En una decisión insólita, el empresario mexicano Salvador Necochea Albores adquirió en abril de este año 80% del Racing Club Mechelen, un equipo belga de segunda división, y se llevó a 11 jóvenes mexicanos para foguearlos y, en el futuro, intentar colocarlos en las ligas importantes del futbol europeo para demostrar que el jugador azteca puede triunfar masivamente en el extranjero. En el proceso de adaptación, los jugadores, de entre 18 y 23 años, se enfrentan al problema del idioma, la comida y el estilo de juego de sus anfitriones, mientras que en los planes de Necochea está la compra de otros dos equipos en Estados Unidos y España.
(Artículo publicado en la edición del 13 de Septiembre de 2009 de la revista PROCESO)
(Ver posteriormente segunda parte)
(Nota: el experimento fracasó y los mexicanos se retiraron)
BRUSELAS.- ¡Komann mexicaanen! (¡Vamos mexicanos!) ¡Niet Zo Vlug opgeven, jongens! (¡No se rindan tan rápido, muchachos!), se escuchaba desde las gradas del estadio Oscar Vankesbeeck, en donde más de 2 mil aficionados del Racing Club Mechelen, de Bélgica, animaban el 29 de agosto pasado a su equipo de futbol, en el que esta temporada juegan 11 mexicanos.
El equipo visitante, K.S.V. Temse, abrió el marcador con un remate de cabeza al minuto 10 del primer tiempo. “Son muy chiquitos”, comentó un aficionado a este corresponsal, refiriéndose a la baja estatura de varios de los jugadores mexicanos en comparación con los europeos.
Diez minutos más tarde, Víctor Perales dispara a la portería, el balón se estrella en el poste izquierdo; en el rebote, César Urrueta cruza el esférico, vence al portero y marca el gol que da el empate final al Mechelen.
¡Racing, Racing!, comenzó a corear la afición, mientras agitaban banderas con los colores distintivos verde y blanco de su escuadra.
El 4 de abril, Salvador Neicochea Albores —dueño del grupo NEC, al que pertenecen el Club León FC y el Centro de Sinergia Futbolística (Cesifut) —adquirió el 80 por ciento del Racing Club Mechelen.
En una charla telefónica, Necochea Albores reveló que el montó de l compra se elevó a 3 millones 500 mil euros. El empresario mexicano tendrá que invertir, adicionalmente, un millón de euros anuales, necesarios para garantizar la actividad del equipo.
En noviembre próximo, Racing Club Mechelen A.C., sociedad belga sin fines de lucro, entregará a su socio mexicano el control administrativo y operativo de la franquicia, y sólo retendrá la gestión de los terrenos que comprenden las instalaciones deportivas.
En su página en internet, Grupo NEC destaca que el propósito de tal adquisición es “mejorar el nivel” y “la experiencia internacional” de los jugadores que prepara en el Cesifut, que en julio pasado se fusionó en una sola empresa con el Club León F.C.
Varios equipos de la primera división mexicana, como rayados de Monterrey, Santos Laguna y Atlas han adquirido jugadores formados en este centro creado en 1997, en Lerdo, Durango. Algunos de sus egresados han pertenecido o pertenecen a la selección nacional, como oribe Peralta, delantero de Jaguares de Chiapas, que en abril fue convocado por Javier Aguirre.
Actualmente, 11 mexicanos de entre 18 y 23 años -todos egresados del Cesifut- forman parte del primer equipo del Racing Club Mechelen. Otros 11 son de nacionalidad belga. A diferencia de los mexicanos, que se dedican 100 % a su actividad deportiva, algunos belgas tienen otras ocupaciones, por lo que Nico Vink, director general de la escuadra, esta negociando con algunos de ellos su acoplamiento al ritmo de los mexicanos.
Hasta el jueves 10, el conjunto de Mechelen había disputado 4 partidos (la temporada comenzó el 19 de agosto pasado y termina el 2 de mayo del próximo año). Con tres empates a un gol y una derrota (1-0), ocupa el penúltimo lugar de la clasificación general.
La falta de triunfos ha ocasionado que arrecien las críticas del Fan Club del Racing Club de Mechelen, -un organismo que integra a 150 hinchas-contra Vink. Durante los partidos, los afiliados a esta agrupación reparten volantes y cuelgan mantas con mensajes muy duros: “El mandatario (sic) de Nico Vink es una mierda”, decía una de ellas, en español, exhibida en el encuentro del 29 de agosto.
El presidente de dicho grupo de aficionados, Marvin Christian, asegura a este semanario que “Cesifut y los mexicanos son bienvenidos”, no obstante, acusa a Vink, de nacionalidad holandesa, de “concentrar las decisiones” y “desplazar a los belgas”.
El 3 de septiembre, Christian y otros seguidores se quejaron en una reunión con el técnico holandés de que los jóvenes mexicanos “eran muy jóvenes”, y necesitaban de “maestros” para ganar. Este les respondió que su gestión está sustentada en la apuesta a futuro por los jóvenes y que, de cualquier forma, Racing Club Mechelen cuenta con jugadores experimentados.
Precios millonarios
Los mexicanos residen en dos amplios apartamentos, recién remodelados, en un edificio ubicado en el centro de Mechelen, una ciudad de 80 mil habitantes que se localiza a 17 minutos en tren de Bruselas, en una región donde se habla holandés y no francés.
Los jóvenes realizan dos sesiones de entrenamiento al día: la primera, de las 11 de la mañana a las 2 de la tarde, y luego a las 7 a las 9 de la noche, ya con sus compañeros belgas, con quienes se comunican en inglés o a señas. Desayunan, comen y cenan en el restaurante del club, donde la cocinera belga se las ingenia para preparar alimentos con picante o sazonados a la mexicana. Los gastos de alojamiento y comida corren a cargo del equipo.
El poco tiempo que les queda libre, descansan. No han encontrado la ocasión ni siquiera para ir a pasear a Bruselas.
— ¿Cómo ven el nivel del futbol belga? — se les pregunta.
Se anima a contestar Joaquín López, quien cumplió 18 años un mes antes de viajar a Bélgica:
— Está bien. Pero pensábamos que iba a ser mejor. Nosotros somos más técnicos; los belgas juegan más al contacto físico.
Arturo Ramírez, el entrenador asistente que los acompaña, lo confirma: “Nosotros elaboramos más los ataques, pasamos el balón, lo tocamos, y si no podemos entrar por un lado, vamos hacia atrás y lo intentamos por el otro. Ellos dan dos, tres toques, y luego sueltan el pelotazo”.
— ¿Porqué Bélgica? se le pregunta a Vink, en una entrevista realizada el miércoles 2.
— Es un mercado muy interesante para arrancar un proyecto así. En Europa hay un límite de extranjeros que pueden jugar en un mismo equipo, y en Bélgica no existe esa restricción. Además, el país esta cerca de Holanda, Alemania, Francia y relativamente cerca de España, países con ligas de futbol de excelente calidad. Platicamos con varios equipos en Bélgica y el Racing Club de Mechelen mostró interés en el proyecto.
— ¿Por qué fracasaron las pláticas en otros equipos belgas?
— Todos pedían dinero, pero sin perder su capacidad directiva. En este caso necesitábamos tener todo el control para iniciar el proyecto. El Racing club de Mechelen tiene mucha historia. fue fundado en 1904, pero desde hace 15 años no juega en primera división. En ese sentido, Racing Club Mechelen A.C. y Cesifut comparten el mismo proyecto porque ambos quieren que el equipo ascienda a la máxima categoría. El plan es conseguirlo a más tardar en 2015.
— ¿Cuánto puede costar un jugador mexicano en el mercado belga?
— En tercera división no hay precio, pero en primera el precio de arranque es de 500 mil a 1 millón de euros.
Vink menciona el caso del goleador costarricense, Bryan Ruíz, quien comenzó a jugar en el futbol europeo en el equipo belga A.K.K. Gent, que en 2006, cuando tenía 20 años, lo firmó por cuatro temporadas. El 15 de julio pasado, el equipo holandés FC Twente anunció que había adquirido a Ruiz por 5 millones de euros.
“Los mexicanos —apunta Vink— tiene, por lo menos, la misma proyección que este costarricense; sin embargo, cada caso es distinto: uno puede ser vendido inmediatamente, otros tardarán más tiempo. La clave es tomar decisiones firmes en su justo momento para mejorar el equipo. Es posible que algunos regresen a México”.
La compra del equipo belga firma parte de una ambicioso plan de expansión internacional de Grupo NEC que comprende la apertura, en 2010, de un Cesifut “en un país centroamericano, aun sin determinar; la adquisición en dos años de un equipo de la liga estadounidense de futbol (MLS) y, dentro de 4 ó 5 años”, la compra de una escuadra española de primera o segunda división, comenta Necochea Albores.
Restricciones
Entre 2006 y finales de 2008, Vink residió en la Ciudad de México. Estudió y trabajó en la Universidad Johan Cruyff de Estudios Deportivos, institución holandesa que cuenta con una filial en la capital mexicana. Este centro con sede en Ámsterdam se especializa en la formación de directores deportivos de equipos de futbol, y da entretenimiento académico” a equipos como el AFC Ajax de Holanda, el FC Barcelona y, en México, al Cruz Azul y al Atlas, entre otros.
Durante ese tiempo, el holandés conoció al padre de Necochea Albores, Salvador Necochea Sagui, fundador y propietario del Club Santos Laguna, el cual vendió en 1991 a Grupo Modelo. En 1997, la familia Necochea construyó las primeras instalaciones de Cesifut, que modernizaron hace dos años.
Vink narra:
“El 15 de junio de 2008, durante el draft de Cancún, nos sentamos a comer el ingeniero Neichochea, su hijo Salvador, Rodrigo Suárez –representantes de Lorena Ochoa y egresado del instituto Johan Cruyff– y yo. Nos preguntamos: ¿porque hay tan pocos futbolistas mexicanos en Europa? ¡Sólo juegan 20 o 25!, mientras hay mil brasileños, 700 argentinos, y hasta más ecuatorianos que mexicanos.
“¿Por qué ocurre eso si México tiene una liga tan fuerte? Comenté que era por la forma de trabajo y Salvador me dijo: “Adelante Nico. Tenemos que abrir Europa, tenemos que ser vitrina para México. Regresé a Europa y comencé a llamar inmediatamente a mis contactos.”
— Hubo primero pláticas con equipos de Inglaterra y Holanda, ¿qué ocurrió?
— No fue posible concretar nada por las condiciones que imponían. En Inglaterra sólo pueden jugar los extranjeros de fuera de la Unión Europea que hayan sido los últimos dos años seleccionados nacionales. Quieren que entren a su liga los mejores. Por otro lado, en Holanda los futbolistas deben ganar un sueldo mínimo de 500 mil euros al año. Únicamente pueden entrar refuerzos inmediatos de alta calidad. En España también hay una regla complicada: sólo pueden estar en un equipo tres extranjeros que no sean de la Unión Europea.
— ¿En Bélgica cuánto hay que pagarles?
— Los jugadores profesionales deben recibir mínimo 70 mil euros al año.
— ¿Y los muchachos entraron a Bélgica como “jugadores profesionales”?
— Así es.
— Entonces se les tienen que pagar por lo menos 70 mil euros anuales…
— Sí.
Sin embargo, el mismo miércoles 2, Ramírez aseguró que los jugadores mexicanos no habían recibido ningún salario desde que llegaron a Bélgica el 4 de julio. “Cuando salieron para acá, la empresa les dio a cada uno 250 euros para sus gastos personales”, indicó el entrenador mexicano.
Agregó que será el domingo 20 cuando el Grupo NEC les informe cuanto va pagarles y comience a depositarles las mensualidades atrasadas.
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Xenofobia contra futbolistas mexicanos
(Artículo publicado en la edición del 20 de Septiembre de 2009 de la revista PROCESO)
BRUSELAS – El proyecto de foguear a 11 jóvenes futbolistas mexicanos en el Racing Club Mechelen de Bélgica –que el empresario Salvador Necochea Albores adquirió en abril pasado– se complicó por un motivo extradeportivo: la xenofobia.
Una parte de la afición local no sólo culpa a los jóvenes mexicanos y al nuevo director general, el holandés Nico Vink, de los malos resultados de la escuadra que, tras cinco jornadas, ocupa el penúltimo lugar de la tabla general con tres puntos. Además lo manifiesta en el campo de juego con mofas y ofensas.
Al grito de “¡Sin mexicanos, vamos a ganar!”, los aficionados del Racing Club Mechelen, que desde hace 15 años permanece en la tercera división, celebraron que ninguno de los mexicanos alineara en el encuentro del sábado 12 de septiembre contra el KVC Willebroek-Meerhof.
Durante el partido también se escucharon referencias negativas a la nacionalidad. Por ejemplo, cuando en un momento del cotejo el árbitro marcó una falta contra Mechelen, un espectador le gritó que “parecía mexicano”, y otro, que “parecía holandés”.
El aficionado mexicano Arturo Ladrón de Guevara, que reside en Mechelen, no pudo disfrutar el juego, intimidado todo el tiempo por seguidores del equipo local.
Ladrón de Guevara cuenta a este corresponsal que él y un amigo italiano comentaban en holandés las acciones del encuentro. Su acento extranjero era evidente. En el minuto 36 del segundo tiempo, un hombre con camiseta y bufanda con los colores verde y blanco del Mechelen los encaró y, después de prohibirles que se “burlaran” de su equipo, les advirtió de mala manera que mejor se fueran a sentar con la porra contraria, al otro lado del estadio.
En ese momento Mechelen anotó el gol del empate a dos tantos y la atención del agresor volvió al juego. Pero minutos después volvió a molestarlos. Otro belga intervino para decirle al mexicano que no se metiera en problemas y que se alejara del lugar.
”Faltaban cinco minutos para el final cuando el árbitro marcó un penalty contra Mechelen y expulsó al portero; inmediatamente después de que anotaron el penalty, mi amigo y yo salimos huyendo del estadio para evitar posibles agresiones”, narra Ladrón de Guevara.
El equipo perdió 3-2 sin mexicanos en su alineación.
Versiones
Entre los aficionados del Mechelen circuló el rumor de que los mexicanos habían sido excluidos del partido por decisión del entrenador belga Regie Van Acker, que optó por jugar con futbolistas nacionales.
En una conversación telefónica, Salvador Necochea Albores explicó a Proceso que el entrenador asistente que acompaña a los jóvenes mexicanos, Arturo Ramírez, le aseguró que todos ellos se habían enfermado del estómago horas antes del encuentro.
Los jugadores mexicanos comenzaron a sentirse mal después de que comieron en el restaurante del club, por lo que regresaron al departamento en el que viven, donde empeoró su condición, de tal modo que no alcanzaron a registrar su participación una hora antes del encuentro, programado a las 8 de la noche, como lo dicta el reglamento local.
Necochea Albores –dueño de Grupo NEC, al que pertenece el Club León FC– compró 80% del Racing Club Mechelen con la intención de foguear en las canchas europeas a los egresados del Centro de Sinergia Futbolística (Cesifut), también de su propiedad. Su meta es que el club ascienda a la primera división en los próximos seis años (Proceso 1715).
El empresario mexicano acordó con sus socios belgas nombrar director general de la franquicia a Nico Vink, que también forma parte del Consejo de Dirección.
Pero el Fan Club del Racing Club Mechelen, un grupo creado hace tres años por 150 seguidores, encabezados por el belga Marvin Christians, se opone a la dirección del holandés, al que acusan de haber relegado a los jugadores y directivos belgas.
Vink recibió el jueves 3 de septiembre a integrantes de esa agrupación, quienes atribuyeron la falta de triunfos a la juventud e inexperiencia de los mexicanos. Poco antes, en el encuentro del 29 de agosto anterior –al que asistió Necochea Albores–, Christians y otros aficionados colgaron mantas en el estadio en las que expresaban que “Cesifut es bienvenido”, no así las decisiones de Vink, al que calificaron de ser “una mierda”.
Nacionalismo
Vink reconoce que la llegada de “tantos mexicanos” a la escuadra “desestabilizó” a los aficionados. “Es un equipo belga de mucha tradición y con seguidores muy entregados a la camiseta”, señaló. El directivo dice a Proceso que confía en que la afición se “acostumbrará” a los mexicanos, ya que la tendencia en el balompié mundial es el reclutamiento de jugadores extranjeros.
Necochea Albores agrega: “Sabíamos que eso iba a ocurrir: no son solo tres o cuatro mexicanos los que llegaron, ¡son 11!, la mitad del primer equipo. Como no hemos tenido buenos resultados, toda la responsabilidad recae sobre nosotros. Los belgas dicen: “pinches mexicanos, es su culpa”.
Sin embargo, subraya Necochea, hasta ahora las expresiones de rechazo “no pasan de los gritos durante los partidos”, lo cual es parte en la formación de los muchachos, opina.
”Esa presión de mil 500 ó 2 mil personas gritándote en Mechelen no es nada en comparación con un partido de la liga mexicana, donde mucha más gente te grita peores cosas. No es fácil enfrentarlo para chavos entre 18 y 19 años, como ellos, pero es algo que deben pasar para que a los 22 estén bien curtidos”.
Mechelen es un poblado de 80 mil habitantes enclavado en Flandes, que ocupa la mitad norte de Bélgica. En esa región de 6 millones de habitantes que hablan holandés, existe un fuerte orgullo nacionalista que ha alimentado un extendido sentimiento separatista respecto de la región sureña de Valonia, poblada por 3 millones y medio de francófonos.
Ese nacionalismo también ha nutrido las ideas xenófobas de la extrema derecha, cuya principal fuerza política, Vlaams Belang (Interés Flamenco), es una de las que reciben más votos en Flandes.
En las elecciones municipales de 2000 y 2006, ese partido obtuvo en Mechelen 25.6 y 26.5% de los sufragios, respectivamente. El actual gobierno de Mechelen, electo el pasado 7 de julio, es una coalición entre los partidos Liberal (VLD), Demócrata-Cristiano (CD&V), Verde (Groen) y Nueva Alianza Flamenca (N-VA), una formación de corte independentista.
En Bruselas, 28% del millón de habitantes es de origen extranjero; en Mechelen, que está a 25 kilómetros de la capital belga, el 8% proviene de otros países.
Por otro lado, hay una rivalidad histórica entre Flandes y Holanda, que alguna vez integraron una sola entidad territorial, parecida a la que existe entre México y una parte importante del sur de Estados Unidos.
–¿Estaba enterado de esa situación cuando decidió comprar al Racing Club Mechelen?, se le pregunta a Necochea.
–No, porque no me meto en temas políticos. Mientras a los muchachos no los vayan a molestar a su departamento, estoy tranquilo. Pero al que sí están hostigando es a Vink: él no sabía que belgas y holandeses no se quieren.
–¿Hubiera cambiado algo?
–Quizás hubiera modificado la estrategia: en lugar de exponer a Nico a la luz pública, hubiera colocado como director general a un belga. Vamos a ver qué pasa en el futuro, pero yo creo que si comenzamos a ganar, todo va a mejorar, incluyendo la relación con la afición.
Hay tiempo para ello. Al Racing Club Mechelen aún le quedan 31 partidos por delante, antes de que finalice la temporada el 2 de mayo de 2010.