BRUSELAS.- La Asociación Europea del Cemento (AEC) –de la que forma parte la empresa mexicana Cemex— no da cuenta a las autoridades de la Comisión Europea el presupuesto que destina a sus actividades de lobby, lo que la convierte en una las industrias que actúa con mayor opacidad en ese campo, indica un informe de la Alianza por la Regulación de la Transparencia del Cabildeo y la Ética en la Unión Europea (ALTER-EU por sus siglas en inglés).
Dicha agrupación, con sede en esta capital, consta de 160 organizaciones que combaten el incremento desmedido de la influencia de las trasnacionales en la toma de decisiones de la Unión Europea (UE).
ALTER-EU asegura en su informe que el caso de la asociación cementera es de los “más preocupantes”, ya que ésta ni siquiera ha intentado reportar gastos de cabildeo falsamente bajos como lo hacen otras asociaciones industriales.
De las 40 agrupaciones industriales que analizó ALTER-EU en su informe, la AEC y otras seis asociaciones no han sometido esa información al conocimiento de la Comisión Europea, institución que dispone de un registro voluntario en la materia, cuyo propósito expreso es evitar prácticas ilegales o contrarias a la ética de los servidores públicos y revertir la poca confianza ciudadana en el proceso de decisiones de la UE.
En el mismo caso que AEC se encuentran los organismos europeos que asocian a las empresas de la industria aeroespacial y de defensa (ASD), del plástico (Plastics Europe), de la construcción (FIEC), del acero (EUROMETAUX), petrolera (bajo el curioso nombre de Conservación del Aire Limpio y el Agua de Europa), así como las cerveceras (Brewers Europe).
En adición a lo anterior, los gastos por actividades de cabildeo que reportan los grupos industriales a la Comisión Europea no corresponden con la realidad.
“Un significativo número de las más grandes federaciones industriales reportan cifras increíblemente bajas, ya que prefieren aparentar que son actores insignificantes del cabildeo ante la UE, expone ALTER-EU, que analizó las sumas que declararon 40 de tales grupos de lobby industrial que disponen de una representación en Bruselas, sede de las instituciones comunitarias.
Peor aún, acusa la ONG, “la Comisión Europea permite que esto ocurra, incluso cuando los datos son visiblemente ilógicos”, lo que da como resultado “que se estén ocultando millones de euros tan solo con las declaraciones falsas de los 10 peores infractores, en tanto que el monto global de lo que se esconde alcanzaría decenas de millones de euros”.
Dadas las dificultades para encontrar cifras oficiales sobre la cantidad de cabilderos que emplean las asociaciones analizadas, el estudio de ALTER-EU tomó como referencia un listado que publicó el cabildero francés Daniel Gueguen en su libro Lobby Europeo.
Esos datos, correspondientes a 2007, en algunos casos son “muy inferiores” a los que citan actualmente en sus páginas de Internet, constata la ONG, que después comparó tales cifras con los gastos de actividades de cabildeo que reportó cada uno de los grupos industriales en el registro de la Comisión Europea, lo que reveló “extremas divergencias”.
Cabildeo oculto
La Asociación Europea de Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (UEAPME, por sus siglas en inglés) reporta un gasto de 87 mil 250 euros por cada cabildero que emplea; la Asociación Europea de la Red de Operadores de Telecomunicaciones (ETNO), 75 mil euros.
El contraste es la federación europea de empresas de fertilizantes (Fertilisers Europe) que, en 2010, reportó un gasto de 400 euros, es decir un promedio inverosímil de 44 euros por cada uno de sus nueve cabilderos; mientras que el grupo de cabildeo de la Asociación de Aerolíneas Europeas declaró un desembolso de menos de 50 mil euros en 2009, equivalente a dos mil 273 euros ese año por cada uno de sus 22 cabilderos.
Las siguientes en la lista de las “peores asociaciones declarantes” son las productoras de pesticidas (3 mil 571 euros por cabildero), de aluminio (8 mil 824 euros), de papel (10 mil 526 euros), de alimentos y bebidas (10 mil 870 euros), de electricidad (10 mil 870 euros), de cosméticos y perfumería (11 mil 111 euros), así como el Instituto Europeo del Cobre (11 mil 538 euros) y la cámara de empresarios europeos o BusinessEurope (13 mil 333 euros).
El reporte de ALTER-EU indica que esas asociaciones están compuestas por poderosas trasnacionales que realizan una actividad de cabildeo tan intensa que no puede pasar desapercibida y tampoco puede ser fácilmente minimizada.
La europarlamentaria irlandesa Nessa Childers explicó que la Confederación de Industrias de Alimentos y Bebidas de la UE llevó a cabo durante 2009 y 2010 “uno de los esfuerzos de lobby más grandes que ha visto Bruselas”. Esos años se discutió en las instituciones de la UE una nueva directiva de etiquetado de alimentos.
Childers señala que ella y otros de sus colegas parlamentarios fueron “bombardeados con miles de correos electrónicos, cartas y llamadas telefónicas, al mismo tiempo que la confederación promocionaba seminarios, reportes y conferencias sobre la cuestión”.
En 2009, la confederación dijo a las autoridades belgas que había pagado salarios por un monto de un millón 800 mil euros.
Pese a todo lo anterior, la misma aseguró a la Comisión Europea que en 2009 había tenido gastos de cabildeo de entre 200 mil y 250 mil euros.
Otro caso que llama la atención es el de la Asociación de Aerolíneas Europeas. A pesar de que agrupa a 36 líneas aéreas que en conjunto generan ingresos anuales por 82 mil millones de euros, ésta reportó que sus actividades de lobby no le habían costado más de 50 mil euros en 2009.
Un monto menor en cabildeo reportó la asociación de fabricantes de fertilizantes, 400 euros, aunque reconoció un presupuesto general de cuatro millones de euros en 2010; mientras que la Asociación Europea de Cosméticos y Perfumería –entre cuyos socios hay líderes mundiales del mercado como L’Oreal, Procter & Gamble, Unilever o Chanel– comunicó a la Comisión Europea una cantidad de 150 mil a 200 mil euros de lobby en 2009, pero solo para ejercer esa actividad emplea a ocho cabilderos de tiempo completo registrados ante el Parlamento Europeo.
Más sorprendente aún es el caso de la poderosa e influyente asociación de empresarios, BusinessEurope, “la voz de la comunidad empresarial de Europa”. Según su propia página de Internet, la cual integra a 40 federaciones nacionales, que representan 20 millones de compañías de 34 países, y para la que trabajan al menos 45 personas en su oficina de Bruselas. Ésta dice haber gastado en lobby entre 550 mil y 600 mil euros el año pasado.
Sueldos y quejas
Un reporte de la firma británica de relaciones públicas Ellwood & Atfield puede dar una idea de los salarios que reciben los cabilderos de mediano y alto nivel que trabajan para las asociaciones industriales de Bruselas.
De acuerdo con el Reporte de remuneraciones 2010-2011 de esa firma, “la mayoría” de los cabilderos en Bruselas son empleados por este tipo de organismos. El documento estima que en esa situación se encuentran 10 mil profesionales que cabildean temas relacionados a la UE, y que mil o dos mil más lo hacen para organismos con intereses nacionales.
El reporte advierte que, “aunque muchas de las asociaciones industriales disponen de poco personal”, sus cifras incluyen las de mayor tamaño, como el Consejo Europeo de la Industria Química, que emplea a 170 personas en esa área.
De acuerdo a Ellwood & Atfield, un manager cobra un salario bruto que oscila entre 70 mil y 100 mil euros por año; un director de relaciones públicas o comunicaciones entre 130 mil y 250 mil euros, y un director o secretario general entre 150 mil y más de 400 mil euros.
Por otro lado, este tipo de asociaciones tienen la opción de contratar los servicios de cabilderos de consultorías externas, que pululan en Bruselas: sus honorarios por concepto de cabildeo suelen fijarlo por hora de actividad, que facturan de 200 a 500 euros.
En comparación, el ingreso bruto de los puestos más altos en las ONG establecidas también en la capital belga (jefe de unidad, director de comunicaciones y director de oficina) oscila entre 50 mil y 120 mil euros anuales y casi no hay diferencia entre ellos.
El Observatorio Corporativo Europeo, una ONG holandesa perteneciente a ALTER-EU que se ocupa de monitorear las conductas abusivas del sector empresarial, interpuso este año tres demandas ante la Comisión Europea por tales prácticas que consisten en declarar montos inferiores de lobby: el 23 de marzo contra la Asociación Europea de Cosméticos y Perfumería; el 15 de abril contra la Confederación de Industrias de Alimentos y Bebidas de la UE, y el 29 de abril contra la Asociación Europea de Aerolíneas.
Las investigaciones están en curso, pero ALTER-EU lamenta el “tratamiento suave” de esos expedientes por parte de la Comisión Europea, que, añade la ONG, “raramente interviene con base en esas quejas”.
En una acción previa, BusinessEurope fue acusada de la misma práctica por la organización medioambiental Friends of the Earth Europe (FoEE), que también forma parte de ALTER-EU. Pero la acusación fue rechazada por la Comisión Europea bajo el argumento de que la asociación de empresarios seguramente había aplicado una metodología para calcular los datos reportados.
“La Comisión –narra el reporte de ALTER-EU– no quiso revelar el documento entero concerniente a la acusación, por lo que FoEE acudió al ombudsman europeo, que falló a su favor y solicitó a la Comisión informar a FoEE acerca de tal revisión en el registro de BusinessEurope, lo mismo que hacer públicos sus procedimientos de investigación sobre ese caso”.
El fallo del ombudsman, publicado en abril último, indicó:
“El monto estimado de un presupuesto en actividades de cabildeo, incluso si es calculado con base en una metodología clara podría estar equivocado si los datos sobre los cuales los cálculos se basan no son precisos. En otras palabras, el uso de una metodología aceptable no garantiza necesariamente que el presupuesto total de cabildeo declarado sea preciso”.
(Artículo publicado el 12 de Agosto de 2011 en la sección Prisma Internacional de la Agencia PROCESO)