BRUSELAS (apro).- El eurodiputado belga Louis Michel contesta irritado que él nunca se reunió con ningún cabildero en el marco de la negociación de la directiva de protección de datos de la Unión Europea (UE).
Cuando el periodista que lo interroga le muestra en una tablet un sitio de internet donde se contabilizan 158 enmiendas suyas contrarias a fortalecer la privacidad de los datos personales y, por tanto, favorables a los intereses de compañías tecnológicas como Amazon, Yahoo, Google, Facebook o Microsoft, Michel parece perplejo.
[pullquote align=”right”]Artículo publicado el 6 de diciembre de 2013 en la sección Prisma Internacional de la Agencia PROCESO[/pullquote]Tal propuesta de directiva, emitida por la Comisión Europea, recibió cuatro mil enmiendas de parte del Parlamento Europeo, de las cuales 229 provinieron de Michel. Una de ellas, por ejemplo, proponía que la IP-address (dirección-IP), el código numérico único que identifica a cada computadora conectada a internet, no fuera considerada información personal y, por ende, no estuviera sujeta a restricciones relativas al resguardo de la privacidad.
“No es mi culpa”, se defiende Michel, quien admite que no es un experto en la materia.
De manera sorprendente, el eurodiputado —uno de los políticos más experimentados de Bélgica, quien fuera ministro de Exteriores de su país y luego comisario de Desarrollo y Ayuda Humanitaria de la Comisión Europea— explica, en una entrevista posterior, que su asistente había sostenido reuniones con varios cabilderos y que él ingresó electrónicamente las enmiendas; todo ello sin avisar. Michel asegura que incluso eso ocurrió mientras que él se encontraba de viaje en Mali.
El periodista le pregunta si despidió a su asistente; Michel contesta que no, pues él, dice, es un “humanista”, por lo que mejor decidió olvidar el asunto.
El episodio anterior formó parte de un documental que transmitió el programa Panorama, del canal de televisión belga Canvas, el pasado 21 de noviembre, y cuyo título fue Privacidad en venta, en referencia a la fuerte presión que ejercen las empresas estadunidenses de internet sobre el Parlamento Europeo para frenar una ley que afectaría su negocio al restringir el uso comercial de los datos personales de los internautas. En su parte final, Michel anuncia que retiró hasta 90% de las enmiendas contra la privacidad y agradece a la emisión por haber planteado el asunto. Pero fue demasiado tarde: la polémica estalló de inmediato.
Transparencia
Lobbyplag es un sitio independiente de internet que pugna por la transparencia en el proceso de adopción de la nueva Regulación General de Protección de Datos (igualmente conocida como directiva de protección de datos), que se aplicaría a todos los países miembros de la Unión Europea (UE) y reemplazará todas las leyes nacionales en la materia.
Por ello una de las preocupaciones de Lobbyplag es volver accesible tal proceso al entendimiento de cualquier ciudadano, por lo que se enfocó en seguir y explicar de una manera simplificada el sentido de las enmiendas propuestas por los eurodiputados implicados: neutral, a favor, o en contra de la privacidad.
“Más de tres mil enmiendas fueron sometidas en los comités del Parlamento Europeo envueltos en la regulación; cientos de páginas de propuestas de grupos de lobby tuvieron su impacto en este proceso altamente volátil”, señala el sitio.
Así, realizando con cada eurodiputado un promedio entre las enmiendas que presentó para fortalecer la privacidad y aquellas para debilitarla, Lobbyplag creó una lista de Los 10 eurodiputados que abogan por que haya menos privacidad de datos en Europa, quienes pertenecen a bancadas de la derecha.
Ellos son el alemán Axel Voss, del Grupo del Partido Popular Europeo (PPE), cuyo promedio es de 151 enmiendas contra la privacidad; el belga Louis Michel, el danés Jens Rhode y la rumana Adina-Ioana Valean, todos ellos del Grupo de la Alianza de Liberales y Demócratas Europeos (ALDE), que presentaron, respectivamente, 136, 123 y 122 enmiendas; y el holandés Wim van de Camp, del PPE, con 96 enmiendas.
También la británica Sarah Ludford, de la ALDE, con 70 enmiendas; la alemana Monika Hohlmeier, el español Agustín Díaz de Mera (quien fuera director general de la Policía cuando ocurrieron los atentados terroristas del 11 de marzo de 2004 en varias estaciones de Madrid), y Véronique Mathieu Houillon, los tres del PPE, con 68, 67 y 66 enmiendas, en ese orden, así como el británico Thimoty Kirkhope, miembro del Grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos.
De la misma forma, el sitio elaboró una lista de los 10 eurodiputados que pugnan por una mayor privacidad. Los seis primeros provienen de la izquierda: el alemán Jan Philipp Albrecht, del Grupo de los Verdes, con 165 enmiendas en promedio a favor de mayor privacidad; la también alemana Cornelia Ernst, del Grupo de la Izquierda Unida, 110; el austriaco Josef Weidenholzer, del Grupo de la Alianza de Socialistas y Demócratas Europeos (AS&D), 89; la francesa Marie-Christine Vegiat, de la Izquierda Unida, 87, y el griego Dimitrios Droutsas y la alemana Birgit Sippel, ambos de la AS&D, 63 y 49 enmiendas promedio, respectivamente.
Los grupos políticos enemigos de la privacidad fueron ALDE y el del PPE, mientras que el grupo de los verdes y el de la AS&D se plantaron como sus mejores defensores.
Por países, y bajo la misma lógica de cálculo (el promedio entre enmiendas neutrales, a favor de fortalecer y de debilitar la legislación sobre privacidad de datos), Reino Unido (144), Dinamarca (129) y Rumania (115) se oponen a la adopción de restricciones al uso público de los datos privados. Por el contrario, los eurodiputados de Alemania, Grecia, Austria y Francia, en ese orden, son los que, en su conjunto, más favorecen esa opción.
En el mencionado documental de la televisora belga Canvas, el eurodiputado Albrecht revela que muchas de las enmiendas presentadas por sus colegas eran párrafos enteros copiados exactamente de los documentos de empresas como Amazon, eBay, Yahoo, Google o Facebook, cuyos cabilderos circularon en el Parlamento Europeo.
En el documental se menciona a la alemana Erika Mann, la actual directora de la oficina de Facebook en Bruselas, una de las empresas que más gasta en cabildeo, un millón 250 mil euros al año, según Olivier Hoedeman, de la organización no gubernamental Corporate Europe Observatory (CEO). Él es grabado para el programa durante un recorrido tipo turístico pero mostrando las sedes de las empresas campeonas del cabildeo que se ubican en los alrededores de las instituciones europeas.
Hoedeman señala que Mann, quien trabajó como consultora de empresas tecnológicas, fue eurodiputada del grupo socialista entre 1994 y 2009, siendo parte de la influyente Comisión de Industria, Tecnología y Energía, además de que presidió el Trasatlantic Policy Network, un foro para “la promoción de las relaciones comerciales y políticas entre Estados Unidos y Europa”, cuyos miembros son las más grandes trasnacionales alemanas y estadunidenses, principalmente.
“Mann es la cabildera perfecta (para Facebook), ya que tiene las puertas abiertas de todos los despachos”, dice Hoedeman.
Incredulidad
La explicación que dio Michel sobre sus enmiendas causó gran revuelo en los medios de Bélgica. El asistente a quien culpó de haber cometido el error, Luc Paque —y que no corrió por “humanista”—presentó su renuncia el día que pasó el documental. Al día siguiente Michel la aceptó.
Paque, de 51 años, no es ningún novato. Su primer cargo como consejero lo obtuvo en 1991; en 1999 alcanzó un curul en la Cámara de Representantes y en 2003 fue senador. Desde 2009 trabajaba con Michel en el Parlamento Europeo.
En la edición del 22 de noviembre del periódico Metro, Paque confirma que sí mantuvo encuentros “con personas que le expresaron sus preocupaciones (respecto a la directiva)”, y explica: “yo sometí esas enmiendas de buena fe. Louis Michel no estaba y el límite para presentarlas tenía que ser respetado”.
Expone que, entre otros, se entrevistó con representantes de la Federación de Empresas de Bélgica (VBO, por sus siglas en neerlandés), que a su vez forma parte de la federación de empresas de la UE, BusinessEurope –que se presenta como el más poderoso lobby del continente–, y de Agoria, la federación de empresas belgas de la industria tecnológica.
Otros eurodiputados belgas han levantado fuertes críticas. Ivo Belet, integrante del Grupo del PPE, plantea que un eurodiputado no debe proponer enmiendas en temas que no domina y —como otros de sus colegas— remarca que los asistentes, efectivamente, pueden introducir enmiendas de forma electrónica, y es una práctica recurrente, pero el eurodiputado titular debe firmar una versión en papel posteriormente, por lo que es difícil creer que Paque haya sometido 229 enmiendas sin conocimiento de su jefe.
El eurodiputado belga Bart Staes, del Grupo de los verdes, declaró el 22 de noviembre al sitio de noticias Euobserver: “Cuando descubres que un asistente, detrás de tu espalda, somete enmiendas que tú no apoyas, le pides al comité concernido que retire todas”, lo cual no hizo Michel. Desde una perspectiva política, opinó Staes, “uno, como eurodiputado, siempre es responsable de lo que tu gente hace, así que asumes tu responsabilidad”.
La citada organización no gubernamental CEO envió una queja oficial contra Michel al presidente del Parlamento Europeo, el socialista alemán Martin Schulz, acusándolo de haber violado el código de conducta de la propia institución. Tal código impone a los eurodiputados “los siguientes principios de conducta: desinterés, transparencia, diligencia, honestidad, rendición de cuentas y respeto a la reputación del parlamento”.
La versión de Michel, afirma la ONG en su misiva, simplemente no es creíble.