlo a participar en esta conferencia que se llevará a cabo en Bruselas el 22 de junio de 2005”.
Un vocero de la embajada mexicana ante la UE dijo desconocer en un primer momento por qué la delegación mexicana no estaba presente en el Justus Lipsus, como se llama el edificio del Consejo. “La verdad no sé, la embajadora (María de Lourdes Dieck-Assad) ni siquiera está (en Bruselas), se fue a Estrasburgo (Francia)”, comentó el vocero. Después de hacer consultas admitió que no habían sido invitados.