BRUSELAS (apro).- Al cumplirse cinco meses de la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa, un grupo de mexicanos y latinoamericanos protestó frente a la embajada de México para exigir justicia y su aparición con vida.
Sin embargo, el embajador Juan José Gómez Camacho y sus colaboradores se encontraban en el Festival Internacional del Cine de Amor de la ciudad de Mons, a 64 kilómetros de distancia.
Entre las 15:00 y las 17:00 horas locales, cayendo una fría llovizna, los activistas corearon consignas y mostraron pancartas a los automovilistas en las que se leía “Todos somos Ayotzinapa” o “Es el Estado mexicano el único responsable”, en español y francés. Otra, en inglés, decía: “El asesinato de estudiantes de Ayotzinapa es un crimen de Estado: ¿Qué futuro puede tener un país donde el Estado asesina a sus estudiantes?”.
De vez en cuando vehículos tocaban el claxon en muestra de solidaridad, y un automovilista incluso sacó su puño cerrado por la ventana para brindarles ánimo.
Casi al término de la concentración, los periodistas mexicanos intentaron contactar a la jefa de la oficina de prensa de la embajada, Mireya Magaña Gálvez, primero vía su teléfono celular y luego al conmutador de la embajada, pero en ninguno hubo respuesta.
El coordinador de la policía belga, que por ley reguardaba la seguridad durante la manifestación, entró a la embajada para buscar a Magaña, pero ahí le dijeron que nadie podía atender a la prensa porque ella y el embajador estaban en Mons, donde tiene lugar un festival de películas inspiradas en el amor.
La exhibición de dos películas de coproducción mexicana estaba programada para este día en dicho festival: Guten tag Ramon, del cineasta Jorge Ramírez Suárez, y Palma Real Motel, de Aarón Fernández, ambas a las 20:30 horas de Bélgica.
Una vez finalizados los filmes seguiría una “noche caliente” mexicana con “platillos picosos típicos” del país, y amenizada por el guitarrista Paco Rentería y sus músicos. El conjunto musical, festeja la página de Internet del festival de Mons, “ofrecerá la ocasión al público de contonearse en la pista de baile”.