BRUSELAS (apro).- El priista Enrique Peña Nieto “es el claro triunfador” de las elecciones del pasado domingo 1, que se desarrollaron “sin complicaciones y sólo con algunos incidentes relativamente menores”.
La decisión de impugnarlas legalmente, como lo hizo el candidato del Movimiento Progresista, Andrés Manuel López Obrador, va en contra del pacto de civilidad que firmó previamente y “rememora” la misma estrategia que utilizó en las elecciones de 2006, aunque esta vez sus protestas no encontrarán un apoyo masivo.
Tal es el diagnóstico que presenta el consultor Jesper Tvevad sobre los pasados comicios presidenciales mexicanos, en un breve documento divulgado el pasado jueves 12 por el Departamento Político de la Dirección General de Políticas Externas del Parlamento Europeo.
(Artículo publicado el 20 de Julio de 2012 en la sección Prisma Internacional de la Agencia PROCESO)
El documento público no expone un posicionamiento oficial del Parlamento Europeo, puesto que no fue elaborado por algún eurodiputado o fuerza política interna, sino por un departamento de la Secretaría General del organismo, que tiene funciones administrativas y de apoyo y coordinación.
La publicación periódica de este tipo de estudios –elaborados por la Dirección General de Políticas Externas del Parlamento Europeo–cumple con la función de “poner conocimientos expertos en materia de relaciones exteriores a la disposición de los órganos europarlamentarios y del presidente del Parlamento Europeo”. Su director general es el belga Luis Marco Aguiriano, quien fue eurodiputado del grupo socialista.
El texto, de siete páginas y presentado como una “rápida perspectiva política”, señala que “el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y su candidato Enrique Peña Nieto emergen como los claros vencedores de las elecciones mexicanas del 1 de julio de 2012”.
Determina que “el segundo lugar, Andrés Manuel López Obrador, el candidato del Movimiento Progresista, de izquierda, ha rechazado reconocer el resultado y acusa al PRI de compra masiva de votos”, y pronostica que “esa impugnación legal contra el resultado no parece que tendrá éxito y difícilmente se sostendrán las movilizaciones de protesta contra el presunto fraude electoral”.
Tvevad proporciona datos que minimizan las acusaciones de fraude.
Así, refiere que el Instituto Federal Electoral (IFE) registró el número más bajo de incidentes reportados durante la jornada electoral, y subraya que el expresidente colombiano César Gaviria, jefe de la Misión de Observación Electoral de la Organización de Estados Americanos, remarcó la enorme participación de los votantes, así como la tranquilidad, el respeto y el orden que prevalecieron el 1 de julio, que hablan de “un robusto y confiable sistema electoral mexicano”.
Llama la atención que en el reporte no hay ninguna referencia a la Misión Técnica Electoral que envió a México la Unión Europea (UE) para observar las elecciones (compuesta por un español y una portuguesa).
Cabe recordar que el 23 de mayo pasado un grupo de mexicanos residentes en Bélgica solicitó, a través de una carta dirigida a la Delegación del Parlamento Europeo en la Comisión Parlamentaria Mixta México-UE, que no se enviara una Misión de Observación Electoral (más grande que la misión técnica que finalmente se envió).
“Consideramos que esa misión fracasó en su propio compromiso de promover la democracia y el respeto del estado de derecho en México, y no queremos que la UE repita ese fracaso en las elecciones de 2012”, decía la misiva en relación a lo sucedido en los comicios de 2006, cuando el eurodiputado español José Ignacio Salafranca determinó públicamente, al día siguiente de las elecciones, que éstas habían sido transparentes, lo que motivó las felicitaciones de los organismos europeos a Felipe Calderón.
Días después de las elecciones del pasado 1 de julio, el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) entregó cartas a diputados del Parlamento Europeo en las que lamenta que “otra vez (las autoridades de la UE) se precipitaron en validar el supuesto triunfo del candidato del PRI, al dar por legales las declaraciones del presidente Felipe Calderón y del IFE, cuando apenas había comenzado el proceso de conteo de votos, violando así las leyes federales electorales del país”.
La Alta Representante de Política Exterior y de Seguridad Común de la UE, Catherine Ashton, felicitó “calurosamente” a Peña Nieto el 2 de julio por la tarde europea. Un portavoz del Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE, el cuerpo diplomático de la UE) afirmó a este corresponsal, la mañana de ese mismo día, que la decisión de felicitar oficialmente al candidato priista estaba siendo analizada por los responsables de las relaciones con México en Bruselas y no participaban sus expertos técnicos enviados al país.
“Como en 2006”
En su informe, Tvevad se refiere a las irregularidades que los observadores de Alianza Cívica reportaron en 20% de las casillas electorales, pero puntualiza que la organización no ha hecho ninguna evaluación que pruebe que esos hechos influenciaron el resultado final de la votación.
También menciona que el movimiento #YoSoy132 registró más de mil irregularidades, aunque enfatiza que sus miembros son “claramente opositores del PRI y Peña Nieto”.
Por tanto, el estudio concluye que “las elecciones se dieron sin complicaciones, con sólo algunos incidentes relativamente menores”, lo cual –plantea Tvevad– “confirmó que México goza de un panorama político relativamente estable, con tres partidos dominantes que retienen posiciones importantes y simpatías populares”.
El investigador europeo cuestiona el hecho de que el candidato López Obrador haya impugnado por la vía legal el resultado electoral, y compara esa decisión con la de 2006.
Advierte que AMLO ha calificado la elección como “desigual, fraudulenta y viciada por la cantidad de irregularidades”, y que “desde el 2 de julio no reconoció los resultados provisionales”.
Expone que el IFE “cumplió parcialmente” la demanda de López Obrador de contar nuevamente 80% de las casillas, donde hubo supuestas irregularidades.
“Sin embargo –agrega– este inusual y extenso recuento apenas cambió un poco los resultados preliminares y, de hecho, bajó ligeramente los votos de López Obrador y aumentó en la misma proporción los de Peña Nieto: la impugnación de las elecciones fue algo inesperado, ya que los cuatro candidatos presidenciales habían firmado un ‘Pacto de Civilidad’ antes de los comicios, en el cual se comprometieron a respetar los resultados, en reconocimiento de la independencia del IFE”.
Precisa que la izquierda acusa al PRI de haber rebasado el gasto permitido en las campañas y de haber comprado 5 millones de votos mediante la distribución, por ejemplo, de tarjetas electrónicas de supermercado.
De acuerdo con Tvevad, la demanda de López Obrador de declarar inválida la elección rememora la forma en que reaccionó en 2006, “cuando rechazó reconocer el resultado y declarándose él mismo presidente legítimo y cuando las protestas duraron varios meses apoyando su reclamo”.
Considera que a pesar de que el 8 de julio se concentraron 70 mil personas en el Zócalo para protestar contra los resultados electorales y la victoria de Peña Nieto, “la clara distancia entre él y López Obrador hará muy difícil volver a conservar durante mucho tiempo las movilizaciones de protesta” como ocurrió en 2006, cuando la diferencia con Felipe Calderón fue de 0.56%.
“Refrito” oficial
Tvevad es politólogo y está especializado en asuntos latinoamericanos. Fue investigador del Instituto de Relaciones Europeo-Latinoamericanas (IRELA).
En noviembre pasado elaboró un reporte, previo a las elecciones, relativo a la situación económica y política mexicana, que fue solicitado por la Delegación para las Relaciones con México del Parlamento Europeo.
A ese documento fueron incorporados datos que emplea el gobierno de Felipe Calderón en sus encuentros con diplomáticos y activistas europeos para minimizar la extrema violencia que invade al país.
Sin mencionar que tal información proviene del gobierno mexicano, el texto de Tvevad afirma que “a pesar de la extrema violencia con que reaccionaron los narcotraficantes” a la estrategia contra el tráfico de drogas que implementó Calderón desde 2006, “esa violencia ha estado en gran parte confinada en áreas geográficas específicas: en primer lugar en los estados fronterizos con Estados Unidos (Baja California, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas)”.
Asimismo, asegura que 70% de los asesinatos cometidos en el marco de la guerra de Calderón contra las drogas se concentró en sólo 85 municipios, la mayoría ubicados en la frontera norte, tal como lo sostuvo el 14 de julio de 2011 Alejandro Poiré, entonces secretario técnico del Consejo de Seguridad Nacional, durante varias reuniones con funcionarios europeos en Bruselas.
Más aún, Tvevad afirma en su anterior documento sobre México que, “pese a la oleada de violencia criminal”, la tasa de homicidios en México “se mantiene por abajo de la de Brasil, Colombia y Venezuela”, y “significativamente por abajo de aquellas en países de Centroamérica”, que es otro de los argumentos al que recurre frecuentemente el gobierno calderonista en el extranjero.
Este tipo de estudios antes eran solicitados a expertos exteriores al Parlamento Europeo. Los que actualmente elaboran dentro de la institución no gozan del reconocimiento unánime de los grupos políticos, que, en algunos casos, como el del grupo Verde Europeo –críticos con el gobierno calderonista–, continúan financiando investigaciones propias con especialistas independientes.