BERLÍN.- La Comisión Europea, uno de los órganos ejecutivos de la Unión Europea (UE), critica en un análisis interno –elaborado el pasado febrero– la gestión de los fondos de cooperación comunitaria con México en los últimos cinco años, incluyendo la “descoordinación” entre la Secretaría de Relaciones Exteriores y la de Economía.
(Artículo publicado el 8 de Mayo de 2006 en la sección Prisma Internacional de la Agencia PROCESO)
El documento ponía en entredicho el acuerdo “estratégico” de cooperación que tenían planeado firmar el presidente Vicente Fox y la canciller alemana, Ángela Merkel, en la cumbre UE/Latinoamérica que tendrá lugar esta semana en Viena, Austria, y que de última hora la parte alemana ha desconocido.
El pasado viernes 5, el portavoz del gobierno alemán, Thomas Stig, dijo, sin dar más detalles, “no tener conocimiento de la firma de algún acuerdo con México durante la cumbre”, lo cual, sin embargo, había sido anunciado en Berlín el pasado 1 de febrero por los propios ministros de Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier, y mexicano, Luis Ernesto Derbez.
Fuentes diplomáticas agregaron a la agencia EFE que fue Merkel quien “postergó” tal signatura indefinidamente.
Derbez y Steinmeier habían expresado que con el acuerdo se fijarían las condiciones de trabajo permanente entre México y Alemania, y también se “establecerían las directrices de la cooperación entre la UE y Latinoamérica a través de ambos países”.
En todo caso, el mencionado análisis de la Comisión Europea, que administra el presupuesto comunitario, cuestiona la eficiencia en la aplicación de los fondos en proyectos de cooperación con México.
En el apartado sobre las “lecciones aprendidas” del programa 2002-2006 de cooperación entre México y la UE, el texto revela: “hay una gran diferencia entre los compromisos de presupuesto, el monto de los recursos ya asignados o disponibles, y los fondos actualmente gastados”.
El documento, con fecha del pasado 21 de febrero, es una “versión” preparatoria de los trabajos para la elaboración de la nueva “Estrategia para México”, que regirá las relaciones de la UE con el país latinoamericano los próximos siete años.
El texto, de 14 páginas, enumera varios “problemas”:
–”La cooperación bilateral ha sido obstaculizada por dificultades en la armonización de las nuevas regulaciones financieras y administrativas de la Comisión Europea con la legislación mexicana, especialmente en lo que concierne a la canalización de los fondos de la Comisión Europea;
–”En ocasiones ha sido difícil cumplir con el objetivo de que la parte mexicana cofinancie los proyectos a partes iguales;
–”Las relaciones de trabajo entre las contrapartes locales y la asistencia técnica internacional han sido a veces difíciles, y esto afectó la gestión global de varios proyectos;
–”El potencial de coordinación con los Estados miembro de la UE no ha sido totalmente explotado”;
Enseguida se aborda las “lecciones aprendidas”:
–”El Convenio Marco (de cooperación) con México tiene que ser revisado en concordancia con la nueva Regulación Financiera;
–”La coordinación de donantes tiene que aumentar”;
Posteriormente señala que “las administraciones mexicanas en cargo de la cooperación con la UE deben solucionar varios problemas específicos para incrementar la eficiencia general de las operaciones”. Y menciona en particular:
–”Donde sea posible, la legislación nacional debe ser armonizada para permitir la aplicación de los proyectos financiados por la UE con las reglas y regulaciones de la UE, como pasa en todo el mundo;
–”La coordinación entre la Secretaría de Economía y la Secretaría de Relaciones Exteriores en torno a los proyectos financiados por la UE debe ser mejorada bastante;
–”Formas y medios deben ser identificados para permitir una tranquila gestión financiera de los proyectos, respetando las regulaciones de la UE y de la legislación mexicana, por ejemplo, para definir un nuevo modelo para canalizar el financiamiento de la UE”.
El documento propone una serie de principios directrices de la “nueva estrategia de cooperación de la UE con México”.
Entre ellos destaca la “cofinanciación”: los proyectos, se indica, deben ser financiados “a partes iguales” y aplicados a “áreas de mutuo interés”, con el fin de enfatizar “el espíritu de asociación sobre terrenos de equidad”.
Y agrega: “México debe ser inducido a jugar un rol mucho más activo en la definición de las prioridades de la cooperación, así como en el proceso de identificación de los programas específicos”.
El presupuesto europeo para el periodo anterior fue de 462 millones de euros, destinado a cuatro áreas “prioritarias”: desarrollo social y reducción de las desigualdades; crecimiento económico/ apoyo a las reformas económicas/ competitividad; cooperación científica y técnica; y fortalecimiento del Estado de derecho.
El nuevo cuadro de cooperación 2007-2013 que propone la Comisión Europea, se enfoca en tres áreas, explica el documento: la primera, “cohesión social y apoyo a otros diálogos políticos”, específicamente tres: desarrollo regional y descentralización; Estado de derecho y fortalecimiento institucional; y medio ambiente.
La segunda área es “economía y competitividad”, y la última “educación y cultura” En este último campo se propone la creación de un programa especial de becas para estudiantes mexicanos, así como de un Fondo mexicano de Información, Diseminación y Visibilidad de las actividades de la UE.
Otro punto importante son los llamados “temas transversales”, dándole relevancia a los “temas de género” y al de “poblaciones indígenas”, entre otros.
El monto de la cooperación está por definir. No obstante, aunque el director para Latinoamérica de la Comisión Europea, Tomás Dupla del Moral, ha expresado públicamente su deseo de negociar con los gobiernos de la UE la aprobación de un monto al menos similar al presupuesto anterior, la embajadora de México en Bruselas, Lourdes Dieck-Assad, ha declarado públicamente que “lo importante no es la cantidad, sino la calidad de los proyectos de cooperación”.
Cabe recordar que la UE es la primera fuente de fondos de cooperación de Latinoamérica. El objetivo de las contribuciones técnicas y financieras europeas en ese ramo apunta a reforzar el estado de derecho y la democracia, la mejor distribución de la riqueza y la protección al medio ambiente, además de la lucha contra las drogas y el fomento del comercio bilateral a través del apoyo financiero de las pequeñas y medianas empresas.