Por Carlos Jesús González*
Es de preguntarse por qué Die Fantastischen Vier no han obtenido en América Latina el mismo éxito que otros grupos alemanes que se expresan en su idioma, como han sido los casos de Rammstein en México o Die Toten Hosen en el sur del continente. La cuestión viene a cuento porque en los treinta años que llevan en activo el cuarteto se ha consolidado como el grupo de hip-hop germano más afamado y querido, con ventas de más de 4.5 millones de unidades, número brutal en épocas dominadas por el Spotify o el deplorable hábito bucanero. Citar en Alemania a los Fanta 4, que es como todo el mundo los conoce, es concentrar en dos palabras el concepto del rap en alemán. Para que se entienda, mencionar a los Fanta 4 equivaldría a mencionar Haribo o Jägermeister: si bien existen otras marcas de gomitas o de bebidas alcohólicas con base de hierbas, las imágenes mentales que dominan en nuestras mentes son éstas.
Los puristas, quizá con razón, dirían que no es justo, que en Alemania existen representantes de la escena que también merecerían ser considerados, entre ellos Sido, Peter Fox o Bushido, por mencionar algunos, pero aun estos académicos tendrían que aceptar que el estilo musical creado por Smudo, And.Ypsilon, Thomas D y Michi Beck es ya un género en sí mismo, tan singular e inconfundible que, aun sin saber una palabra en la lengua de Goethe, cualquiera podría diferenciarlos tras la primera oída. Las razones de ello, como en las mejores historias, trascienden al aspecto exclusivamente musical para ubicarse en áreas que tienen que ver con la reflexión o algo tan elemental, y a la vez tan eludido, como lo es el ejercicio de autoconsciencia.
En el caso de los Fanta 4 esta etapa -llamémosla “de introspección”- posee un encanto especial, sobre todo si se toma en cuenta aquello en lo que devino. Previo a entrar en dicha fase, el deseo del cuarteto, conformado ya como tal en 1989 -anteriormente era un dueto compuesto por Smudo y And.Ypsilon que se llamaban Terminal Team- era sonar como los grupos que más admiraban y que por entonces gozaban de gran fama, como los Beastie Boys, Run-DMC o Public Enemy, lo que obviaba la elección del inglés como idioma de comunicación. No obstante, un viaje que Smudo y Thomas D hicieron a los Estados Unidos transformó por completo la orientación que el grupo había tenido hasta ese momento, ya que se dieron cuenta de lo ajena que era su situación con respecto a la que se vivía en las las urbes estadounidenses y que los textos de rap reflejaban. Más allá de las generalidades, no hallaron nada en su posición de cuatro chicos de Stuttgart de clase media que pudiera vincularse con la violencia, discriminación y falta de oportunidades, o a la apología a la vida ostentosa y fuera de la ley que relatan las canciones de los raperos afroamericanos -al menos en su gran mayoría- y que han sido fuente de admiración, escándalo e incluso reyertas sangrientas.
Conscientes, pues, de su verdadero sitio en esta constelación, pero a la vez convencidos de que tenían cosas por decir, los cuatro músicos abrazaron a su realidad sin complejos -entre ellos había un estudiante de ciencias informáticas, otro hacía la carrera técnica de peluquero, otro era DJ- y cambiaron drásticamente el concepto que tenían de sí mismos como artistas. El que no observaran situaciones políticas o sociales urgentes de denuncia no significaba que no pudieran hablar sobre cuestiones íntimas, personales, expuestas sin otro afán que compartir su visión del mundo, visión que, hay que decirlo, es bastante particular, pues si hay una fuerza que ha cohesionado a los Fanta 4, además de la afectiva -en palabras de Thomas D: “el secreto de nuestro éxito es la amistad… Fanta 4 forever, baby”- es un sentido del humor singular y compartido por todos, casi como si se tratara de un monstruo de cuatro cabezas.
Otra parte vital -y, para aquel momento, arriesgada comercialmente hablando- de esta reinvención fue, por supuesto, la adopción del idioma materno como el vehículo en el que comunicarían su universo. Se dice que grupos como Advanced Chemistry, oriundos de Heidelberg, rapearon antes que ellos en alemán, pero es difícil imaginar que fuera producto de un proceso de descubrimiento como el que hemos descrito. En el caso de los Fanta 4 el cambio fue integral y sin matices. Como describió el propio Smudo en una entrevista: “desde ese instante (aquel en el que deciden cantar en alemán) comenzamos a traducir todo, y me refiero de verdad a todo. No diríamos más scratchen sino Platten kratzen. Nuestra música ya no se iba a llamar rap sino Sprechgesang (algo así como “canción hablada”). Era nuestra misión y nos sirvió para encontrarnos con nosotros mismos”.
Una vez ciertos de lo que querían transmitir y del medio verbal que utilizarían para hacerlo, lo de menos fue convencer a una empresa discográfica que los firmara. Así, en 1991, con Columbia Records, lanzan Jetzt geht’s ab!, disco que apenas llegaría al número 92 en las listas pero que destacaría entre los seguidores del género, el cual ya empezaba a gustar en Alemania -y en general en Europa- pero que apenas contaba con exponentes locales. No fue sino hasta el disco siguiente 4 Gewinnt, de 1992, que la bomba explotó gracias al sencillo Die da!?!, el cual rápidamente se colocó en el segundo lugar de las listas en Alemania y el primero en Austria y Suiza. Fundamentalmente rítmica, pero con arreglos salpicados de pop, Die da!?! es un generador infalible de aquello que los alemanes llaman Ohrwurm, traducido literalmente como “gusano de oreja”, y cuyo significado se refiere a la insistencia con la que una melodía pegadiza se instala en la memoria. A ella había que agregar una letra desenfadada y divertida, impelida desde el requisito único de ser fiel al modo de ser de sus autores, como puede leerse en el siguiente extracto: Hey, ist es die da, die da am Eingang steht?/ Oder die da, die dir den Kopf verdreht?/ Ist es die dai, die mit’m dicken Pulli an, Mann?/ Nein es ist die Frau, die freitags nicht kann. ¿Es esa allí, la que está parada en la entrada? /¿O aquella de allá que te rompió el corazón?/ ¿Es ella de allá, con el suéter grueso, hombre?/ No, es esa otra chica que no puede salir los viernes.
Avalancha de éxitos
4 Gewinnt no sólo incluyó a la primera canción de rap cantada en alemán que llegó al top ten en las radiodifusoras de Alemania -y probablemente también de Austria y Suiza- sino se convirtió asimismo en el primer disco del grupo en vender más de cien mil copias, cifra que desde entonces superaría con cada producción hasta la llegada, el año pasado, de Captain Fantastic, su décima producción de estudio. Su música continúa tan boga que el sencillo Zusammen, incluido en dicho disco, fue seleccionado por el canal televisivo Das Erste como el tema oficial de la transmisión de la Copa Mundial de Fútbol 2018, con lo que no tardó en ser tarareado por millones de germanoparlantes (literalmente: fue número dos en Alemania, número tres en Austria y número uno en Suiza). Para la interpretación de dicha canción se hicieron acompañar por un popular rapero de Turingia llamado Clueso y hay que reconocer que el resultado conseguido es casi hipnótico. Quizá sea difícil de explicar con palabras, pero da la impresión de que Zusammen, al igual que muchos temas más de la discografía de Fanta 4, está expresamente dirigida a mejorar el ánimo de quien lo escucha. La letra, dedicada a la amistad, sin duda colabora en dicha percepción: Wir Sind zusammen Groß/ Wir sind zusammen eins. Juntos somos lo máximo/ Juntos somos uno.
Otro aspecto destacable de muchas de las composiciones de los de Stuttgart son las referencias pop, en el sentido más warholiano del término, mismas que incluyen tanto en sus textos como en sus entretenidísimos videos. En el videoclip de Troy, por ejemplo, se los puede observar en una secuencia encarnando a gente de alta sociedad -hay que destacar que encima son buenos actores- mientras que en la siguiente ya están parodiando a los Beach Boys. Ello por no hablar de los mini-homenajes que brindan a películas tan disímiles como Amor sin barreras, The Warriors, Rambo y Lo que el viento se llevó. Pero además difícilmente haya un grupo más auto referencial que Die Fantastischen Vier. En sus textos se hablan de tú a tú como si discutiesen en un bar con un par de cervezas enfrente, y además no pierden ocasión para elogiarse a sí mismos, cuestión que en un grupo cualquiera se antojaría un gesto de arrogancia pero que en ellos, por razones que no son del todo claras, es tomada con total simpatía. Buen ejemplo de ello es 25, canción que compusieron, claro, para sí mismos, en aras de celebrar su vigésimo quinto aniversario de carrera: 25 years, die Legende ist hier/ 25 years, alle kennen die Vier/ Vielen haben viel zu früh die Schnauze voll/ So wie John, und Ringo, George und Paul/ Hätten die sich noch ein bisschen Zeit genommen/ Dann wären sie sicher auch so weit gekommen. Desde hace veinticinco años, la leyenda está aquí/ 25 años y todos conocen a los cuatro/ Muchos se cansaron muy pronto/ Como John y Ringo, George y Paul/ Si se hubieran dado un poco más de tiempo/ Entonces habrían llegado también así de lejos (como nosotros).
Ello no significa, por supuesto, que los de Stuttgart dediquen su talento solamente a hacer sonreír a la gente, ni mucho menos como un método de adulación a cuatro bandas. En una entrevista para la cadena Deutsche Welle se les preguntó las razones por las que Captain Fantastic parecía ser el disco con mayor crítica social que han hecho. Smudo se limitó a contestar: “en estos días es difícil ser artista y no ser político con lo que haces”, mientras que Michi Beck saldó la respuesta con un “somos divertidos frente a la cámara, o en el escenario. Nos llaman fun rappers, pero la verdad es que nosotros nunca nos hemos visto a nosotros mismos de esa manera”. Tales afirmaciones se hacen patentes en temas que quizá no alcanzan un alto lugar en los charts pero que sin embargo son altamente apreciados entre sus fanáticos, como es el caso de Ernten, was wir säen: Habt ihr, habt ihr irgendwas, das ich nicht hab’?/ Krieg ‘ich, krieg ‘ich auch was ab?/ Bin ich auch am Start?/ Du musst nur verstehen: wir ernten was wir säen. ¿Tienen ustedes algo?/ ¿eso que no tengo?/ ¿lo voy a tener?/ ¿estoy al menos al comienzo (de hacerlo)?/ Debes de entender: cosechamos sólo lo que sembramos.
Radiografía instantánea
Smudo. Su verdadero nombre es Michael Bernd Schmidt y tiene 51 años. Nació en Stuttgart. Él dio la voz en alemán al pingüino Private en la saga de películas Madagascar.
And.Ypsilon. Fuera del escenario responde al nombre de Andreas Rieke. Dado que es el que menos rapea de los cuatro, suele esconderse discretamente detrás de las computadoras y cajas rítmicas. Tiene 51 años y es el pingüino Rico.
Thomas D. Conocido también como Hausmeister Thomas D. Tiene 51 años y en su acta de nacimiento está inscrito como Thomas Dürr. Presta sus vocales para el pingüino Kowalski.
Michael “Michi” Beck. Responde a los alias de Hausmarke, Dee Jot Hausmarke y King Burger B. Cuando no está de gira o dando voz al pingüino Skipper trabaja con Smudo como juez del programa The Voice of Germany.
El nombre Die Fantastischen Vier fue tomado, claro está, del famoso cómic de Marvel.
Y sí, son el grupo de hip-hop más famoso de Alemania.
*Este reportaje fue publicado el 11 de abril de 2019 en el portal del Centro Alemán de Información para Latinoamérica. Europafocus lo reproduce con permiso del autor. Aquí puedes leer el texto original.