Sin importarle las posibles complicaciones diplomáticas que le ocasione a su sucesor, el expresidente mexicano Vicente Fox le prometió a los líderes de la Internacional Demócrata de Centro seguir “cabalgando” contra el populismo latinoamericano, y especialmente “defender a Venezuela” de su presidente Hugo Chávez, su fetiche preferido, aquel que le quita el sueño…
(Artículo publicado en la edición del 30 de Abril de 2007 de la revista PROCESO)
ESTRASBURGO, FRANCIA.- A pesar de no haber oficializado su candidatura para presidir la Internacional Demócrata de Centro (IDC), el expresidente Vicente Fox se perfila para obtener el cargo. De ser así, conseguiría meterse al escenario político internacional, lo que no lograron los expresidentes Luis Echeverría Álvarez y Carlos Salinas de Gortari, cuando buscaron dirigir la Organización de las Naciones Unidas y la Organización Mundial de Comercio, respectivamente.
Fox viajó a esta ciudad francesa con un objetivo: cabildear el apoyo de la derecha europea a su eventual postulación como presidente de la IDC. Su estrategia: posicionarse como el único líder capaz de articular una ofensiva política que saque del poder en América Latina a los seguidores de la corriente ideológica que encabeza el presidente venezolano Hugo Chávez.
El día de su arribo a esta ciudad, sede del Parlamento Europeo, el pasado lunes 23, Pedro López de Pablo, funcionario de esa institución, comentó a la prensa el extendido “rumor” que había “en los pasillos” en torno de una potencial candidatura de Fox.
Esa misma noche, Fox y Manuel Espino, presidente del Partido Acción Nacional (PAN) y de la Organización Demócrata Cristiana de América (OCDA), se reunieron a cenar en el hotel Hilton, donde se hospedaban, con un grupo de alrededor de 20 influyentes eurodiputados del Partido Popular Europeo (PPE), la mayoría españoles, quienes pagaron la cuenta.
Estaban presentes, entre otros, Jaime Mayor Oreja, ministro del Interior en el gobierno de José María Aznar; José Ignacio Salafranca, jefe de la polémica misión de observación electoral de la UE en los últimos comicios presidenciales en México, y Antonio López-Istúriz, secretario general del Partido Popular Europeo y de la IDC.
Ahí, Fox les comunicó, muy a su estilo, que su intención era la de “seguir cabalgando”, ya que su “misión” era “continuar el combate contra los enemigos de la libertad”, fórmula que repitió al día siguiente en una conferencia de prensa, y luego el pasado jueves 26 en una plática en San Diego, refiriéndose en específico a Chávez.
Los invitados a la cena de Estrasburgo interpretaron esas palabras como un gesto inequívoco del exmandatario mexicano hacia la postulación como presidente de la IDC, organismo con sede en Bruselas que agrupa a 100 partidos de derecha en 83 naciones, pero cuyos miembros más poderosos son el PAN y el Partido Popular español.
“El mensaje de querer seguir cabalgando fue muy claro: el expresidente Fox avanzó en su candidatura a la IDC”, declaró a Proceso, a condición de no ser citado, uno de los asistentes a la mencionada cena privada. “Todos fueron muy sensibles” a ese discurso de Fox, aseguró.
Al día siguiente, en una charla con la prensa en un pequeño cuarto de juntas del Parlamento Europeo, este corresponsal cuestionó a Fox acerca de su interés por esa candidatura.
En su peculiar manera de disertar, contestó: “(…) Es más importante primero ser, y después hacer. Y para ser, en este momento lo que estamos (sic) es estableciendo esa relación estrecha, esos puentes (con el PAN, la ODCA y Europa); interesando en América Latina a Europa, al Parlamento (Europeo), a los populares…”.
Más adelante completó: “No está contemplado en este momento (el cargo); y sin embargo, nunca diré ‘de esta agua no beberé’ mientras tenga que ver con la democracia, las libertades, un mejor futuro para Latinoamérica y para México”.
Hay otros dos potenciales aspirantes a presidir la IDC: la vicepresidente de la organización, la peruana Lourdes Flores, y el presidente interino de la misma, el italiano Pier Ferdinando Casini, que desde febrero de 2006 ocupa el puesto que dejó Aznar.
El pasado 11 de noviembre, los delegados asistentes al congreso de la ODCA en Santiago de Chile –en el cual Espino fue elegido presidente– habían acordado unánimemente postular a Flores a la IDC como “candidata de unidad”, información que llegó a ser publicada en la página de internet de la organización y que desapareció cuando Espino comenzó a hacer cabildeo por Fox (Proceso 1580).
Uno de los eurodiputados más empapados del tema, y que quiso guardar el anonimato para hablar con franqueza, dijo al corresponsal que el “intento de preacuerdo” para apoyar a Flores nunca había llegado a “materializarse”.
Casini, por su parte, tendría muy pocas posibilidades de ganar, ya que la misma fuente confirmó que las reglas no escritas de la IDC indican que el turno de presidirla le corresponde a un latinoamericano.
Maniobras de guerra
Fox recibió todos los halagos posibles durante su campaña de cabildeo en Europa: “Es el hombre ideal para coordinar la lucha contra el populismo”, dijo tras entrevistarse con él Joseph Daul, el francés que preside el PPE. “Es el capitán del portaaviones mexicano de la libertad”, comentó López-Istúriz… “Su personalidad está muy asentada en la conciencia de los miembros del Partido Popular español”, remató Mayor Oreja, que fue quien lo invitó a Estrasburgo.
Y es que el antichavismo de Fox, su conservadurismo católico y su devoción por el libre comercio –“lo demás está fuera de lugar”, declaró en el Parlamento Europeo– encajan con el proyecto demócrata-cristiano ideado por José María Aznar, el cerebro de esa fuerza política: “erradicar” el populismo en América Latina y asociar la región a un “área comercial única de prosperidad”, “occidental y cristiana”, conformada también por Estados Unidos y la Unión Europea, la cual sería protegida por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
“América Latina tiene mucho que ganar con un comercio libre (…). Y tiene mucho que perder con un proteccionismo que sólo responde a los intereses particulares de determinadas minorías (…). El discurso proteccionista, tan antiguo como desacreditado, es hoy enarbolado por el nuevo populismo nacionalista y antiglobalizador…”, indica un informe estratégico de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), que preside Aznar.
Los mismos días que Fox visitó Estrasburgo, Aznar se reunió con gente de la fundación Konrad Adenauer en Berlín para promover su proyecto de “área de prosperidad”.
En concreto, el plan global de la derecha es similar al que utilizaron Washington y sus aliados europeos durante la Guerra Fría para presionar a los regímenes comunistas de Europa del Este, y más recientemente durante el cambio de gobierno en Ucrania: dar apoyo político y financiero a grupos opositores de la sociedad civil, en parte a través de fundaciones con programas de sostenimiento a la democracia.
En ese marco, llama la atención que en la cena del Hilton participara el eurodiputado y exprimer ministro de Eslovenia, Alojz Peterle, líder de la oposición al comunismo que en 1991 declaró la independencia de su país respecto de Yugoslavia, y quien volverá a competir en las elecciones de este año.
“Estamos por los cambios pacíficos, y para ello nos hemos dado cuenta que debemos trabajar mucho con la sociedad civil”, explicó a Proceso López-Istúriz.
El martes 24 por la tarde, el expresidente Fox sostuvo una reunión de trabajo a puerta cerrada con responsables de las fundaciones europeas Konrad Adenauer, FAES y Robert Schuman, ésta dedicada a temas de la democracia en la UE y con sedes en París y Bruselas. El propósito: “Coordinar esfuerzos a favor de la democracia en América Latina”, declaró Espino.
Así, el Centro Fox que construye el expresidente en su rancho de Guanajuato, y que vino a publicitar a Estrasburgo, se incrustaría en este esquema. El expresidente de México adelantó que uno de sus primeros oradores invitados será Aznar, en cuyos pasos se inspiró, dijo, para continuar el activismo político después de dejar Los Pinos.
Pero no sólo eso: Fox maniobró en Estrasburgo para conseguir en el Parlamento Europeo el aislamiento del Grupo Izquierda Unitaria (comunistas), que simpatiza con el movimiento chavista. El consejero de ese partido en asuntos de América Latina, el belga Paul-Emile Dupret, es conocido por ser un férreo defensor de Chávez.
Según explicó López-Istúriz, las reuniones de Fox y Espino con el presidente de la bancada del Partido Socialista Europeo, el alemán Martin Schultz, y con un representante del presidente de la bancada Liberal, el británico Graham Watson –quien ese día asistió a un funeral– tuvieron como finalidad “sensibilizar” a los liberales y a “los verdaderos socialistas, comprometidos con la democracia, de lo que está pasando en Venezuela y Bolivia”.
En paralelo, y con la misma pretensión, una delegación de miembros del Partido Primero Justicia, la principal fuerza venezolana opositora a Chávez –invitada por Mayor Oreja a Estrasburgo y Bruselas–, se encontró con dirigentes de la izquierda europarlamentaria, entre ellos con la copresidente del Grupo de los Verdes, Mónica Frassoni, de nacionalidad italiana pero nacida en México.
El resultado de ese cabildeo deberá verse pronto, cuando el PPE comience a negociar que el Parlamento Europeo emita declaraciones de condena al régimen de Hugo Chávez por violaciones a los derechos humanos y a la libertad de expresión.