BRUSELAS (apro).- El Comité Económico y Social Europeo (CESE) sólo reconocerá el recién presentado Mecanismo Consultivo de la sociedad civil mexicana hasta que, entre otras condiciones, éste obtenga validez jurídica en el marco del Acuerdo Global entre México y la Unión Europea (UE).
Así lo comunicó a Apro el español José María Zufiaur Narvaiza, consejero del CESE y miembro del Comité de seguimiento para América Latina de la misma institución.
(Artículo publicado el 21 de diciembre de 2012 en la sección Prisma Internacional de la Agencia PROCESO)
(VER ARTíCULO TITULADO “UN MECANISMO ‘DE VACILADA'”, PUBLICADO EL 28 DE OCTUBRE DE 2012 en EUROPAFOCUS)
Durante el pasado V Foro de Diálogo entre la Sociedad Civil y las Autoridades de México y la UE, celebrado en Bruselas los días 25 y 26 de octubre, el director general de Vinculación con Organizaciones Sociales de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Miguel Díaz Reynoso, anunció la instalación de un cuerpo colegiado de 15 representantes de la sociedad civil mexicana (bautizado como Mecanismo Consultivo), ello después de 10 años de negociaciones.
Dicho cuerpo colegiado –cuyo reglamento no existe aún— está facultado para presentar recomendaciones no vinculantes a las autoridades mexicanas en su relación con la UE. Su interlocutor europeo es el CESE, que con 344 miembros representa a la sociedad civil de los actuales 27 Estados miembros que forman esa comunidad.
El CESE forma parte del sistema orgánico de la UE desde 1957, goza de carácter consultivo y su presupuesto depende del comunitario. A esta institución pertenecen las grandes federaciones sindicales, patronales y civiles de la región y cuenta con una sede en la misma zona que los demás organismos comunitarios.
Su importancia radica en que los tratados de funcionamiento de la UE le confieren la representación exclusiva de la sociedad civil europea con las de otras de países con los que el bloque sostiene acuerdos de libre comercio.
Zufiaur refiere que el mecanismo mexicano presentado por la SRE despierta muchas interrogantes al CESE: no cuenta con validez jurídica y no es parte del Acuerdo Global bilateral, además de que el lado mexicano no consultó a su contraparte europea para configurar instancias similares y vías de diálogo que les permitan construir posicionamientos comunes frente a la autoridad.
El profesor Luis Antonio Huacuja, director del Programa de Estudios Superiores sobre la UE de la UNAM y uno de los asistentes al foro, incluso calificó como una “vacilada” al mecanismo, el cual fue anunciado sin que existiera un documento terminado de su funcionamiento y sin que muchos de los representantes de la sociedad civil hubieran sido nominados (Proceso 1878).
Zufiaur advirtió en la sesión del 25 de octubre del mencionado foro que su organización tenía que analizar el mecanismo antes de reconocerlo, lo cual desencadenó la molestia pública de Díaz Reynoso y muchos de los asistentes mexicanos, que lo acusaron, entre otras cosas, de no valorar el “esfuerzo mexicano”.
El pasado 20 de noviembre se reunió el Comité de Seguimiento para América Latina del CESE. Antes de reconocer una contraparte, relata Zufiaur en relación con ese encuentro, “nosotros insistimos en la conveniencia de realizar en Bruselas un seminario con las grandes organizaciones representativas de la sociedad civil mexicana” para discutir sobre el mecanismo que establecieron.
Desde hace dos años el CESE propuso realizar esas reuniones de coordinación con sus interlocutores mexicanos de la sociedad civil y el gobierno, expone Zufiaur.
Debido a ese antecedente, lamentó que ninguna autoridad mexicana ni las organizaciones que conforman el nuevo mecanismo se hayan tomado hasta ahora la molestia de transmitir oficialmente al CESE el documento de su conformación.
Dice: “No hemos recibido formalmente el documento del mecanismo. No nos la ha enviado ni la embajada ni el gobierno, ni la Secretaría de Relaciones Exteriores. Nadie.”
Zufiaur comenta que él tuvo acceso a un borrador del documento del mecanismo, uno fechado el 17 de octubre (una semana antes de su presentación formal en Bruselas), y fue a través de otra persona, a la que una ONG se lo había dado. Eso fue en una reunión en Rosario, Argentina. El CESE, asegura Zufiaur, ni siquiera tenía conocimiento de que se estuviera elaborando ese mecanismo.
“Si pretendemos construir una cuestión conjunta, lo lógico es que hubiéramos tenido al menos una información al respecto”, manifiesta Zufiaur.
Pero por el contrario, añade, “sorpresivamente nos encontramos con la presentación (en el foro) de un documento que desconocíamos”.
Más todavía porque su contraparte mexicana, explica, se había “negado rotundamente” a crear un organismo conjunto de esa naturaleza durante el tercer foro celebrado en Bruselas el 13 y 14 de noviembre de 2008.
“Esa ocasión –relata– el sector mexicano dominado por las ONG nos hicieron críticas muy fuertes porque planteábamos desde el CESE un Comité Consultivo Mixto y no únicamente el foro.”
En todo caso, la propuesta del CESE de realizar un seminario de coordinación, agrega Zufiaur, ya había sido aceptada por las organizaciones mexicanas en una reunión en Madrid. La embajadora Sandra Fuentes-Beráin prometió, incluso, interceder para que el gobierno mexicano lo financiara. Pero no ocurrió nada, menciona.
“El seminario que proponemos –dice– serviría para debatir el mecanismo y aclarar qué quiere decir, ya que en nuestra opinión hay elementos que son vagos.”
–¿Cómo cuáles? –se le pregunta.
–Si realmente se está planteando un Comité Consultivo Mixto institucionalizado dentro del Acuerdo Global o no. Mi interpretación es que no. Yo se lo pregunté al señor Díaz Reynoso y me respondió que no era un Comité Consultivo Mixto dentro del acuerdo.
“A nosotros nos parece fundamental que sea un mecanismo institucional, representativo y reconocido dentro del Acuerdo Global, que lo permite perfectamente el artículo 49 del mismo”, asegura el delegado del CESE.
Otro de los asuntos que tendría que discutirse en ese seminario es la correcta “articulación” de ambas instancias: el CESE está estructurado en tres sectores (empresarial, sindical y “tercer sector” o grupos civiles), en tanto que el mexicano se organizó en cinco (empresarial, sindical, académico, ONG y campesino).
Una vez que alcancen un consenso, el CESE y los representantes de la sociedad civil mexicana podrían anunciar a las autoridades de la UE y del nuevo gobierno de Enrique Peña Nieto la constitución de una instancia conjunta y negociar con ellas un compromiso.
En todo caso, señala Zufiaur, ese grupo bilateral de enlace de la sociedad civil tendría que ser reducido, como sucede con el CESE en otros casos, por ejemplo, 12 con Chile y 15 con China por cada parte.
“Sólo así –advierte– podríamos trabajar colectivamente, además de que nos preocupa la cuestión de la financiación: nosotros podemos financiarnos con el presupuesto general (de la UE), pero la contraparte debe tener también sus propios recursos económicos, ya que nosotros no podemos financiarla.”
El mecanismo consultivo mexicano no prevé ninguna fuente de financiamiento por parte de las autoridades.
El CESE envió oficialmente a la Comisión Europea, por escrito, la propuesta de realizar el seminario con los mexicanos. La misma comunicación se planeaba transmitir al gobierno de Peña Nieto y a las principales organizaciones sindicales, patronales y civiles de México.
Zufiaur expone que el seminario deberá tener lugar dentro de los próximos seis meses o de lo contrario se complicará su celebración.
“La idea es recomenzar y terminar dentro de ese periodo las consultas entre nosotros y con los gobiernos de la UE y de México. Y es que el mecanismo se presentó de una manera precipitada: se firmó siete días antes del foro, se quería respaldar sin que nosotros tuviéramos conocimiento de la misma, sin que hubiéramos tenido la oportunidad de discutir con la parte mexicana, y en vísperas de que hubiera un cambio de gobierno en México”.
–¿Y si la parte mexicana insiste en conservar su mecanismo tal como está presentado?
–Tendríamos grandes dificultades para trabajar juntos, y sobre todo tendríamos primero que aclarar la cuestión principal: si están realmente hablando o no de un mecanismo que está dentro del acuerdo bilateral entre México y la UE.