UE: Moldeando a la opinión pública

BRUSELAS.- La Unión Europea (UE) programó para 2009 un gasto de al menos 213 millones de euros en sus proyectos de “propaganda”, que incluyen de forma estratégica aquellos que despliegan sus propios medios de difusión y sus programas dirigidos a periodistas profesionales y en formación.Lo anterior lo expone el influyente think tank sueco Timbro, en un reporte publicado el pasado 27 de julio y cuyo título es El agobio de la UE: informar y comunicar a una población renuente.

(Artículo publicado el 14 de Agosto de 2009 en la sección Prisma Internacional de la Agencia PROCESO)

Sus autores –Philip Thomasson-Lerulf y Hannes Kataja– analizaron el presupuesto de la UE en la materia desde 2004, cuando tomó posesión la administración actual de la Comisión Europea, y comenzó sus labores la pasada Legislatura del Parlamento Europeo, la que terminó este mes de julio.

El reporte, de 26 páginas –y cuya divulgación coincide con la entrada de la presidencia sueca de la UE este 1 de julio–, explica:

“La principal generadora de comunicación es siempre la Dirección General de Comunicación de la Comisión Europea (cuya responsable es la comisaria Margot Wallström, de nacionalidad sueca). Como conductora de la comunicación externa de la UE, tal unidad recibe cada año recursos significativos. Sólo en 2009 se le otorgaron 213 millones de euros. (…) En comparación, en 2007 las 21 regiones, municipalidades y autoridades de toda Suecia distribuyeron poco más de 500 mil euros para informar a sus ciudadanos acerca de la UE y sus actividades”.

Añade: “La UE ha creado sus propios canales de televisión (y) ha establecido cursos para los periodistas que dan cobertura de las noticias en torno a la UE (…) Las críticas a la UE no aparecen en la información (diseminada en esos casos). Es difícil encontrar organizaciones que hayan sido beneficiadas con el apoyo financiero de la UE, cuyas actividades no incluyan esfuerzos para promocionar una creciente cooperación europea”.

“Desde una perspectiva democrática –abunda Timbro–, moldear la opinión de los contribuyentes es inaceptable. El dinero fluye cada año en las instituciones de la UE para ser utilizado en la creación, administración y monitoreo de leyes en áreas donde la cooperación transfronteriza en Europa es necesaria. El dinero no debe ser usado para que la UE haga campaña a favor de una mayor cooperación. La responsabilidad de operar la opinión pública y ganar el apoyo público a esa cooperación debe recaer sobre los hombros de los políticos electos y no de los funcionarios de la UE”.

Prosigue: “La tendencia de las instituciones de la UE para arrogarse el rol de líderes de opinión está asociada a varios riesgos. Para empezar, distorsiona la evolución de una sociedad libre. La incursión de tales instituciones en los dominios de la política tradicional lleva una carga suplementaria: busca dar legitimidad democrática y fortalecer el poder y la influencia de tales funcionarios por encima de los representantes electos. A largo plazo, hay un significativo peligro de que ello reduzca la credibilidad de las mencionadas instituciones y desgaste el fundamental apoyo popular a la UE”.

El documento se refiere a las encuestas que muestran la diferencia de opiniones entre los funcionarios de la UE y los votantes, respecto a algunos asuntos trascendentales para la integración europea.

Por ejemplo, según el European Elite Survey, llevado a cabo por el Centre for the Study of Political Change –presentado en mayo de 2006–, arrojó que 31% de los oficiales de la Comisión Europea y el Parlamento Europeo entrevistados eran “muy favorables” a una mayor cooperación de la UE en el ámbito de la defensa militar. Solo 16% de la ciudadanía pensaba lo mismo.

Sobre la creación de la figura de un ministro de Asuntos Exteriores para la UE, 54% de los oficiales de las instituciones mencionadas se declararon “muy favorables” a la idea, y sólo 21% de los ciudadanos, de acuerdo a la referida encuesta.

Información tendenciosa

El reporte sueco acusa proyectos concretos de la UE, o financiados por ella, para publicitar los logros de la integración continental.

El primero es Euranet, un consorcio de 16 estaciones de radio de corte internacional, nacional y regional, originarias de trece países de la UE. El proyecto fue fundado por la Comisión Europea en febrero del año pasado y transmite en ocho idiomas, uno de ellos el español.

Entre las estaciones que participan produciendo material informativo en este idioma están la alemana Deutsche Welle, Radio France Internationale, la holandesa Radio Nederland y Punto Radio de España.

El reporte señala que “el propósito de las transmisiones co-producidas, usualmente de una duración de 30 a 60 minutos por día, es estimular la voz pública europea, según declara el consorcio: ‘el objetivo de la cooperación es mejorar la calidad de los reportes sobre Europa y estimular la discusión acerca de la fraternidad en Europa para promocionar (el desarrollo) de una esfera pública europea general'”.

Timbro indica que Euranet cuenta con un financiamiento de 5 millones 800 mil euros para un periodo que se extiende hasta 2013.

Desde marzo de 2006, la UE además dispone de su propio canal de videos en el sitio de YouTube: EUtube.

El reporte señala: “En el sitio, por ejemplo, se pueden encontrar entrevistas, videos de reclutamiento y de información sobre cómo estudiar en Europa. Sin embargo, una serie titulada ‘Europa y tú’ pretende demostrar en diez ejemplos cómo la UE ha evolucionado de una manera positiva durante el último año, incluyendo el dato de que creó 3 millones y medio de nuevos empleos en 2007 en la UE, o que los ciudadanos de los países que en 2004 ingresaron a la UE pueden viajar ahora libremente sin pasaporte a través de casi toda Europa”.

Otro caso involucra a la televisión interna del Parlamento Europeo, Europarl TV, que desde septiembre pasado difunde sus contenidos en 22 idiomas oficiales de la UE, a través de Internet, con un presupuesto público que para este año alcanza 9 millones de euros.

El documento sueco recuerda que cuando el canal fue lanzado “recibió una frío acogida de los periodistas basados en Bruselas”, quienes expresaron sus dudas acerca del “balance en el contenido editorial” y el “límite en la interferencia política”, que de antemano consideraron que “no es suficientemente claro”.

Por otro lado, prosigue el reporte, se critica que la compañía que produce los contenidos de Europarl TV, Mostra, con sede en Bruselas, es la misma que está detrás de los promocionales multimedia de la Comisión Europea. Un periodista citado en una nota del sitio EUObserver, del 17 de septiembre de 2008, señaló que tal productora tiene un negro historial porque “produce propaganda para la Comisión, en la que la ética periodística se halla al más bajo nivel”.

Finalmente, Timbro pone en el banquillo de acusados al canal de televisión Euronews, creado en 1993.

Euronews es copropiedad de unas 20 cadenas televisoras de Europa, entre ellas Televisión Española. “Su ambición –afirma el documento– es describir los eventos mundiales desde una ‘perspectiva europea’, sin que se sepa a qué se refiere con ello. Se proclama imparcial y equilibrado en su cobertura periodística, agrega, pero nunca menciona que el canal está financiado por la UE y que, tan sólo en 2009, le fueron concedidos 10 millones 800 mil euros.

Versión oficial

“Un paso importante de las instituciones de la UE para promocionar la emergencia de una identidad europea común ha sido buscar una mayor cooperación con los medios de comunicación. En respuesta al voto negativo de Irlanda al Tratado de Lisboa en 2008, Margot Wallström pretende establecer alianzas con canales de radio y televisión. La creación de ‘redes mediáticas’ se puso en lo alto de su agenda”, explica el informe sueco.

Continúa: “La Comisión Europea decidió extender sus programas de prácticas de entrenamiento a los estudiantes de periodismo. Obviamente tiene una gran ventaja que más periodistas tengan conocimiento y entiendan el sistema de la UE. Sin embargo, debido al punto de vista de la Comisión Europea para sus actividades de comunicación, es muy dudoso que el entrenamiento que reciben los periodistas sea imparcial y equilibrado”.

En particular, se refiere al European Journalism Center (EJC), un “instituto independiente, internacional y sin ánimos de lucro”, según indica su propia página de internet. El EJC, con sede en la ciudad holandesa de Maastricht, pero con una oficina estratégica en Bruselas, ofrece programas de entrenamiento especializados para periodistas, en los que “aprenden más acerca del proceso de integración europea, su importancia y sus desafíos”.

“Los periodistas, por supuesto, no aprenden métodos para examinar críticamente los proyectos de las instituciones de la UE que son financiados con dinero público”, cuestiona Timbro, al igual que el apoyo de un millón de euros que le concedió al centro la Comisión Europea el año pasado.

Un caso involucra a una delegación de trece periodistas mexicanos invitados por la Comisión Europea a Bruselas, del 16 al 19 de febrero pasado, para asistir al seminario titulado Introducción a la UE enfocada en las relaciones UE-México.

El EJC organizó el 16 y 17 de febrero la parte “periodística” del seminario. Los dos días restantes los organizó la Dirección General de Relaciones Exteriores de la Comisión Europea.

Aunque se suponía que el seminario estaría enfocado en las relaciones entre México y la UE, sólo dos de los 18 eventos contenidos en el programa oficial de la visita de cuatro días tuvo que ver expresamente con ese tema: el 18 de febrero, la charla Las relaciones bilaterales México-UE, a cargo de Petros Mavrosmichalis, jefe de la unidad para México de la Comisión Europea; y el 19 de febrero un encuentro con la eurodiputada alemana Erika Mann, entonces presidenta de la delegación para México del Parlamento Europeo.

En los otros eventos se abordaron temas globales, y de manera general, en relación a la UE: la UE y la agenda de Doha; los beneficios y costos de la membresía a la UE; el rol de Europol y Eurojust en el combate al tráfico de drogas y humanos; la respuesta de la UE a la crisis financiera global; migración y libre movimiento de personas dentro de la UE, etcétera. Pero además fueron pláticas realizadas por oficiales de la UE o entidades afines a la visión oficialista.

El 2 de febrero anterior, sin embargo, Alexandra Lobao, la responsable del seminario por parte del EJC –el responsable del “curso” era José María Siles, de la agencia de noticias ANews, quien sostiene actualmente un sonado conflicto con Televisa–, había invitado oficialmente a dos periodistas mexicanos con base en Bruselas –los corresponsales de Proceso y el diario Reforma– “a participar en una sesión sobre las relaciones México-UE, programada para el 17 de febrero a las 11:15 de la mañana”. Era un esfuerzo, según reconoció ella misma, por contar con voces no oficiales respecto a la relación de México con la UE, y de nacionalidad mexicana y no europea.

Pero una vez que dicha sesión fue anunciada en el programa oficial, la responsable del seminario dentro de la unidad de información y comunicación de la Dirección General de Relaciones Exteriores de la Comisión Europea, Laura Auger Pérez, ordenó que tal participación fuera anulada por “razones de tiempo”, lo cual extrañó a Lobao, según comentó ella misma el 5 de febrero a este corresponsal.

El 9 de febrero, mediante un correo electrónico, el EJC restó importancia al hecho, ya que, indicó, “de todas maneras, el tema de las relaciones bilaterales será abordado por los responsables de las relaciones con México de la Comisión Europea”.