ELECCIONES 2006: Felicitaciones inducidas

México, D. F. (apro).- Después de “consultas” con el gobierno de Vicente Fox, el embajador de Estados Unidos en México, Tony Garza, recomendó a Washington que el presidente George W. Bush felicitara al candidato del PAN, a pesar que el proceso electoral aún no ha concluido. En Europa, el cabildeo a favor de dichas felicitaciones corrió a cargo de dos de las fuerzas políticas afines al PAN: el Partido Popular Europeo y la Internacional Demócrata de Centro…
La llamada telefónica que el presidente estadunidense George W. Bush, hizo al candidato panista Felipe Calderón, para felicitarlo por “haber obtenido más votos” en las elecciones del 2 de julio, fue sugerida por el embajador Tony Garza, pero “la idea fue del gobierno de México”, confió a Apro un funcionario de la Casa Blanca.
 
(Artículo publicado en coautoría con J. Jesús Esquivel y Homero Campa el 23 de Julio de 2006 en la sección Prisma Internacional de la Agencia PROCESO)
“La embajada de Estados Unidos en México nos comunicó que era necesario y prudente que el presidente (Bush) llamara a Calderón para felicitarlo, pero se llegó a esta conclusión después que la embajada en la Ciudad de México concluyó una serie de consultas con el gobierno mexicano”, admitió el funcionario de la Casa Blanca, quien habló con el corresponsal en Washington bajo la condición del anonimato.
 
De acuerdo con la recomendación de Garza, el viernes 7 de julio Bush se comunicó con Calderón Hinojosa mientras se encontraba a bordo del avión presidencial Air Force One con destino a la ciudad de Chicago.
 
Un funcionario de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) confirmó: desde el jueves 6 de julio en la Cancillería se empezó a echar a andar la estrategia diseñada en Los Pinos para lograr que Bush felicitara a Calderón. “Se usó de pretexto una llamada (de Bush) al presidente Fox por la rectitud con la que se realizaron las elecciones”.
 
Según este funcionario –que también pidió el anonimato frente al riesgo del despido–, “la idea llegó de la Oficina de la Presidencia. La intención era que la Secretaría (de Relaciones Exteriores) fuera la encargada de convencer a Washington. Se consideró que si Bush llamaba a Calderón para felicitarlo, automáticamente gobiernos de otros países harían lo mismo”.
 
Por su lado, Nadia Peimbert, de la oficina de prensa de la embajada de Estados Unidos en México, reconoció que antes de la llamada de Bush a Calderón, “hubo contacto con la cancillería mexicana”, pero rechazó que el gobierno mexicano le hiciera a esta embajada alguna “petición expresa” para felicitar al panista.
 
Afirmó que fue el embajador Garza –quien conoce muy bien a Calderón– el que tuvo la idea de que Bush hiciera tal llamada telefónica. En entrevista con Apro, Peimbert declaró: “Sí hubo comunicación de la embajada (de Estados Unidos) a Washington para pedir que, en la llamada del presidente (Bush) a Calderón, se hiciera un reconocimiento de alguien que ganó las elecciones”.
Maquillar la injerencia
 
Según el funcionario de la SRE, en la supuesta solicitud de México a Washington para felicitar a Calderón había una “dificultad”: cómo “encontrar un lenguaje para que la llamada telefónica de Bush no fuera a ser considerada como injerencista por parte de la gente de (Andrés Manuel) López Obrador”, el candidato de la coalición Por el Bien de Todos. Así, Frederick Jones, vocero del Consejo de Seguridad de la Casa Blanca, cuidó las palabras que habría usado Bush en la llamada a Calderón. En declaraciones a Apro ese mismo viernes 7, dijo: “El presidente (Bush) llamó a Felipe Calderón para felicitarlo por el anuncio del Instituto Federal Electoral (IFE), de que obtuvo el número más grande de votos”. Y se negó a responder si ello implicaba un reconocimiento a Calderón como presidente electo. “Dejemos que las palabras se queden como están”, pidió.
 
Sin embargo, ese mismo día, la casa de campaña del candidato panista emitió un comunicado en el que afirmó que Calderón recibió la llamada del presidente de Estados Unidos “con el objetivo de felicitarlo por haber obtenido el triunfo en la jornada electoral mexicana del pasado 2 de julio”.
 
Tal comunicado echó por tierra el lenguaje cuidadoso que había utilizado el vocero Jones. El pasado lunes 10, en una conferencia de prensa, el corresponsal de Proceso en Washington preguntó a Tony Snow, vocero de la Casa Blanca, si el gobierno estadunidense consideraba a Calderón Hinojosa como el presidente electo de los mexicanos.
 
En tono vacilante, el vocero respondió: “Si hubiese un recuento, si hubiese otro ajuste, si hubiese otro cambio, entonces el presidente (Bush) lo reconocería también”. Otro reportero cuestionó a Snow sobre por qué Washington se apresuró a felicitar a Calderón, cuando precisamente el gobierno de Bush tiene amplia experiencia en comicios cerrados cuyos resultados se ponen en tela de juicio, en referencia a las elecciones presidenciales del 2000 en este país.
 
-Porque por lo menos ésa era la percepción que había sobre una determinación oficial de que Calderón era el ganador –respondió Snow.
-¿Sigue siendo esa percepción? –machacó el reportero. -No lo sé, no lo sé.
 
* * *
 
A primera hora del lunes 3 de julio, la cancillería mexicana giró instrucciones a sus embajadas: informar a las autoridades de sus respectivos países sobre la situación de las elecciones en México. Para ello, envió una “carpeta informativa” sobre las características del sistema electoral mexicano.
 
En Bruselas –sede de los poderes de la Unión Europea (UE)–, la embajadora mexicana Lourdes Dieck-Assad envió por correo electrónico una carta dirigida a las autoridades de la UE. La carta señala: “La embajada desea subrayar que el desarrollo de los comicios se ha caracterizado por diversos elementos que dan testimonio de la madurez de la democracia mexicana”.
 
Y advierte: “En virtud de que, según el IFE, los márgenes de error estadístico calculados no permiten distinguir claramente la fuerza política que haya obtenido el mayor porcentaje de votación, el Comité Técnico Asesor del IFE para el Conteo Rápido decidió que no era posible anunciar a un candidato
ganador a la Presidencia.
 
“Por lo tanto –afirma la carta–, ningún candidato puede proclamarse triunfador hasta que el IFE presente los resultados oficiales”.
 
Así, la carta de la embajadora Dieck Assad dio a entender que sería el IFE –y no el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF)– el que tendría la última palabra para designar a un candidato ganador.
 
El viernes 7 de julio, el presidente del IFE, Luis Carlos Ugalde, informó que los resultados de los cómputos distritales favorecían al candidato del PAN. Ese mismo día se desataron las felicitaciones desde el extranjero.
 
Aliados del PAN
 
El martes 4 de julio por la tarde, Antonio López-Isturiz, presidente general del Partido Popular Europeo (PPE) y de la Internacional Demócrata de Centro (ICD) –organización de la que el PAN es miembro–, quería enviar felicitaciones a Calderón lo antes posible. López-Isturiz, de nacionalidad española, se contactó con uno de sus asistentes en Bruselas. -Tenemos que hacer un comunicado felicitando a Calderón hoy mismo –le dijo.
 
-Lo que entiendo es que todavía no hay resultados finales. Es un poco arriesgado sacar ahora un comunicado, ¿por qué no esperamos? –propuso el asistente.
 
-¡No, no, no! Hay que sacarlo hoy –insistió López-Isturiz–. Si quieres –agregó– podemos poner algo así como ‘de confirmarse la victoria del PAN’. Hay que poner mucha atención en la redacción, pero tenemos que hacerlo público hoy.
 
A las 20:39 horas el PPE divulgó el comunicado desde la ciudad sede de la UE, en que felicitó a Calderón por su “triunfo” electoral, y advirtió que con ello México “apuesta por políticas contrarias al populismo que se aplica en otros países del continente”. La red del PPE es amplia e influyente: cuenta con 73 partidos miembros de 36 países. Entre sus militantes distinguidos están 17 jefes de Estado o de gobierno. También son miembros de estas organizaciones nueve de los comisarios europeos.
 
Destacan la austriaca Benita Ferrero-Waldner, y el presidente de la Comisión Europea, el portugués José Manuel Durao Barroso, quien el domingo 9 felicitó al “candidato electo” Calderón.
 
La “familia” del PPE la completan los 263 eurodiputados, la fuerza mayoritaria en el Parlamento Europeo.
 
La red de la ICD no se queda atrás. El expresidente español José María Aznar –quien durante una visita a México se pronunció a favor de Calderón, acto que ameritó la censura del IFE– fue su presidente hasta el pasado 28 de enero.
 
Antes de dejar el cargo, colocó en la vicepresidencia de la organización a Mariano Rajoy –su delfín en las elecciones de 2004 y actual presidente del PP español–, quien sustituyó en ese cargo a Durao Barroso. Aznar, por otro lado, fue reemplazado temporalmente por el presidente del Congreso italiano, Pier Ferdinando Casini, quien el 7 de julio mandó una segunda felicitación a Calderón a nombre de la IDC.
 
Otro miembro prominente del PPE y de la ICD: el eurodiputado José Ignacio Salafranca Sánchez-Neyra, quien fue designado jefe de la misión de observadores electorales de la UE en México por la comisaria Ferrero-Waldner.
 
Los partidos de izquierda en el Parlamento Europeo consideran a Salafranca un aliado del gobierno de Fox y su bombero cuando ciertos asuntos despiertan preocupación o enojo en Bruselas.
 
Por ejemplo, el 25 de abril del 2005, durante una difícil audiencia de la embajadora Dieck-Assad en el Parlamento Europeo, en que buscaba explicar el intento de desafuero de Andrés Manuel López Obrador, Salafranca declaró:
 
“Cuando este Parlamento ha procedido a levantar la inmunidad de alguno de sus miembros, yo no recuerdo que la Cámara de Diputados o el Senado de México se hayan pronunciado sobre este particular”.
 
Y más aún, dijo que era un “asunto interno” mexicano en el que la UE no tenía por qué inmiscuirse. De hecho, Salafranca apoyó las labores en Bruselas de Lorena Larios, mano derecha de la embajadora Dieck-Assad y, hasta el año pasado, cabildera del gobierno mexicano en el Parlamento Europeo.
 
Al mediodía del jueves 6 de julio, antes de finalizar el conteo distrital en México, la comisaria Ferrero-Waldner emitió un primer mensaje institucional: “Fui informada por el jefe de la misión, el eurodiputado José Ignacio Salafranca, que las elecciones fueron conducidas de una manera ordenada en acuerdo con los principios democráticos. Tenemos fe en las instituciones electorales mexicanas. Nuestra misión subraya su profesionalismo, transparencia e independencia (…)”.
 
Guerra de comunicados
 
Al mismo tiempo, el representante de política exterior del Consejo de Ministros, el español socialista Javier Solana, divulgó otro comunicado. A nombre de los 25 Estados miembros de la UE, Solana felicitó al “pueblo mexicano” por su participación en las elecciones y pedía, “una vez concluido el recuento oficial de los votos, un resultado definitivo que refleje cabalmente la voluntad” de los mexicanos.
 
El 7 de julio, la ICD envió de nueva cuenta otro comunicado con felicitaciones a Calderón, “por su importante victoria”, instando a “todos los candidatos” a aceptar los resultados del IFE.
 
Ante la cargada europea, la coalición Por el Bien de Todos reaccionó tarde y de forma improvisada.
 
-¿Jesús?, habla la diputada Martha Micher. Te hablo desde Bruselas… sí, Bruselas, Bélgica… –telefoneaba la perredista a Jesús Ortega, coordinador general de la campaña de López Obrador.
 
Como un recurso desesperado, Micher Camarena –quien originalmente viajó a la capital belga a una reunión de diputadas en el Parlamento Europeo– tomó la iniciativa de transmitir los reclamos de López Obrador de manera personal ante las instituciones de la UE. Ese día, Calderón acababa de recibir el apoyo de Solana.
 
A las 21:30 horas –14:30 en México–, desde la terraza-bar del hotel Crowne Plaza, la diputada cruzaba llamadas a México con Jesús Ortega y Manuel Camacho Solís, quienes ignoraban que ella estaba en Europa.
 
Camacho Solís le dictaba el texto de la protesta. Ella corregía sobre la marcha. Los destinatarios: Javier Solana, Durao Barroso, Josep Borrell (presidente socialista del Parlamento Europeo) y los parlamentarios europeos.
 
La carta definitiva, de dos cuartillas, explica que, de acuerdo con la Constitución mexicana, “el proceso realizado el 2 de julio pasado en México no concluye hasta que el TEPJF otorgue el reconocimiento de presidente electo a quien haya resultado ganador de las elecciones presidenciales. Hasta este momento –remarca– en México no hay triunfador de la elección”.
 
Comunica también que López Obrador inició un juicio de inconformidad ante el TEPJF, en que, señala la carta, “se han presentado pruebas que demuestran contundentemente la violación a la legislación mexicana”. Además, dice, “el IFE mostró actitudes permisivas y omisas frente a irregularidades manifiestas o denunciadas en su momento”; y “durante la jornada electoral se manipularon los sistemas informáticos y se provocaron serias irregularidades en los cómputos distritales”.
 
Así mismo, la misiva solicita a la UE que inste a las autoridades competentes mexicanas a que se lleve a cabo “un recuento completo de los votos”.
Finalmente, sugiere “evitar la realización de felicitaciones prematuras que puedan exacerbar el enfrentamiento interno” en México.
 
Micher Camarena entregó las cartas la mañana del 11 de julio. No tuvo acceso a los destinatarios. En el edificio de la Comisión esperó cinco minutos en la recepción hasta que llegó a recoger su misiva un cartero interno.
 
“Esto es indignante”, repetía la legisladora.
 
-Diputada, ¿está de acuerdo en que López Obrador y el PRD están pagando su desinterés por el tema internacional? –se le preguntó fuera del edificio de la Comisión.
 
-¡Claro, la hemos regado!
 
Activismo de consejeros
 
En México, la SRE convocó en dos ocasiones al cuerpo diplomático acreditado en el país para sostener “reuniones informativas” sobre el proceso electoral. La primera se efectuó por la tarde del lunes 3 de julio, un día después de las elecciones, y asistieron 64 embajadores; la segunda se realizó el viernes 7, cuando ya había concluido el cómputo en los 300 distritos electorales del país, y asistieron 77 miembros del cuerpo diplomático.
 
Funcionarios de la Dirección de Protocolo de la SRE convocaron a los encuentros apenas con dos horas de anticipación. Algunos embajadores se mostraron extrañados. Se preguntaban por qué convocaba la Cancillería si el IFE –organismo autónomo– tiene una dirección de Relaciones Internacionales, con la cual habían tenido comunicación directa.
 
Pero, en los cánones de la diplomacia, una convocatoria de la cancillería tiene un peso mayor: es el gobierno ante el que están acreditados el que solicita su presencia. Las reuniones se llevaron a cabo en el salón “José María Morelos y Pavón” del nuevo edificio de la cancillería, ubicado en avenida Juárez. En la primera reunión asistieron los consejeros del IFE, Andrés Albo y Alejandra Latapí, y a la segunda, de nuevo asistió Latapí y René Miranda, coordinador del Programa de Resultados Electorales Preeliminares (PREP). El canciller Luis Ernesto Derbez estuvo presente en ambas sólo “como moderador”, informó la dirección de Comunicación Social de la SRE.
 
De acuerdo con embajadores que asistieron a dichas reuniones, los consejeros del IFE explicaron las características del proceso electoral y la inédita situación de una competencia cerrada y, en todo momento, refrendaron que la actuación del IFE fue transparente y apegada a la legalidad.
 
De hecho, en la segunda reunión explicaron que corresponde al TEPJF certificar al candidato ganador y que esto podría tardar hasta el 6 de septiembre.
 
Sin embargo, ante los embajadores, la consejera Latapi afirmó en la reunión del viernes 7 que la mayoría de los actores políticos, e importantes organizaciones dentro y fuera del país, reconocían la validez del proceso electoral y los resultados que favorecían al candidato del PAN.
 
Y ejemplificó: cinco de ocho partidos, cuatro de cinco candidatos, 24 de 25 grupos de observación electoral que trabajaron con el PNUD, la Iglesia católica, grupos empresariales, parlamentarios latinoamericanos y europeos, expertos y académicos.
 
Uno de los embajadores asistentes a la reunión, comentó a Apro: “Los funcionarios del IFE no hicieron alusión o comentario alguno sobre que Calderón había ganado las elecciones. Sin embargo, me llamó la atención que mencionaran que una mayoría de organizaciones y sectores reconocen un proceso que aún no concluye y que tiene impugnaciones”.
 
Ese mismo viernes 7, se desencadenaron las felicitaciones del exterior al candidato del PAN.
 
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MANUAL PARA OBSERVAR LAS ELECCIONES
Por Marco Appel
 
(Artículo publicado el 26 de junio de 2006 en la sección Prisma Internacional de la Agencia PROCESO)
 
Bruselas (apro).– El comportamiento de los medios de comunicación, el papel de funcionarios gubernamentales y de partidos políticos, así como el detallado monitoreo de la jornada electoral, serán los elementos de mayor atención en el análisis que llevará a cabo en México la misión de observadores de la Unión Europea (UE) durante los comicios del próximo 2 de julio.
 
Cada aspecto de los procesos electorales está considerado en el Manual para las misiones de observación de la UE, un texto que elaboró en 2002 la Comisión Europea y el gobierno sueco para facilitar el trabajo de los observadores europeos.
 
El documento –de 124 páginas, considerado “la culminación de la gran experiencia en observación electoral ganada en años recientes por la Comisión Europea”– explica que las tareas de las misiones de observación enviadas por la UE constan de una etapa previa y otra posterior al día de la elección.
 
De acuerdo con su calendario, de resultar necesario, los europeos podrían permanecer en el país hasta mediados de agosto. La actual misión está conformada por el llamado “grupo central”, que encabeza el eurodiputado del Partido Popular español, José Ignacio Salafranca, así como “observadores de corto y largo plazo”.
 
Su labor es preparar y emitir el “comunicado preliminar postelectoral”, la primera declaración pública sobre la limpieza de los comicios. El total de la delegación –unos 70 observadores– llegó a México el martes pasado. Luego de una breve capacitación en el Distrito Federal, la misión se dividió en grupos de dos que se desplazaron a cada unos de los estados del país. Su función será elaborar un reporte final con recomendaciones dirigidas al gobierno de Vicente Fox.
 
Estas conclusiones –posteriores al anuncio de los resultados finales–, determinarán también si la elección cumplió los compromisos internacionales, regionales y nacionales de México en la materia.
 
El papel de los medios
 
Con la intención de monitorear la cobertura de los medios mexicanos, el manual dedica un capítulo entero al análisis del importante papel que éstos juegan en el proceso electoral: “El acceso a los medios sobre una base no discriminatoria es el prerrequisito de un proceso democrático” señala el documento.
 
“Al electorado se le debe dar la oportunidad de tomar una elección informada sobre los contrincantes políticos, lo que requiere que todos los puntos de vista sean comunicados de forma transparente y pareja”. Dice el manual en uno de sus primeros párrafos: “Para obtener una fotografía del paisaje mediático local, los expertos de la misión deben reunirse con directores, redactores en jefe, publicistas, administradores, periodistas, técnicos de televisión y radio, diarios, agencias de prensa, sindicatos nacionales e internacionales, y organizaciones no gubernamentales con proyectos en la materia”.
 
También con oficiales de gobierno y diputados relacionados con el tema. Además de informarse sobre la propiedad de los medios, el volumen de circulación de los rotativos, el tamaño de la cobertura y las audiencias de las televisoras y estaciones de radio, o el número de periodistas empleados, el manual enumera varias preguntas específicas que deben plantearse los observadores: “Relativo al tipo de cobertura: ¿hay debates, entrevistas, programas políticos gratuitos o de acceso pagado, promoción del voto? “¿Hay espacio y tiempo aire de acceso libre?: Si lo hay, ¿cuánto? ¿Ha sido provisto para todos los contendientes y en qué orden? ¿Cuánto espacio y tiempo aire es pagado? ¿Quién paga (los candidatos o los partidos)? ¿Es reembolsado por el Estado? ¿Sobre la base de qué documentos? “¿Es el costo de la publicidad electoral prohibitivo o discriminatorio? ¿Cuáles son las opiniones relativas a las regulaciones de los medios durante las campañas y cuál es la conducta de los medios durante ésta? ¿Apoyaron los medios algún partido o candidato?”.
 
Otro componente del estudio europeo en el que abunda el manual, se refiere a las condiciones del trabajo periodístico cotidiano: “¿Cuál es el nivel de desarrollo, independencia y profesionalismo de los periodistas?, en relación con los aspectos técnicos, ¿cómo se maneja la distribución de las licencias y las frecuencias? ¿Los organismos reguladores están haciendo bien su trabajo y promueven la libertad de expresión?”.
 
“¿Cuál es el papel del Estado y de los partidos políticos frente a los medios? ¿Qué problemas enfrentan los periodistas (censura, autocensura, intimidación, hostigamiento, hostigamiento físico, inspecciones fiscales, disparidad financiera y técnica)? ¿Las medidas financieras, como las inspecciones fiscales, son usadas para limitar la cobertura informativa?”.
 
Al final de la campaña electoral, precisa el documento, los observadores europeos deben ser capaces de responder los siguientes cuestionamientos:
 
“¿Los medios de comunicación dieron a los votantes la suficiente información para que éstos hicieran una elección informada? ¿Los partidos políticos pudieron presentar al electorado sus plataformas a través de los medios? ¿Todos los candidatos y los partidos políticos tuvieron acceso a los medios estatales y privados?”.
 
Continúa: “¿Fueron imparciales los medios estatales? ¿Fueron objetivos los medios privados?; si no, ¿cuáles fueron las respectivas tendencias políticas? ¿Hubo inclinaciones en los principales noticiarios y hacia quién?”.
 
El manual da también relevancia al grado de “visibilidad” que ofrezca la prensa local al desempeño de la propia misión de observación. Apunta que la misión debe asegurarse de que sus declaraciones sean “exactamente” reproducidas al público en “tono y contenido”.
 
La declaración postelectoral
 
El manual de observación, además de fijar reglas “técnicas y de etiqueta para sus observadores”, establece los “aspectos a observar” el día de las votaciones.
 
Enlista: apertura de las casillas, identificación y registro de votantes, salvaguardas (por ejemplo para personas discapacitadas), urnas móviles, voto en prisiones, voto de militares, concurrencia y medidas de seguridad. Cada casilla visitada será objeto de un reporte de evaluación. “La sesión final de análisis tardará normalmente entre 24 y 48 horas después del cierre de las urnas”, contempla el manual, que calcula el tiempo para vaciar la información en 12 horas.
 
Y abunda: “la declaración postelectoral debe ser concisa y reflejar los más importantes hallazgos y preocupaciones del periodo preelectoral (incluyendo el análisis de medios), así como aquellos del día de las votaciones”.
 
En la fase posterior a las elecciones, el documento fija el seguimiento al proceso de resolución de “inconformidades” oficiales, de partidos o de medios. “Votantes y candidatos”, concluye, “deben tener acceso a la documentación apropiada que necesiten para presentar su caso. Una respuesta debe ser ofrecida en un tiempo apropiado y todos los fallos deben ser grabados, hechos públicos e inevitables”.