BRUSELAS (apro).- A mediados de 2012, el gobierno de Azerbaiyán financió en México la construcción de un parque en el Bosque de Chapultepec, el de la Amistad México-Azerbaiyán.
A cambio, el gobierno del Distrito Federal permitió la instalación en Paseo de la Reforma de una estatua de bronce del expresidente y dictador azerbaiyano Heidar Aliyev. El hecho causó un escándalo público y, finalmente, la estatua fue retirada.
Ese tipo de operación diplomática, sin embargo, lo practica comúnmente el régimen autoritario de Ilham Aliyev, quien en 2003 sucedió a su padre Heidar en el poder.
De acuerdo con una investigación de la organización no gubernamental Corporate Europe Observatory (CEO), el gobierno de Azerbaiyán financió a través de la Fundación Heidar Aliyev la renovación de inmuebles tan simbólicos de la cultura europea como el Museo de Louvre, el Palacio de Versalles (ambos en París), el Palacio Real de Berlín y la Catedral de Estrasburgo.
Dicha fundación está registrada como una institución con fines caritativos y es dirigida por la primera dama de Azerbaiyán, Mehriban Aliyeva.
La investigación de CEO, publicada el pasado 20 de enero y cuya copia obtuvo Apro, señala a Francia como uno de los países europeos donde más se ha dejado sentir el cabildeo de Azerbaiyán.
El organismo con base en Bruselas señala que en 2012 Aliyev y su esposa inauguraron en París un espléndido centro cultural financiado igualmente por la Fundación Heidar Aliyev. Con una superficie de 3 mil metros cuadrados, el centro se localiza en el séptimo distrito de la capital francesa, cuya alcaldesa es la eurodiputada del grupo del Partido Popular Europeo, Rachida Dati, quien fuera ministra de Justicia durante el gobierno del presidente Nicolas Sarkozy.
CEO relata que Dati ya había organizado en 2011 una conferencia en París titulada “Azerbaiyán: un socio estratégico para la seguridad energética de Europa”, que pudo realizarse gracias, una vez más, al apoyo económico de la Fundación Aliyev.
A ese evento asistieron ministros azerbaiyanos, políticos europeos y directores de compañías energéticas, entre ellos el vicepresidente de Gaz de France-Suez, Jean-Francois Cirelli, y su homólogo de la petrolera estatal azerbaiyana (Socar), Elshad Nasirov.
La conferencia cerró con una cena exclusiva para 400 personas en el Museo Rodin.
Dati, quien se integró en septiembre de 2014 en Francia a la Sociedad de Amigos de Azerbaiyán, declaró en octubre de 2012 que ese país –posicionado en el lugar 140 de 167 países analizados por el Índice de Democracia de la revista británica The Economist– es “un ejemplo de democracia para otras naciones islámicas”.
El régimen azerbaiyano, acusa CEO, ha alcanzado sus objetivos “gastando enormes cantidades de dinero en cabildeo y relaciones con políticos de la Unión Europea (UE): financian centros culturales, viajes o eventos políticos”.
Viajes y caviar
El año pasado, Azerbaiyán suscitó duras condenas de organismos de la sociedad civil europea cuando ostentó la presidencia del Consejo de Europa, nada menos que la institución, con sede en Estrasburgo, cuya razón de ser es la protección de los derechos humanos en el continente.
Meses antes, en octubre de 2013, habían tenido lugar las elecciones presidenciales, que ganó oficialmente Ilham Aliyev con 84.5% de los votos. Durante ese proceso electoral fueron detenidos, golpeados y torturados defensores de derechos humanos, periodistas y opositores políticos.
Los observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) reportaron acciones de “intimidación, encarcelamiento de figuras opositoras y falta de libertad de prensa”, concluyendo que había “evidencia aplastante de un fraude sistemático”.
Sin embargo, los observadores del Parlamento Europeo y de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa no llegaron a la misma conclusión que los de la OSCE. Para ellos, las elecciones fueron “libres y transparentes”. Así lo declararon Pino Arlacchi y Robert Walter, jefes de las delegaciones de observación del Parlamento Europeo y del Consejo de Europa, respectivamente. Walter, por cierto, también es miembro de la asociación “Amigos Conservadores de Azerbaiyán”.
El Comité Ético del Parlamento Europeo –continúa la narración de CEO– descubrió que seis eurodiputados observadores no habían declarado su viaje, como lo establece el código de conducta de la institución, y cuando se le solicitó a Arlacchi explicar la diferencia de opiniones con respecto a la OSCE, contestó que él sólo había “defendido” los intereses energéticos italianos en la región.
De acuerdo con un reportaje del semanario Der Spiegel citado por la investigación de CEO, Azerbaiyán también está detrás de la Sociedad para la Promoción de las Relaciones Germano-Azerbaiyanas, que financió 36 viajes de observadores electorales alemanes y apoyó con fondos a la Academia de Observación Electoral, ubicada en Bruselas, que envió al país 135 diputados y expertos de 24 países europeos.
Otra organización pantalla del régimen de Ilham Aliyev es The European Azerbaijan Society (TEAS), registrada en Reino Unido y con oficinas en Londres, Bruselas, Berlín, París, Estambul y Baku (la capital de Azerbaiyán). Este organismo, supuestamente independiente, organiza viajes a Azerbaiyán de eurodiputados y funcionarios europeos, como sucedió en 2011 con el Visconde y la Baronesa Eccle, integrantes de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, acusa CEO.
El director de TEAS en Bruselas es un exasesor legal del Directorado General del Consejo de Europa, Roman Huna; el director de comunicaciones es un antiguo empleado de las conocidas firmas de lobby Burson Marsteller y Edelman, Leon Cook, y el director global es un veterano cabildero británico, Lionel Zetter, también consejero de la firma APCO, que el año pasado firmó un contrato de dos meses para promocionar la imagen de Azerbaiyán.
En 2013, prosigue la investigación de CEO, TEAS organizó en el Parlamento Europeo una reunión titulada “Europa 2020: enfocarse en la asociación energética con Azerbaiyán”, patrocinado por la eurodiputada letona del grupo del Partido Popular Europeo Inese Vaidere. Participó como orador el embajador azerbaiyano, pero también algunos eurodiputados y hasta el consejero sobre política de gas de la Comisión Europea, Brendan Devlin.
En su documento, CEO cita un reporte del think tank European Stability Iniciative, publicado el 24 de mayo de 2012 y titulado Diplomacia de caviar: cómo Azerbaiyán silenció al Consejo de Europa. Afirma que “muchos diputados (europeos) son regularmente invitados a Azerbaiyán y sus gastos generosamente pagados”; según sus informaciones, “en un año cualquiera son invitados al menos de 30 a 40 diputados, algunos varias veces”.
El reporte continúa: “Personas son invitadas a conferencias, eventos, a veces para tomar vacaciones de verano y ofrecen presentes muy caros, generalmente tapetes de seda, artículos de oro y plata, botellas, caviar y dinero. En Baku, la capital, es común recibir como regalo dos kilos de caviar”.
Outsourcing diplomático
Las informaciones que recabó CEO sobre las veladas acciones diplomáticas de Azerbaiyán forman parte de una amplia investigación titulada Relacionistas públicos para regímenes déspotas.
La investigación de 80 páginas expone cómo “dictadores, regímenes represivos y gobiernos que violan los derechos humanos contratan firmas europeas de relaciones públicas y consultorías de cabildeo para blanquear sus imágenes, difamar disidentes y oponentes, manejar sus elecciones, esconder sus abusos y cabildear para obtener inversiones lucrativas, acuerdos comerciales, ayuda y apoyo político con las instituciones de la UE y sus Estados miembros”.
Se incluyen los casos de regímenes de 17 países, además de Azerbaiyán, entre ellos Rusia, Bangladesh, Nigeria, Ucrania (bajo el anterior gobierno prorruso), Uzbekistán, Bahréin, Israel, Georgia, Costa de Marfil, República Democrática de Congo, Emiratos Árabes Unidos y Qatar. Entre las firmas de lobby contratadas se encuentran: GPlus, Hill & Knowlton, Weber Shandwick, BTP Advisers, BGR Gabara, APCO PR, Bell Pottinger, Tony Blair Associates, Kreab Gavin Anderson y Burson Marsteller.
“Nuestro reporte –indica CEO– es un escaparate de 18 casos de estudio de regímenes represivos y países acusados de crímenes de guerra o de otros abusos graves a los derechos humanos que han reclutado firmas de relaciones públicas en Europa, pero sólo puede ser considerada la punta del iceberg”.
Y añade: “No es necesario decir que, debido a la debilidad de los controles para el lobby, entre más controvertido es el cliente, menos probable es que haya sido descubierto por nuestra investigación”.
Algunos ejemplos. Mientras que la UE impuso sanciones a Rusia por anexarse militarmente Crimea, una agencia de relaciones públicas que emplea a varios exvoceros de la Comisión Europea, GPlus, maneja las relaciones del Kremlin con la prensa y cabildea a su favor, planteando la creciente importancia rusa en Ucrania.
Por su lado, Bahréin, que aplastó al movimiento por los derechos democráticos en 2011, ha pagado desde entonces más de 32 millones de dólares a agencias publirrelacionistas, principalmente Bell Pottinger, con sede en Londres, para promocionar una cobertura positiva del país.
“La paranoia cuesta mucho dinero. Esos regímenes pueden gastar mucho más que cualquier campaña de las organizaciones de derechos humanos; de diez a cincuenta veces más”, estimó el director para medios europeos de Human Rights Watch, Andrew Stroehlein, en la investigación de CEO.
La investigación arrojó que las embajadas juegan aún un rol importante, pero que ya no son capaces de gestionar la logística y todas las complejidades de la diplomacia moderna. Señala que los servicios que les prestan los cabilderos son muy parecidos a los que ofrecen a sus clientes empresariales.
Los gobiernos contratan esos servicios de cabildeo en Bruselas “para tener un mejor acceso a las instituciones de la UE y vender su punto de vista”, explica CEO, que se refiere a ese fenómeno como “diplomacia subcontratada” (diplomacia outsourcing). Subraya que muchas consultorías trasnacionales pueden reclutar antiguos funcionarios europeos que aseguran experiencia política y la entrada “instantánea” a los círculos internos donde se toman las decisiones.
Esas compañías de lobby, relata la ONG, incluso cuentan con los recursos para realizar complicados organigramas como los que usan las policías de investigación, efectuando “mapeos” para identificar a los funcionarios y políticos más influyentes y en qué puntos deben ejercer su presión.