COP 19: Capitulación ante empresas contaminantes

Empresas altamente contaminantes se “infiltraron” en la decimonovena Conferencia de las Partes en Varsovia, que tiene el propósito de luchar contra el cambio climático y sus efectos. Esas compañías –las cuales suelen presentarse como “ecológicamente responsables”– se han convertido en patrocinadoras del evento y participan en las reuniones donde los Estados toman decisiones en materia de medio ambiente. Su propósito: impedir cualquier medida que afecte sus intereses.

BRUSELAS.- “La COP 19 de Varsovia está capturada por los corporativos empresariales más contaminantes del planeta. Las organizaciones de la sociedad civil fuimos excluidas (de esa iniciativa climática) y las negociaciones entre los Estados están políticamente dominadas por una lógica de negocios”, dice a Proceso Pascoe Sabino, representante de la agrupación Corporate Europe Observatory (CEO).

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Artículo publicado en la edición del 17 de noviembre de 2013 de la revista PROCESO

[/pullquote]“Las organizaciones fuimos silenciadas ante la excesiva presencia de las empresas. Por eso se están tomando falsas soluciones para combatir el cambio climático. Se acabó el tiempo de la flexibilidad y ahora cada país deberá asumir su responsabilidad”, comenta vía telefónica el activista británico, quien asiste a la decimonovena Conferencia de las Partes (COP 19) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), que comenzó el lunes 11 y concluirá el viernes 22 en la capital de Polonia.

“¿Por qué estamos dejando que los mayores criminales del clima del mundo se envuelvan en los colores de la ONU y desfilen frente a nosotros como si fueran héroes ecológicos? ¿Por qué se les permite seguir de cerca las negociaciones contra el calentamiento global?”, se pregunta Sabino.

Y añade: “La Organización Mundial de la Salud no deja a Marlboro implicarse en sus esfuerzos contra el cáncer pulmonar, pero la CMNUCC sí permite a la acerera ArcelorMittal o a BMW patrocinar esta COP. Es increíble”.

En un comunicado conjunto, 140 organizaciones no gubernamentales (ONG) –entre ellas Friends of the Earth International, CEO o Global Forest Coalition y las mexicanas Otros Mundos AC/Amigos de la Tierra México y Colectivo Revuelta Verde– lamentaron que los empleados de varios grupos industriales fueran invitados a la conferencia.

“Tal como lo anunció el ministro polaco de Medio Ambiente, Marcin Korolec, quien está a cargo de organizar las pláticas de la ONU en Varsovia, ‘por primera vez en 19 años, desde que iniciaron las pláticas contra el calentamiento global, representantes de las empresas globales serán parte de éstas’”, reclamaron las ONG.

Algunas de esas empresas son International Petroleum Industry Environmental Conservation Association, que agrupa a petroleras como Exxon Mobil, Repsol, BP, Chevron, Shell, Statoil o Total; European Union of the Natural Gas Industry, donde cabildean algunas petroleras; Union of the Electricity Industry; Business Europe, el más poderoso lobby europeo empresarial al cual también están adheridas las petroleras y otras compañías de industrias pesadas.

Los activistas advierten en su comunicado que tal “capitulación frente al poder de los corporativos empresariales favorece una peligrosa tendencia a colocar a las compañías, de manera abierta, en el centro del proceso de la toma de decisiones”. Lo anterior, aseguran, “garantiza que las políticas influidas por los corporativos beneficien a las compañías contaminadoras, en lugar de forzarlas a tomar acciones efectivas”.

 

Falsa imagen

 

El día de apertura de la COP 19, CEO –con sede en Bruselas– y el Transnational Institute, un centro de análisis ubicado en Áms­terdam, publicaron un reporte sobre las trasnacionales presentes en la conferencia.

Elaborado por la investigadora Rachel Tansey, el documento –copia del cual tiene este semanario– comienza por precisar que Polonia se ha distinguido por sus posiciones contrarias a la lucha contra el calentamiento global: ha bloqueado las más ambiciosas medidas de la Unión Europea (UE) en materia de eficiencia energética, promoción de combustibles renovables y reducción en los topes de emisiones de contaminantes.

Polonia aboga también por la explotación del gas de esquisto, señalada por ocasionar daños al ambiente, y del llamado “carbón limpio”, resultado de la técnica de captura y almacenamiento en el subsuelo del dióxido de carbono que produce ese mineral, y cuya eficiencia es fuertemente cuestionada.

“La industria del carbón, una de las fuentes más ‘sucias’ de energía, tendrá una fuerte presencia en el COP 19”, indica el texto de CEO; agrega que el 17 de septiembre el Ministerio de Economía de Polonia y la Asociación Mundial del Carbón emitieron un documento conjunto –Llamado de Varsovia– en el cual solicitan a la ONU y a los bancos de desarrollo que apoyen los proyectos dirigidos a incrementar el uso del carbón y sus tecnologías, además de que organizaron la conferencia “Carbón internacional y cumbre climática: oportunidades e innovación”, a celebrarse el lunes 18 y el martes 19.

El reporte remarca un hecho sin precedente en esta serie de conferencias anuales: la incorporación de empresas “patrocinadoras”, las cuales, se subraya, provienen de los sectores económicos más contaminantes.

Entre esas destacan la compañía francesa de energía Alstom, la acerera Arcelor Mittal Polonia, la alemana BMW, la estadunidense General Motors, la aerolínea Emirates, la petrolera polaca Lotos, la International Paper y la compañía eléctrica polaca PGE.

Varsovia afirma en la página en internet de la COP 19 que “los productos y servicios que ofrecen (las compañías patrocinadoras) son ‘verdes’ (respetuosos con el medio ambiente)”. En esa misma página cada patrocinador dispone de espacio para hablar de sus presuntas cualidades ecológicas.

“Esas empresas cuentan con un terrible historial medioambiental y son conocidas por cabildear contra políticas amigables con la ecología”, asegura el reporte.

Alstom, que brinda a los asistentes agua, refrigeradores y 100 mil vasos orgánicos, presume ser un punto de referencia en materia de “tecnología amigable con la naturaleza”. Sin embargo, apunta el reporte europeo, la empresa ayudó a la construcción de 95% de las plantas de carbón de Polonia instaladas desde 1990 y está implicada en la de otras dos del mismo tipo que serán las más grandes de Europa, además de haber sido investigada o condenada por haber sobornado a políticos de todo el mundo para poder obtener contratos, señala el documento.

Arcelor Mittal financió la instalación de las salas de la conferencia en el estadio Nacional. La firma se jacta de haber gastado el año pasado 50 millones de dólares en productos ecológicos y de la eficiencia de sus dos plantas de coque en Polonia. Lo que no dice es que la industria del acero es responsable de 20% de las emisiones contaminantes en la UE, según la organización Carbon Trust, y su empresa es una de las más activas cabilderas contra el endurecimiento de las políticas ambientales.

BMW proveerá a la COP 19 de 60 automóviles, algunos híbridos, el combustible y los choferes. Ella misma se describe como “una de las compañías más sustentables del mundo”. No obstante la firma alemana ha retrasado tres veces la aplicación de nuevas reglas que reduzcan las emisiones de contaminantes en los automotores; la última, durante la actual presidencia lituana de la UE, a la cual BMW patrocina igualmente con 180 vehículos.

 

Fracaso

 

Las ONG afirman en su comunicado que “durante los últimos 20 años las políticas climáticas multilaterales sólo han servido para crear esquemas industriales rentables que perpetúan sistemas dependientes de los combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas), responsables de la crisis climática”. Y la COP 19, afirman, “no será la excepción”.

Explican que la UE, Estados Unidos, Australia, Noruega y “sus aliados corporativos” pretenden avanzar en la creación de mercados de emisiones de carbono que estarían sujetos a la tutela de la CMNUCC a través de un Nuevo Mecanismo de Mercado, cuya estructura está aún por discutir.

Este nuevo mecanismo complementaría el Esquema de Comercio de Derechos de Emisión de la UE (EUETS), el más grande del mundo en su tipo y principal instrumento de esa región para combatir el calentamiento global.

Con ese programa las compañías que superan en un periodo determinado un límite de emisiones de gases de efecto invernadero –las cuales son asignadas de forma gratuita–, pueden comprar bonos adicionales a otras que no hayan alcanzado sus propias cuotas y a un precio fijado en el mercado.

Para muchas organizaciones ambientalistas el EUETS ha sido un fracaso.

“En una creciente situación medioambiental de emergencia”, explica Friends of the Earth en su página web, “el sistema no está logrando el recorte de emisiones requerido. La distribución masiva de permisos de emisión provoca que el precio de los bonos de carbono sea muy bajo y no consigue incentivar a las empresas para que no contaminen. Además los errores humanos han resultado en fuertes fluctuaciones en el precio del carbono, el fraude ha derivado en que millones de bonos hayan sido robados y las compañías contaminantes han recibido beneficios caídos del cielo a través de la distribución gratuita de los permisos de emisión”.

En ese sentido el reporte de CEO lamenta que la penetración de los grupos empresariales se da cuando “es necesario un auténtico progreso en las acciones contra el calentamiento global”, ya que la COP 19 “representa un punto crítico en el camino a París 2015, cuando debe lograrse un nuevo acuerdo vinculante”.

Para que eso suceda, señala el CEO, los países deberían fijar en Varsovia los objetivos concretos de reducción de emisiones, con el propósito de que puedan estar para la COP de Perú el próximo año.

“Pero los grandes intereses empresariales, industriales y financieros, dispuestos a establecer la agenda e imponer las reglas en favor de sus propios beneficios en detrimento de la justicia climática, se han infiltrado en la COP 19”, concluye.