Ucrania: acoso a periodistas

BRUSELAS (apro).- El pasado 18 de febrero, el periodista ucraniano de 32 años Vyachelav Veremiy redactó su última nota, titulada El bloqueo de Pechersk, donde narra cómo vivían los vecinos de ese barrio, ubicado en el centro histórico de Kiev, durante los tiroteos y las explosiones que ese día hacían cimbrar sus viviendas.

[pullquote align=”right”]Artículo publicado el 28 de febrero de 2014 en la sección Prisma Internacional de la Agencia PROCESO[/pullquote]

Veremiy había estado publicando para la sección Ciudad de su diario, el Vespi, notas relacionadas con el plantón antigubernamental de la plaza Maidán de Kiev y su impacto en la vida de los residentes de la capital de Ucrania. En una de ellas, aparecida el 27 de diciembre, narró cómo algunas prostitutas de la calle Okruzhna se habían trasladado en busca de clientes a la plaza Maidán.

Junto con un técnico en informática de su periódico, Veremiy abordó un taxi a la medianoche para irse a casa, donde lo esperaban su esposa y su hijo de cuatro años, relató Iryna Kasyanova, una de sus colegas del Vespi, al rotativo Kiev Post. Al acercarse a la intersección de las calles Volodymyrska y Velyka Zhytomyrska vieron que un grupo de hombres con cascos, pasamontañas y ropa de camuflaje atacaban a los vehículos que por ahí circulaban.

El estallido cercano de un artefacto golpeó al automóvil y lo inmovilizó. Varios sujetos armados con pistolas, granadas y palos de beisbol bajaron a la fuerza a los ocupantes del taxi y comenzaron a golpearlos brutalmente. El acompañante de Veremiy, Oleksiy Lymarenko, con severas heridas en la cabeza y el rostro, alcanzó a llamar a la redacción del Vespi para avisar que no encontraba a Vyachelav.

Más tarde el periodista fue hallado con una herida de bala en el pecho, desangrándose. Fue llevado al hospital, donde murió pocas horas después.

Hasta ahora, Veremiy es el único periodista que ha perdido la vida en la cobertura de las protestas contra el régimen de Viktor Yanukovich, cuyo epicentro fue la plaza de la Independencia o plaza Maidan de la capital ucraniana. Pero sólo de milagro no ha habido más. La Unión Nacional de Periodistas de Ucrania registra “más de 100 casos de reporteros que han sido víctimas de ataques físicos, detenciones o destrucción de sus equipos” en el marco de sus coberturas sobre las manifestaciones.

Por su parte, el Instituto de Información Masiva (IMI, por su sigla en inglés) reportó 136 casos entre noviembre y el 5 de febrero último, antes de las violentas confrontaciones del 18 al 21 de febrero.

El último sondeo, publicado el jueves 20 por la Misión Alianza Internacional sobre Seguridad y Protección de los Periodistas y Libertad de Prensa en Ucrania, contabilizó 167 casos de agresiones, además del asesinato de Veremiy.

Para ponerlo en perspectiva, el Ministerio de Salud publicó el martes 25 que el saldo de la violencia se elevaba esa fecha a 726 heridos, de los cuales 491 tuvieron que ser hospitalizados, y 82 muertos, la mayoría activistas antigubernamentales víctimas de francotiradores.

Golpizas

El IMI precisó en su reporte que, de los 136 casos registrados, 54 de ellos habían sido agresiones directas cometidas por agentes del orden. En 63 casos los periodistas fueron heridos por balas de caucho, granadas de aturdimiento o gases lacrimógenos, en tanto que 11 fueron detenidos, 31 dijeron que su equipo había sido dañado y 21 fueron atacados por un grupo de “provocadores progubernamentales”.

La mayoría de los comunicadores agredidos físicamente lo fueron a principios de diciembre, durante la primera ola de protestas, y luego en enero, principalmente con balas de caucho y granadas aturdidoras.

El 6 de diciembre, en medio de la enorme indignación internacional frente a la fuerte represión policiaca, las autoridades del antiguo régimen de Yanukovich anunciaron la apertura de una investigación criminal de los hechos y prometieron llevar a la cárcel a los responsables. Sin embargo, hasta el miércoles 5 la Fiscalía de Kiev aún no empezaba las investigaciones concernientes a las golpizas contra manifestantes y periodistas del 1 de diciembre, señaló el sitio independiente de noticias en Internet Ukrainska Pravda. Ese día, las fuerzas especiales antidisturbios se lanzaron específicamente contra 51 reporteros y los golpearon brutalmente.

La misma fuente aseguró que la Fiscalía General del anterior gobierno había informado el 23 de enero al Parlamento que sólo había aceptado investigar 26 casos en total.

El gremio periodístico en su conjunto ha sido el objetivo de grupos violentos. El 5 de febrero, el mismo día que el IMI presentó su informe, dos enviados rusos del sitio de Internet Kazanfirst, Nikita Perfilyev y el camarógrafo Anton Zakharov, fueron secuestrados y golpeados en Kiev. El primero narró al Comité para la Protección de Periodistas que tres hombres no identificados los habían subido a una camioneta negra sin placas y los llevaron a un lugar desconocido donde fueron golpeados. A él le rompieron los dientes frontales. Los agresores les ordenaron que dejaran de cubrir las protestas de la oposición y que abandonaran Ucrania de inmediato. Fueron liberados pocas horas después.

Ambos decidieron continuar con su trabajo en el país.

El IMI señala que enero fue el mes de mayor violencia contra los comunicadores desde que iniciaron las protestas, con una cifra de 82 casos de ataques y golpes registrados, además de 13 casos de amenazas e intimidaciones. En comparación, el IMI recuerda que durante todo 2012 se abrieron 65 expedientes por agresiones a periodistas. La mayoría de los casos tuvieron lugar a partir del 19 de enero durante las violentas confrontaciones entre opositores y los comandos antidisturbios (conocidos como Berkut) en la calle Hrushevskoho de Kiev.

“IMI registró 17 casos de periodistas que fueron heridos con balas disparadas por la policía. En otros dos casos, miembros del Berkut tenían como objetivo cámaras de comunicadores, quienes se las arreglaron para esconderlas justo a tiempo para que los tiros fallaran”, sostiene el instituto ucraniano.

Y agrega: “En diciembre, los periodistas tenían la impresión de que los policías de la Berkut los golpeaban con sus macanas intencionalmente, pero en enero tenían razones suficientes para creer que los disparos contra ellos no eran menos intencionales”.

El IMI menciona la imagen que logró captar el periodista Ihor Iskhakov, de Radio Liberty, en la que un agente de las fuerzas de seguridad apunta con su arma directamente a él. Además, la periodista Natalia Pisna, de la cadena de televisión 1+1 TV, dijo que ella recibió un balazo en la pierna a pesar de que estaba utilizando el chaleco fosforescente con la palabra PRESS visiblemente escrita.

Los intentos por censurar la información sobre las protestas incluso alcanzaron la red. Tan sólo en enero, ataques informáticos de denegación de servicio, que hacen inaccesible un sitio de Internet, ocurrieron en las páginas de Telekrytyka, el Canal 5, 1+1 TV y Ukrainska Pravda, medios de comunicación que cubrían activamente las protestas de la plaza Maidán.

De víctima a ministra

La situación causó tal alarma que organismos nacionales y globales conformaron la mencionada Misión Alianza Internacional sobre Seguridad y Protección de Periodistas y Libertad de Expresión en Ucrania, que el 19 y 20 de febrero levantó en Kiev testimonios de la violencia ejercida contra los comunicadores.

Encontraron cuatro hechos: “Una clara evidencia” de que los periodistas, otros trabajadores del sector y las organizaciones mediáticas estaban siendo “directamente atacados y amenazados” por su misión; “una cultura de impunidad debido al fracaso para investigar y castigar” tales crímenes; “que las autoridades participan en el bloqueo, censura y obstrucción de los medios de información y de los contenidos, particularmente durante las protestas en curso”; y “que presión económica y otros métodos indirectos para inhibir y desanimar la cobertura crítica continúa siendo empleados por las autoridades”.

El Parlamento ucraniano destituyó a Yanukovich el sábado 22 y convocó a elecciones anticipadas para el 25 de mayo. El jueves 27 aprobó un nuevo gobierno provisional y de unidad nacional encabezado por Arseny Yatsenyuk, del partido opositor Patria (Batkivshchyna) que dirige Yulia Tymoshenko, la líder de la Revolución Naranja de 2004 recientemente liberada.

La responsabilidad de la nueva oficina anticorrupción recayó en la periodista Tetyana Chornovol, una reconocida crítica de Yanukovich y su régimen.

Chornovol fue una de las primeras víctimas de la violencia contra el gremio y su caso despertó una viva indignación en la oposición ucraniana. El 25 de diciembre, la periodista se dirigía en automóvil hacia su casa cuando un vehículo utilitario deportivo modelo Porsche Cayenne comenzó a perseguirla y a cerrarle el paso. Luego de una intensa persecución (que grabó una cámara colocada en la parte trasera de su vehículo), dos hombres salieron del deportivo, rompieron la ventana del automóvil de la periodista y la atacaron. Ella logró salir corriendo, pero fue alcanzada y golpeada brutalmente, incluso en la cabeza. Los agresores no decían nada mientras le pegaban.

Charnovol, que trabaja para el Ukrainska Pravda, había publicado poco antes del ataque una larga investigación acerca de la construcción de una lujosa casa de campo para el ministro del Interior, Vitaly Zakharchenko, a quien se responsabiliza de la brutalidad policiaca durante las protestas, explica el Comité para la Protección de Periodistas.

En agosto de 2012, la periodista logró penetrar en el complejo altamente resguardado en donde se encuentra la mansión del entonces presidente Yanukovich, ahora tomado por los manifestantes. Charnovol tomó fotografías del lugar donde se muestran helipuertos privados y campos con avestruces. Tres horas después fue detenida.