BRUSELAS.- La excomisaria de Relaciones Exteriores de la Unión Europea (UE), Benita Ferrero-Waldner, en cuyo mandato se concentró en promover el comercio y las inversiones con Latinoamérica, rompió con los códigos éticos al aceptar un puesto en el consejo administrativo de Gamesa Corporación Tecnológica, la empresa trasnacional española que desarrolla proyectos “estratégicos” de energía eólica en ese continente, acusó la organización no gubernamental ALTER-EU, que pugna por un control severo del cabildeo y por mayor transparencia en las instituciones comunitarias.
En un informe publicado el 27 de septiembre pasado, ALTER-EU (Alliance for Lobbying Transparency and Ethics Regulation in the European Union) acusó a Ferrero-Waldner de que, al asumir ese y otros altos cargos en el sector privado, incurre en un evidente conflicto de intereses, al igual que otros antiguos comisarios.
Por tanto, la ONG solicita a la Comisión Europea que elabore un código de conducta más estricto para sus comisarios, el cual les prohíba desempeñar cargos susceptibles de generar sospechas durante los tres años posteriores a su salida de la institución.
La página de Internet de Gamesa indica que Ferrero-Waldner ocupa el cargo de vocal consejero exterior de su Consejo de Administración. Fue nombrada en el puesto el 24 de febrero pasado, pero desde octubre de 2009 había anunciado a la Comisión Europea su intención de aceptar esa oferta laboral.
El 6 de julio de 2006, en su función de comisaria, Ferrero-Waldner fue la primera dirigente de los organismos de gobierno de la UE en afirmar, a través de un comunicado de prensa, que las elecciones presidenciales mexicanas del 2 de julio de ese año –que le dieron la victoria a Felipe Calderón, pero que fueron impugnadas por Andrés Manuel López Obrador ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF)–, habían sido “democráticas”.
Ese día, el Instituto Federal Electoral (IFE) aún no había terminado con el recuento oficial de los votos.
El 18 de mayo último, Gamesa divulgó que había llegado a un acuerdo de exclusividad con el corporativo Developer Cannon Power. La española venderá todas las turbinas que requiera la firma estadunidense en la construcción de sus parques eólicos en el estado de Baja California. Éstos cuentan con una capacidad total de generación de mil megavatios.
En su página web, la trasnacional española asegura haber “afianzado su posición estratégica en Latinoamérica, donde tiene instalados más de 200 megavatios en cinco países, principalmente en México”.
Prioridad comercial
En los años que dirigió la diplomacia europea (2004-enero 2010), Ferrero-Waldner –anteriormente ministra de Exteriores de Austria– evitó cuestionar de manera firme la situación de los derechos humanos en Latinoamérica. No fue un tema relevante para ella. Sólo lo mencionó de manera superficial en la “Estrategia renovada para reforzar la asociación estratégica con Latinoamérica”, un texto políticamente importante que presentó el 9 de diciembre de 2005 a los periodistas, quienes la cuestionaron por el dominio de los asuntos comerciales. Ferrero-Waldner negó que fuera así.
No obstante, el 30 de septiembre del año pasado, la funcionaria austriaca presentó una nueva comunicación, la cual tuvo como objetivo actualizar la agenda de la UE con Latinoamérica establecida en 2005. En esa ocasión, la comisaria propuso, entre otras ideas, facilitar la inversión para los países latinoamericanos. Ese mecanismo arrancaría con 100 millones de euros del presupuesto de la UE.
Ferrero-Waldner planteó que, a partir de 2013, podrían obtenerse entre mil y 2 mil millones de euros procedentes de bancos interamericanos, gobiernos latinoamericanos y europeos, así como de la iniciativa privada.
Refirió que tales fondos serían destinados a infraestructuras que mejoren la interconectividad de la región, y mencionó proyectos de energía. En particular, la diplomática se ha manifestado en repetidas ocasiones a favor de invertir en las energías renovables como la eólica.
Un caso emblemático de su línea política con Latinoamérica surgió tras el golpe de Estado ocurrido en Honduras el 28 de junio de 2009. Al día siguiente, Ferrero-Waldner apenas lamentó la expulsión del poder del presidente Manuel Zelaya. Aunque se manifestó por “el respeto del estado de derecho y las instituciones democráticamente electas”, únicamente invitó a los golpistas a “entablar el diálogo” con los zelayistas, en lugar de exigir, como lo hicieron Brasil, Argentina o Ecuador, el retorno del presidente emanado de las urnas.
El 2 de agosto pasado, Gamesa anunció que había conformado un consorcio con otra trasnacional española, Iberdrola Ingeniería y Construcción, para establecer un parque eólico precisamente en Honduras. Éste se llamará Cerro de Hula y tendrá una capacidad de potencia de 102 megavatios. Según un comunicado de la propia empresa, ésta dotará al parque de 51 turbinas modelo Gamesa G87.
El consorcio ya cuenta con un contrato para suministrar de energía, durante las próximas dos décadas, a la Empresa Nacional de Energía Eléctrica. El financiamiento del proyecto corre a cargo del Banco de Exportaciones-Importaciones de Estados Unidos y del Banco Centroamericano de Integración Económica.
Las cartas
Corporate Europe Observatory (CEO), uno de los grupos que compone ALTER-UE, quería saber cómo había obtenido Ferrero-Waldner la autorización de la Comisión Europea para trabajar con Gamesa, la aseguradora Munich Re y con el arquitecto de talla mundial Norman Foster.
El 21 de febrero pasado, Olivier Hoederman, a nombre de CEO, solicitó al Secretariado General de la Comisión Europea tener acceso a los documentos concernientes, lo cual fue aprobado el 26 de marzo.
Hoederman recibió una serie de cartas que testifican una sorprendente flexibilidad por parte del Comité Ético de la Comisión Europea frente a las pretensiones de Ferrero-Waldner.
En una breve carta, el 29 de octubre, la comisaria le “informa” al presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, las “actividades” que pretende realizar después de dejar la Comisión.
Señala que fue invitada por la compañía de seguros alemana Munich Re a formar parte de su Consejo de Administración a principios de 2010, con un salario de 50 mil euros al año, aunque, detalla, la remuneración estaba aún por definirse.
La austriaca asegura que “no hay conflictos de interés” entre las actividades de esta compañía y sus responsabilidades como comisaria, por lo que considera que el puesto es “compatible con el código de conducta” de los comisarios.
El 15 de diciembre siguiente, Ferrero-Waldener “informa” que Gamesa le ofrece convertirse en miembro de su Consejo de Administración con un “salario base” de 85 mil euros anuales.
Así mismo, anuncia que también el despacho de consultoría arquitectónica Norman Foster Associates, con sede en Londres, le propuso integrarla a su Consejo Consultivo Internacional, el cual, precisa, se reúne apenas dos veces por año. Añade que por ello le pagarán 50 mil euros anuales.
Barroso solicitó la opinión del Comité Ético, que contestó el 14 de enero último.
En los tres casos, ese comité consideró que no hay conflicto de intereses, simplemente porque las posiciones que ocupará Ferrero-Waldner son de caracter “no ejecutivo”.
Pero hay otras consideraciones interesantes. Respecto del caso de Munich Re, la carta del Comité Ético revela que al sueldo de 50 mil euros declarado por la comisaria se agregaría “una remuneración eventual suplementaria ligada al resultado, y/o una remuneración suplementaria en función a la participación en uno o dos de los comités constituidos en el seno del Consejo de Administración”.
Pero hay un elemento que preocupa todavía más a CEO.
El Comité de Ética da por “eliminada la eventualidad de que los conocimientos o las informaciones confidenciales” a las que tuvo acceso la comisaria Ferrero-Waldner durante sus funciones “puedan ser utilizados en beneficio de Munich Re, por ejemplo, en lo que concierne a los riesgos políticos que afecten a ciertos países”.
Aunque después reconoce que ello puede pasar, no señala las posibles consecuencias: “En la hipótesis de que la participación de la señora Ferrero-Waldner en el Consejo de Administración la llevara a evocar temas relevantes de su función precedente de comisaria, será necesario que sea respetada la confidencialidad de estos conocimientos o informaciones sensibles”.
Respecto del caso de Gamesa, el Comité Ético añadió que “el director general de EuropeAid”, la agencia de cooperación de la UE, “pudo confirmar la ausencia de implicación” de la comisaria “en las decisiones tomadas en el sector de las energías renovables”.
Sin embargo, en su edición del 22 de septiembre, el diario holandés De Volkskrant publicó que dicho comité había enfrentado serios problemas para aprobar las actividades de Ferrero-Waldner
Desde principios de 2009, explicó el rotativo, la diplomática austriaca había respaldado fuertemente el Plan Solar Mediterráneo, que forma parte del Plan Desertec, que prevé alimentar de energía eléctrica a Europa mediante inversiones masivas en paneles solares y turbinas eólicas en naciones del norte de África.
Munich Re y Gamesa son socios clave de Desertec.
Paul de Clerck, vocero de ALTER-EU, aseveró en el reporte del 27 de septiembre que “el Comité Ético no está haciendo correctamente su trabajo. Los documentos (las cartas) demuestran que el proceso para aprobar los nuevos puestos de los comisarios es superficial y carece de una evaluación seria sobre posibles conflictos de interés. Las declaraciones de los excomisarios dan la impresión de haber sido aceptadas sin ninguna investigación de por medio”, concluyó.
El 19 de febrero pasado, el Colegio de Comisarios de la Comisión Europea autorizó oficialmente los nuevos empleos de Benita Ferrero-Waldner, que suman ingresos mínimos por un monto de 185 mil euros anuales.
(Artículo publicado el 6 de Octubre de 2010 en la sección Prisma Internacional de la Agencia PROCESO)