BRUSELAS (Proceso).- Un creciente número de ciudadanos europeos viajan a Irak y Siria para combatir a lado de extremistas islámicos y luego regresan a sus países de origen para cometer atentados terroristas.
*Este reportaje fue publicado el 16 de noviembre de 2015 en la revista PROCESO. Aquí puedes leer el texto original☺.
Ese singular fenómeno preocupa sobremanera a las naciones de la Unión Europea (UE), según el reporte sobre Tendencias terroristas emitido a mediados de este año por la Oficina Europea de Policía (Europol), institución que ayuda a las autoridades policiales y judiciales de cada país del bloque a enfrentar la delincuencia internacional y el terrorismo.
El documento señala que el primer atentado de ese tipo fue ejecutado en mayo de 2014 por un yihadista entrenado en Siria que mató a cuatro personas. Luego siguió el de enero último contra los redactores del semanario satírico Charlie Hebdo, en París, y otro en un supermercado judío, también en la capital francesa. El saldo fue de 17 muertos y dos docenas de heridos.
Después vino el del marroquí Ayoub el Khazzani, quien el 21 de agosto intentó disparar contra los pasajeros del tren Thalys 9364, que viajaba de Ámsterdam con destino a París.
Según el documento de Europol, no sólo los yihadistas que regresan a Europa pueden ser peligrosos; también lo son aquellos jóvenes radicalizados que no han salido del continente.
La agencia afirma que esa tendencia se ha acentuado por dos motivos: la participación militar de países europeos en zonas de conflicto como Siria y el aumento de las hostilidades entre los grupos afiliados a Al Qaeda y el Estado Islámico (EI), cuya consecuencia es que ambas organizaciones terroristas compiten por golpear más duro a Occidente.
El reporte indica que tanto Al Qaeda como el EI mantienen su capacidad para reclutar yihadistas europeos, lo que intensifica la amenaza para la UE. “Este fenómeno podría eventualmente derivar en el surgimiento de una nueva generación de terroristas yihadistas en Europa”, refiere el documento.
Francia es el país más afectado. En enero de este año, el director de Europol, Rob Wainwright, declaró en el Parlamento británico que había entre 3 mil y 5 mil europeos reclutados por los grupos fundamentalistas de Siria, Irak y otras zonas de conflicto. Consideró que por esa razón Europa enfrentaba “la más grande amenaza terrorista desde 2001”, cuando ocurrieron los ataques contra las Torres Gemelas de Nueva York.
De esa cantidad, más de mil yihadistas serían franceses. El dato llama la atención, pues en febrero de 2013 apenas se contabilizaba a 20 ciudadanos de Francia en Siria, según un reporte publicado el pasado 2 de junio por una comisión especial sobre terrorismo de la Asamblea Nacional francesa.
El contingente de terroristas franceses –refiere el texto– es por mucho el más grande de los que aporta Europa Occidental a las organizaciones del extremismo islámico desde 2012. En comparación, Reino Unido y Alemania, que también enfrentan el problema, tienen registrados 700 y 600 nacionales en tal situación, respectivamente. El siguiente, Bélgica, registra menos de 300.
La amenaza del terrorismo islamista contra Francia ha alcanzado su mayor dimensión en las últimas tres décadas, pues nunca antes los perpetradores habían sido ciudadanos de este país, señala el reporte. E indica que este fenómeno es “inédito” en el país debido a “su amplitud y naturaleza”.
Precisa que el número de franceses o residentes de Francia implicados en la red siria-iraquí muestra un “constante aumento desde enero de 2013” y alcanza a mil 704 personas, tanto dentro como fuera del país. De los que viajan a Siria o a Irak, la mayoría se une a las tropas del EI, y en menor medida a Jabhat al-Nusra, grupo afiliado a Al Qaeda.
Europol dice que aquellos que han viajado a zonas de conflicto son una “pesada amenaza a la seguridad de todos los Estados asociados”.
Los yihadistas europeos mantienen contacto con los grupos radicales y están entrenados en operaciones de combate. “Son capaces de efectuar ataques múltiples e impactantes”, alertó Europol en el citado informe.
Hasta el 19 de mayo último el Ministerio del Interior había detectado a 278 franceses que estuvieron en Siria peleando para los terroristas. De ellos, la seguridad gala afirma que 213 regresaron a Francia. Antes de septiembre de 2014, cuando comenzaron los bombardeos de la coalición en territorio sirio, sólo habían regresado 121 jihadistas franceses.
Dicho ministerio aseguró que había detectado a 521 radicales franceses con proyectos de viajar fuera del país para convertirse en futuros yihadistas.