BRUSELAS.- Los cárteles del narcotráfico están derrotando al gobierno de Felipe Calderón, además de que la militarización de la lucha antidrogas no resulta un modelo viable para los países centroamericanos por sus altos costos económicos, afirma un asesor del gobierno de Guatemala en una entrevista con el International Crisis Group (ICG), un reconocido think tank (“tanque de pensamiento”, o grupo de investigación) enfocado en la prevención y resolución de conflictos.
“México es un desastre. No están ganando la guerra (contra el narcotráfico); sólo están generando más violencia. No tenemos la intención de cometer el mismo error”, señaló el asesor del presidente guatemalteco Álvaro Colom en una conversación que tuvo lugar el 17 de mayo y que forma parte del reporte “Guatemala: tráfico de drogas y violencia”.
El combate policíaco y militar contra Los Zetas en la región de Petén, a principios de este año, costó al gobierno de Guatemala entre 127 y 190 mil dólares por día, según el reporte de 32 páginas.
En el documento, el ICG remarca que, debido a la falta de recursos para continuar con la ofensiva militar en la zona, a mediados de agosto el presidente Colom tuvo que rebajar el estado de sitio a uno “de alerta”.
Agrega que en Guatemala existe, además, una oposición a prolongar las operaciones militares contra los traficantes porque “las memorias de las atrocidades militares cometidas durante el conflicto armado que asoló al país entre 1960 y 1996 están todavía vivas”; y remata que la clase política guatemalteca “ve el desplazamiento de tropas ordenado por el presidente Calderón para combatir el crimen organizado en México como un error que ha dejado un saldo mortal de 37 mil personas en los últimos cinco años”.
En el reporte, que será presentado este martes 11, se indica que “la sangrienta irrupción de los cárteles mexicanos en Guatemala es el último capítulo de un círculo vicioso de violencia y fracaso institucional”.
Plantea que “un redoblamiento de la vigilancia en el Caribe, aunado al arresto de los capos colombianos, permitió a los narcotraficantes mexicanos retomar, a finales de los 90, el negocio de la distribución de la droga” proveniente de Sudamérica.
Refiere que la estrategia antidrogas de Felipe Calderón “forzó a los traficantes a importar cada vez más cantidad de drogas a Centroamérica y, desde ahí, transportarla por tierra hacia el norte”, lo cual, asegura el ICG, “tuvo un efecto multiplicador de las actividades ilegales” en toda la región.
Desde septiembre de 2010, ICG incluyó a México entre los países cuya situación de violencia ameritan un seguimiento puntual de su observatorio de crisis (CrisisWatch), que es publicado mensualmente. El expresidente Ernesto Zedillo apareció como parte del Comité Ejecutivo del ICG hasta la edición de mayo de ese año de CrisisWatch.
(Artículo publicado el 11 de Octubre de 2011 por la Agencia PROCESO)