BRUSELAS (Proceso).- En Europa, el virtual presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, tiene buena imagen. Si bien no es muy conocido en las capitales europeas, los círculos del poder lo ven como un político moderado de izquierda y como un líder que puede convertirse en un contrapeso latinoamericano al presidente estadunidense Donald Trump.
Así lo observa Christophe Ventura, investigador francés adscrito al Instituto de Relaciones Internacionales y Estratégicas (IRIS, por sus siglas en francés), cuya sede está en París.
Y adelanta: La Unión Europea (UE) y China buscarán aliarse con el nuevo gobierno de López Obrador frente a Washington, lo que realzará la importancia geopolítica de México en el escenario internacional.
Analista también del Centro Tricontinental (Cetri) de Lovaina La Nueva, en Bélgica, Ventura aclara que en esta ocasión se conoció más del tabasqueño en Francia que en los comicios presidenciales de 2006 y 2012.
Con respecto a Francia, Ventura advierte que AMLO no tiene vínculos con el mundo político e intelectual local, y aunque viajó a París en octubre de 2015, donde ofreció una conferencia titulada “La lucha por el renacimiento de México”, dice, no goza de popularidad. Es factible que lo mismo suceda en otros países del continente, comenta.
En esa ocasión se congregaron 200 personas, entre ellas Jean-Luc Mélenchon, en las instalaciones de Casa de América Latina para oír a López Obrador, quien narró su trayectoria y aspiraciones presidenciales.
Periodista y colaborador regular de publicaciones como Le Monde Diplomatique y Diplomacie, Ventura insiste: “AMLO tiene una buena imagen (en Europa) por varias razones, las cuales tienen que ver con el contexto geopolítico de su elección y con la esperanza de que él pueda frenar algunas políticas de la administración Trump”.
Y acerca de la cobertura de la campaña de López Obrador en los medios europeos, dice: “Han sido muy amables porque tiene un discurso muy diferente al del presidente estadunidense en los temas sobre migración, relación bilateral y desarrollo económico mexicano”.
Reitera que en Europa se observa a AMLO como un presidente con un compromiso progresista acorde con los desafíos de la sociedad mexicana, como un contrapunto al trumpismo en la región; por eso “genera buenas expectativas en los medios franceses”.
Izquierda moderada
La prensa europea también destaca que él es el “primer presidente de centroizquierda electo en América Latina desde hace varios años. Y ese es otro tema de interés sobre México”.
–En México se discute sobre la posición ideológica de AMLO, pues algunos aseguran que no es verdaderamente de izquierda –se le comenta a Ventura.
–AMLO es de izquierda por su compromiso con la justicia social, por su idea de que la eficiencia económica se logrará a través de un fortalecimiento de los mecanismos de la cohesión nacional, con una redistribución más alta de las riquezas y mayor inversión en educación y salud.
“AMLO también tiene un discurso de izquierda cuando habla de una autonomía más fuerte de México frente a Estados Unidos. En el tema migratorio, que es de gran importancia en el debate europeo, manifiesta igualmente posiciones de izquierda.”
Y matiza: “En Europa está claro que AMLO no defiende una izquierda revolucionaria o de ruptura. Se considera que su proyecto es moderado, que respeta los equilibrios macroeconómicos del sistema de globalización. No quiere poner en cuestión o modificar las relaciones entre el Estado y los mercados financieros. Desde Europa se habla de un hombre de centroizquierda, cuya agenda de promesas sociales tendrá lugar en un marco de equilibrios macroeconómicos bastante ortodoxos”.
Con respecto a la campaña de desprestigio contra AMLO sobre su presunta intención de llevar a México a una situación similar a la de Venezuela, provocada por los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, el entrevistado sostiene:
“Esa campaña sobre el supuesto populismo de López Obrador fue mencionada en los medios de comunicación europeos. Pero fue una campaña interna de la oposición a AMLO que no asumió la prensa francesa; los diarios galos no se refirieron a él como un peligroso dictador o un chavista.”
–Actualmente existe una correlación de fuerzas favorable a la derecha dura en Europa. ¿Es posible que, en lugar de alinear intereses con el próximo gobierno de México, Europa más bien lo hostigue?
–La relación entre México y la UE es totalmente comercial. México no es un tema de batalla ideológica para ésta, incluso para las extremas derechas de aquí. El pragmatismo se ubica en el corazón de la hoja de ruta…
–Se lo pregunto porque desde la derecha europea, principalmente desde el Parlamento Europeo, ha habido una fuerte campaña contra el gobierno venezolano…
–No estamos en la misma situación con AMLO. Él no es un bolivariano como concepto geopolítico latinoamericano. El chavismo tenía otra perspectiva, mucho más radical en su ruptura con el Primer Mundo, con el capitalismo como tal. AMLO no tiene una tradición soberanista a partir del nacionalismo mexicano. Es distinto: López Obrador no tiene como propósito impulsar una revolución internacional y una dimensión de ruptura del continente latinoamericano con Estados Unidos.
“AMLO no tiene un discurso radical frente al libre mercado, el capitalismo y el sector privado; es muy respetuoso de este marco. Muestra un discurso reformista más que rupturista, respetando las reglas del juego económico internacional. Veremos cómo le salen las cosas en la práctica.”
No se subordinará
Profesor de geopolítica en América Latina en el IRIS y en el Instituto Católico de París, Ventura analiza el efecto del triunfo de AMLO en la administración Trump:
“López Obrador no estará a la orden del presidente Trump. AMLO quiere ganar más autonomía política, económica y geopolítica, pero sin rupturas frontales con Washington. Un ejemplo de que quiere construir espacios de autonomía es su decisión de elegir como secretario de Relaciones Exteriores a Marcelo Ebrard, quien es muy conocido por haber apoyado la campaña de Hillary Clinton y haber movilizado el voto latino para los demócratas. Eso indica claramente que AMLO quiere imponer una relación más igualitaria con su vecino del norte.”
No obstante, advierte que esa relación “será pragmática y no ofensiva o ideológica. AMLO tendrá que diseñar una relación bilateral que incluya los intereses del sector privado mexicano”, puntualiza.
–En ese sentido, ¿cómo ha tomado el resultado electoral mexicano la élite económica europea?
Autor del libro El despertar de un continente: geopolítica de América Latina y el Caribe, publicado en 2014, el entrevistado expone: “El marco general del análisis es la guerra comercial entre Estados Unidos y China. Eso reconfigura todo el panorama. La pregunta es qué posición tomará el nuevo gobierno mexicano en esta guerra comercial.
Ventura abunda: “Hay un frente internacional de naciones defensoras del libre comercio, en el cual están China y la UE. Este grupo quiere reforzar sus alianzas con países como México o Canadá, que han sido muy maltratados por la represión comercial de la administración Trump. También coincide con que la UE está en una fase de renegociación de su tratado comercial con México”.
El estudioso de la historia del neoliberalismo en Estados Unidos y los procesos de independencia de los países de América Latina afirma: “El programa de AMLO para ganar soberanía está en armonía con los intereses de la UE y del sector privado europeo, por lo que podría concordar con la visión comercial europea frente a Estados Unidos.
“De la misma forma, las inversiones chinas, que han crecido mucho en México para exportar a Estados Unidos, se han visto afectadas por la administración Trump. Todos van a tratar de aliarse con López Obrador para integrar a México a este frente contra el proteccionismo. Hay que ver cómo reaccionará AMLO.”
–¿Cuáles serían los desafíos geopolíticos del próximo gobierno mexicano?
–Primero: consolidar la autonomía y soberanía productiva del país. Para conseguirlo, AMLO tendrá que manejar dinámicas contradictorias: no podrá salir de la dependencia económica de Estados Unidos de manera abstracta, pero tendrá que reforzar sus relaciones y vínculos con tres actores: América Latina, China y la UE. Esa tendrá que ser su hoja de ruta.
“Segundo: probar que se pueden construir sectores de autonomía productiva a pesar de los acuerdos comerciales que ponen a México como un país de exportación de recursos naturales para Estados Unidos. ¿Cómo lo logrará AMLO sin aumentar los impuestos a los ricos? Es una cuestión abierta.
“Tercero: en caso de que logre lo anterior, México podría jugar de nuevo un papel importante en las relaciones internacionales, el papel natural de esta gran nación.”
Y con respecto a la pacificación de México, uno de los temas prioritarios para el próximo presidente de México, Ventura sostiene: “No se podrá resolver el problema de violencia rápidamente. México es casi un Estado fallido. La elección de AMLO fue, precisamente, la última oportunidad de los mexicanos para no volverse definitivamente un Estado fallido. Resolver el problema de la inseguridad tomará mucho tiempo.
“El desafío de AMLO es cambiar la matriz económica y social para poder actuar realmente en las raíces que nutren al crimen organizado y la corrupción. No veo una posibilidad de transformación a corto plazo en esta materia.”
*Este texto se publicó el 15 de julio de 2018 en la edición 2176 de la revista Proceso.Aquí puedes leer el texto original➠